21 de octubre de 2011

A comerla

Estado, Gobierno, Partido, Nación, Patria, Líder y Pueblo, todo procesado y bien mezclado, constituyen la base de la papilla populista. Constituye una amalgama informe y pegajosa, con  fuerte sabor e insoportable hedor a fascismo, que resulta emética para cualquier paladar republicano.

Y muchos, demasiados, la comen.

Entre otros, la comen muchos jóvenes, porque la papilla viene con los brillantes colores de consignas perimidas y emocionales,  y a fuerza de adoctrinamiento los convencieron de que es el alimento de los revolucionarios que cambiarán el mundo para traer justicia e igualdad.

Simulan comerla los capitanes de la industria devenidos en soldados del modelo, degradados real y metafóricamente, mientras festejan haber sido librados de la maligna e insdiosa competencia que los obligaba a ser virtuosos.

A grandes cucharadas la ingieren los desesperados, porque les hicieron creer que es la única comida que  merecen.

En rincones oscuros la consumen los resentidos, percibiendo el mal sabor pero regodeándose en  la satisfacción de saber que el vecino, acostumbrado a la buena mesa, ahora también está comiendo porquerías.

Los políticos opositores en su inoperancia mezquina creen que están exentos de incorporar a su dieta el vil preparado, pero se lo harán tragar a la fuerza.


Y fundamentalmente, condimentada con justificaciones, conformismo y apenas una pizca de culpa, se llena la boca del puré repugnante una  indefinida masa de mediocres que ha renunciado al análisis y al pensamiento, se ha desentendido de todo y a cambio de una limitada, ilusoria y transitoria prosperidad entrega su libertad.

Y, parafraseando a Sir Winston Churchill, perderá las dos cosas. 



13 comentarios:

Andy dijo...

El ingrediente base de la papilla populista, ese que lo hace tan rico para tantos, es plata. Mucha, muchísima....
Lástima que cuando ese ingrediente se acaba, tarde o temprano, se la reemplaza con represión... que...oh! cuesta plata!

raúl dijo...

Pido disculpas por la autorreferencia. Acabo de venir de la verdulería, donde un vendedor ofrecía al dueño su mercadería. Dijo que uno de los productos provenía de Santa Cruz, y agregó: de los kirchner. Le digo: "entonces es tóxico". "Sí", contesta, "es tóxico para los enemigos de la patria", que están en contra", y le respondo: "entonces yo soy antipatria". "No, usted no, son los que se llenaron de plata con Videla" (sic). "Sí, claro,contesto, porque éstos no se llenaron de plata" . Y me fui para no seguir una converssación inútil. Pura consigna, nada de argumentos reflexivos y fundamentados, imposible pretender tener una discusión racional con estos sujetos cuyo cerebro ha sido reducido a la mínima expresión.
Y lo percibo diriamente en el consultorio, donde el embrutecimiento colectivo, en especial juvenil, es alarmante.Esta es la fauna que el domingo votará a la Reina de la Milanesa, la señora Hache2cero.

Bugman dijo...

Andy, creo que la plata es necesaria para la logística de distribución del puré, cuando falta no se puede hacer llegar a todos, pero está ahí, hay un stock inagotable.

Raúl, comparto el sentimiento, incluso gente que creía conocer y consideraba pensante ha renunciado intelectualmente.

Jazmin dijo...

A veces tengo la sensación de vivir una pesadilla donde uno quiere gritar, pero el sonido no sale de su boca. O quiere correr, y sus piernas se mueven en cámara lenta.
Una invisible fuerza antinatural juega en contra de la racionalidad, inclusive hasta de la solidaridad.
Uno se siente desarmado cuando sabe que el pensamiento, la palabra, el debate, la acción republicana, no entran. No entran.
Ojalá existiera una voz lo suficientemente fuerte como para despertar a miles de zombies(*) gritándoles "no compren la idea de estar muertos".



(*) es una metáfora; no estoy haciendo la gran Fito.

BlogBis dijo...

Al puré le falta el condimento: el líder. La mezcla es Estado, Gobierno, Partido, Nación, Patria y Pueblo, y líder, entendiendo que la sociedad fermenta un conductor iluminado, con el don de galvanizar las expectativas colectivas y llevarlos de la mano por el camino del progreso, el bienestar y el amor.

Hasta que en un momento infame, el sueño hace "pif", la carroza se convierte en calabaza, y los seducidos de hoy se convierten en los arrepentidos críticos de mañana. Nunca hay que olvidarse que eran mayoría los que en el 77 pegaban la calco "los argentinos somos derechos y humanos".

Bugman dijo...

BlogBis, imperdonable mi omisión, corregida ahora, muchas gracias.

Jazmín, 62.400 repeticiones hacen una verdad, decía Aldous Huxley. Viven en el Mundo Feliz. La papilla es su soma.

Klaus Pieslinger dijo...

Lapidario.

Rubén, me acuerdo perfectamente de esos stickers. Y lo que no logro recordar en ese mismo tiempo es la existencia de actos de terrorismo por parte del estado. Se ve que se tomaría vacaciones por el Mundial, y antes, y después.
A menos que la reacción al terrorismo incluya decir frases como "por algo será" y seguir la vida como si nada.

Sine Metu dijo...

Estúpidos

El enmascarado) dijo...

Una prueba más del incomparable estilo de Bugman.

Jazmín, estupenda descripción de sus sensaciones con una pluma excelente. Saludos cordiales y, como siempre, a sus pies (no los saludos, mi persona).

BlogBis dijo...

Eso Bugman, vuelva seguido por acá.

perogruyo dijo...

Ante la incapacidad de aprendizaje, que no es más que la exteriorización del complejo de Peter Pan del que adolecen muchos argentinos, los K reinstalaron la experiencia trunca del peronismo esencial -esa papilla que Mr.Bugman, tan bien describe- y que dejara su impronta mágica en tanta gente. Dicha papilla tendrá que fermentar y alcanzar su hora de la verdad frente a la realidad para que se construya -sin garantía de que así sea- el aprendizaje.

Sigue aquí

depre forever dijo...

Es terrible, qué manera de desperdiciar un país.

Paco dijo...

Impresionante el texto.
Esto es lo que somos, Argentinos.
Esta es la tierra del peronismo.
La fuerza del fascismo y la corrupción