Me propuse sacar partido de la gracia gentilmente concedida por el Estado Nacional y aprovechar la cuota de dólares que la AFIP pone a mi disposición después de que algún algoritmo nacional y popular calcula cuántos fondos puedo disponer.
El episodio tuvo bastante parecido con la historia del memorable 036.
Me llevó hora y media pero los conseguí.
Lo más gracioso fue que la señora que estaba atrás mío en la cola era funcionaria de la AFIP y se tuvo que bancar mis conceptuosos elogios al sistema.
(la foto de Mila es totalmente ajena al texto, pero no importa. Está buena igual. Mila, digo)
2 comentarios:
Me da ganas de entrar así vestida y pertrechada a la primera oficina de la AFIP que se me cruce...
El lomo de Carolina Bang es de otra galaxia. Por Dios!
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