22 de febrero de 2012

Piratas

El documento de los intelectuales no K

5 comentarios:

BlogBis dijo...

Muy bien, no había podido verlo entero.

Mayor Payne dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mayor Payne dijo...

No sé si se la pueda calificar de "alternativa", ya que en lugar de proponer una nueva salida para el conflicto se limita a repetir casi textualmente el argumento de una de las partes (la noción de "autodeterminación" de los kelpers) y no hace más que pedir que lo adoptemos como propio.

Unknown dijo...

Mayor, me parece que no es el argumento de una de las partes solamente.
Se puede inferir, solo inferir, ya que como presentación le falta elaboración a la idea, que lo planteado parecería consitir en iniciar un camino de acercamiento, aceptar que se perdió una guerra, que no sabemos que hariamos, ni que tenemos para ofrecerles a 3,000 personas, algunas de las cuales tienen ancestros desde hace 180 años en las islas.

O la opción es declararlos argentinos a la fuerza y darles una tarjeta SUBE para que viajen en el Sarmiento ?
Perdón el sarcasmo, no es para Ud.
Es un día en que la tolerancia al cinismo gubernamental se encuentra en un grado ínfimo.

Hoy por hoy, ser socios con los isleños, no con Gran Bretaña, en la exploración de recursos implicaría un fenomenal avance.
Hay que exminar nuevos caminos, un estado libre asociado quizás ?, Algo nuevo hay que pensar, o al menos animarse a pensarlo.
En estos tiempos, ya es mucho.

Solo pensando en voz alta,
Saludos, Martín.

Mayor Payne dijo...

Martín, por favor, no hay ningún problema. No es mi intención defender la política oficial al respecto, básicamente porque es contraproducente en última instancia. Primero que nada quiero dejar en claro que a mí me preocupa más la situación militar, la del petróleo y de la pesca y la proyección antártica que se deriva de la cuestión Malvinas (no lo abordo en este comentario porque me voy de tema), más que las islas mismas y sus habitantes, los cuales en lo que a mí concierne están más que invitados a pasar sus tristes días en la turba.

El tema con la "autodeterminación" es que sale del eje sobre el cual reclamamos. El planteo argentino enfoca a la cuestión, salvando las distancias, como si te instalaran una villa miseria en un terreno que tenés y que del otro lado te digan que tengas en cuenta a los nietos de los okupas. La cuestión para la Argentina es estrictamente sobre la propiedad del suelo, no sobre los corazones y mentes. No digo que sea así, pero es la base que tenemos nosotros para participar en el tema. No somos los únicos en mantener este enfoque; España también mantiene una posición similar según la cual escuchan a los gibraltareños pero las charlas son con el Reino Unido.

Y sobre el tema de cuántas generaciones tiene cada uno en su haber, es bastante más retorcido y complicado de lo que aparenta. Mi tatarabuela era charrúa, ¿tengo algún derecho sobre Uruguay? Mi profesora de Derecho Internacional Público en la facultad era de apellido Vernet y descendía del gobernador que nombró Rosas, así que tiene al menos una generación más en su historial familiar que cualquier kelper para interesarse, ¿la metemos en el despelote malvinero para sumar puntos en el recuento de generaciones? Menciono estos casos como ejemplos extremos y bastante absurdos de lo que significaría tomar el argumento generacional.

El problema con lo de "acercarse a los kelpers" es que justamente son ellos los que mantienen la línea más dura e intransigente hacia la Argentina. Pensá en el malvinista más acérrimo, elevá al cubo su cerrazón mental y tenés al kelper promedio. Ni siquiera en la época del "paraguas de soberanía", cuando no se podía decir que éramos hostiles, hubo de parte de los kelpers algún gesto a favor de la Argentina, incluso en cuestiones que supuestamente les preocupan como el tema del aislamiento, o de lo contrario hubieran aceptado que Aerolíneas hiciera vuelos a las islas como varias veces se les ofreció. Hubo que esperar a que Chile cortara los vuelos en represalia por el arresto de Pinochet para que Londres lograra convencer a los kelpers de aceptar el proceso que terminó con los acuerdos que firmó Menem en 1999.

No tengo drama con acercarme a los kelpers, por más repugnantes que me resulten sus opiniones acerca de la Argentina y de los argentinos. En líneas generales estaba de acuerdo con los lineamientos del "paraguas de soberanía" y hubiera preferido continuar con esa política antes que volver a las declamaciones inútiles de siempre. Pero la cosa es que el acercamiento tiene que ser de ambas partes y los kelpers han sido siempre los más intransigentes, y no nos hace bien comprar el paquete completo de la "autodeterminación" que usan los británicos para sostener su poco seria posición de subordinar toda su política en el tema a los caprichos de los isleros.

A mí me encantaría una solución al estilo Hong Kong, o un protectorado conjunto o tripartito (con Chile o Brasil, la imaginación es el límite) y desmilitarizado, con garantías para los kelpers acerca de su estilo de vida. Hay opciones por pensar y alternativas por explorar. Pero eso lo vamos a lograr hablando con los británicos y no con los kelpers. Tienen el oído de Londres para que tengan en consideración sus opiniones, pero no pueden ser parte en las negociaciones, porque esa es una manera tan certera de no avanzar en nada como la postura malvinerista a ultranza de la Argentina.

Por favor, perdoname el largo de la respuesta, suelo irme de mambo con este tema.
Saludos y suerte.