18 de marzo de 2012

El problema no es el vicio, sino el vicioso

A veces, muy de vez en cuando, una idea clara se abre paso a través de la nube de pedos que cubre a la Argentina.

¿Por qué damos vueltas homéricas para llegar siempre al mismo lugar? En este país hay muchas personas indignadas: piensan seriamente que el problema son los kirchneristas. Ojalá lo fueran. Sería todo mucho más fácil. El problema de la Argentina somos los argentinos. Que para curarnos de la borrachera noventista de la deuda externa nos volvimos adictos a los subsidios del Estado. Nos encanta pregonar que nos hemos curado de aquel alcoholismo, y eso es cierto. El problema es que ahora somos cocainómanos. Y que en el futuro seremos orgullosos abstemios y drogadictos recuperados, para ser soterradamente ludópatas. Y así hasta el infinito. Del neoliberalismo feroz y mal aplicado a un estatismo populista y arbitrario donde se ha naturalizado la inflación. Nos parece normal ser el segundo país del planeta en el ranking de esa enfermedad destructiva. Negadores patológicos, los argentinos queremos gozar del momento y vivir por encima de nuestras posibilidades. Y el kirchnerismo es, en la actualidad, el ejecutor más eficiente de nuestra neurosis. Nada más que eso.

La Nación

2 comentarios:

carancho dijo...

Amén.
A todo esto, los que son como yo, no bebemos, no jugamos, no nos drogamos... ¿dónde nos metemos?

Miguel dijo...

Me parecía que esto no podía provenir mas que de un pelot... como este Fernandez Diaz. Fanático del populismo bueno que en un momento, solamente en un momento, encarno Néstor y que seguramente encarnará algún otro en el futuro, como si la Alianza (por la que seguramente habrá apostado todo) no hubiese existido.