Equivale a la ceremonia con que los sioux de las praderas norteamericanas rogaban a sus deidades que sus partidas caza hallasen nutridos rebaños de bisontes. O a las que los chamanes de nuestras etnias amazónicas recurren para propiciar a sus congéneres buena caza o buena pesca y que no se los coma el tigre. Es pensamiento “mágico-distributivo”, digamos, aplicado a la macroeconomía con vistas al desarrollo y la prosperidad de todos. (...) Y al cabo, igual viene el tigre y te come."
(completo acá)
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