30 de mayo de 2012

Dipinto di blu


Esta mañana me crucé por Avenida Pellegrini una Meriva de la Agencia de Seguridad Vial, del Ministerio del Interior. Me llamó la atención que en lugar del habitual (y vial) color naranja que tenían desde que aparecieron, esta era azul celeste.  
Ahora me puse a buscar en la web y veo que de rompe y raja han cambiado el color de toda la agencia, de aquel naranja, a este de ahora. 


También, buscando sobre el tema me encontré una carta de lectores en La Nación, donde se especula que el acelerado proceso de cambio de imagen tiene que ver con que el naranja identifica a la gestión bonaerense y al propio  Motonauta Scioli

No se puede creer semejante nivel de imbecilidad. Y que por esta gansada se gasten cientos de miles de mangos. 

3 comentarios:

Francisco dijo...

En febrero viajé a Pinamar, de vacaciones. El trayecto por las rutas bonaerenses lo hice bastante sugestionado, recordando el incidente protagonizado por un boliviano borracho que atravesó una docena de controles sin que lo paren ni lo tiren a la banquina; mas bien tiró a uno al más allá.
Yo crucé una decena de Merivas naranjas, generalmente situadas debajo de algún árbol generoso de sombra, y cobijando la siesta y el embole de los 'agentes viales'.
Hace un par de semanas atrás recibí una multa, producto de un exceso de velocidad, con fotomulta tomada cerca de La Plata. Es cierto, venía más rápido que lo permitido (apenas 16 km/h más que la máxima); pero a raíz de la sugerencia recibida en el peaje, sobre cómo evitar un eventual piedrazo de parte de la buena gente del país que vive pegada a la autovía, y que se entretiene robando a los desprevenidos.
Decidí pagar la multa. Me encuentro que solamente puedo hacerlo en alguna sucursal del Banco Provincia de Buenos Aires, o algún medio de la red Bapro; inexistentes en Santa Fe. Como opción, la red Link, que no poseo.
Después de dos días de intentos al 0800, logro contactarme con una operadora; le explico el problema. Suelta de cuerpo, la atenta señorita me dice que en Rosario sí hay una sucursal del Bapro; le explico que estoy a 180 kilómetros de cualquier sucursal (sospecho que hasta ese momento, esta mina creyó que Rosario y Santa Fe eran lo mismo), y no pienso viajar a pagar una multa que bien podría hacerlo por otros medios de pago físicos o electrónicos.
Resumo. Tengo que enviar una carta al Director Provincial de Política y Seguridad Vial de BA, explicando que no puedo pagar la multa porque el único medio de pago posible está a más de 60 km de mi residencia (y que, según la operadora, será oportuna y rigurosamente verificado si realmente estoy a 180 km). Recién ahí me van a saber informar cómo puedo pagar una multa.
Si, ya sé...todavía quedan boludos que le siguen la corriente a estos tipos.

carancho dijo...

Bienvenido al país kafkiano de Peronia, Francisco. Disfrute su estadía.

César dijo...

Estaría bueno creer el semejante nivel de imbecilidad... Yo me tiro más a lavado de dinero.