24 de julio de 2012

Más reflexiones sobre Tecnopolis

Pasada mi aprensión inicial (qué querés, soy de otro barrio) toda la gente que entraba en Tecnópolis me pareció muy correcta y curiosa por ver lo que se muestra en el predio. Sin embargo leo algunos comentarios como este:

"mi esposa es responsable de una stand, no va todos los dias pero fue varias veces incluso desde antes de que se abra al publico, y me contó que los gendarmes que cuidan afuera le dijeron que tenga mucho cuidado porque esa zona está rodeada de villas y luego adentro, ya con la muestra abierta, le intentaron arrancar la mochila. Asi que hay que ir con mucho cuidado. También es un problema con las promotoras que no quieren explicarle nada a los chicos con pinta de guachiturros por prejuicio de clase o porque tienen miedo, porque no les interesa nada, van a pedir cosas, aunque tampoco les puede interesar nada por la manera que las promotoras tratan a esos chicos."

Pensé que el filtro se daba por el interés de visitar una feria de ciencias que supuestamente no es para todo el mundo. Pero parece que no, que por ahí no miré demasiado bien.

Esto me lleva a una discusión que creo ya se dio en el blog: la autosegregación.
Sus bandas favoritas se llaman Callejeros, Pibes Chorros, Wachiturros, Los Piojos.
Su estética los automargina, ya sea por su vestimenta, su vocabulario, sus gestos o su manera de hablar.
La división social en Argentina es cada vez mayor.

Y esto no solo pasa en el conurbano bonaerense. El primer lunes de vacaciones de invierno estuve recorriendo el Monumento a la Bandera de Rosario con un periodista extranjero que con su equipo estaba registrando detalles para una nota. Me puso nervioso la presencia de varias barritas de adolescentes prepotentes. Por suerte no pasó nada, debido a que la gendarmería custodia el área.

No le pasó lo mismo a un amigo que llevó a su hermana y sus sobrinitos a pasear por el Parque España el día del amigo. Si leyeron los diarios sabrán que hubo un apuñalado durante un tumulto entre barritas de pibes. Mi amigo fue testigo del momento en el que una de las barras ingresó al parque y al grito de "A ése!!" fueron directamente a apuñalarlo. No es una linda experiencia para chiquitos de 4 y 5 años volver a casa de un paseo con la imagen de una mancha de sangre.

5 comentarios:

BlogBis dijo...

En otra escala la Argentina es como un guachiturro: se segrega a sí misma por lo que escucha, por las actitudes y por las juntas que elije

Francisco dijo...

Post que da pie para comenzar a marinar otro, sobre como se han ido transformado los modos de apropiación y uso del espacio público (y privado), en algunas ciudades del interior.
Prendí el horno, cuando esté listo les aviso.

carancho dijo...

No me importa si suena racista o no, pero a los pendejos con pinta de wachiturros les huyo.
Aparte que no les entiendo cuando hablan. Vienen todos con el paladar hendido o qué?

Marius Lacatus dijo...

Si te vestís como delincuente bancate que te traten como uno.

Max A Secas dijo...

Me lo marcaron varios amigos brasileros que se sorprenden como se viten los argentinos, y ellos ven màs nenes con plata que otra cosa. Hay una cultura del reviente, de pasar por menos, de hacerse el pobre, mientras que alla es muy distinto.