Una me la mandó una amiga abogada, madre de dos.
Otra una compañera de laburo, arquitecta, también madre de dos.
La tercera vino de la empleada de un cliente. Contadora.
La cuarta, de un amigo ingeniero civil.
Otra de un colega, especialista en seguridad laboral.
Tengo otras dos enviadas por amigos abogados.
Y finalmente, otras dos que me las enviaron alumnos del postgrado. Los dos, arquitectos.
Al final va a tener razón Aníbal Fernández: La protesta fue armada por profesionales. Y universitarios, le faltó agregar.
2 comentarios:
Aníbal es un soberano hijo de remilputas
Gerardo
Gerardo, no me quedó clara tu opinión.
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