La Federación inglesa de fútbol (FA) multó con 10.000 libras a un jugador de la liga por llamar "gay" a un compañero suyo en Twitter.
Lo curioso es que hasta el jugador aludido, otro español, salió a defenderlo diciendo que se trataba solo de una broma.
Otra muestra de la dictadura de lo politicamente correcto.
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