Halcones artríticos

El 23 de junio del corriente año, el Ejército del Aire (léase la fuerza aérea) de España dio de baja a sus últimos cazabombarderos Mirage F1 con una ceremonia llevada a cabo en la Base Aérea de Los Llanos, asiento del Ala 14, la unidad que operó a estos aviones durante 38 años.

Pero no va a ser el fin de la carrera para estos aviones con casi cuatro décadas encima, porque en lugar de quedar como gate guardians en las plazas de la Madre Patria van a ser incorporados a la Fuerza Aérea Nac&Pop de la Arrrrrrrrrrrgennntina! en reemplazo de sus primos hermanos de ala delta, los Mirage III y derivados.

La noticia se venía rumoreando en los foros, pero hoy hubo confirmación oficial (bah, dentro de lo que se puede esperar con un gobierno que cambia de humor con la frecuencia con que a Maradona le aparecen nuevos hijos no reconocidos) dentro del proyecto de presupuesto presentado ante el Congreso (ver página 115).

O sea, para reemplazar a cazas que están dando vueltas desde 1971, la Fuerza Aérea va a incorporar aviones fabricados en 1974. Digamos, un negocio como el de los vagones de Jaime, sólo que con chances de estrellarse en lugar de chocar.

Negocio redondo para el Gobierno, que no quiere poner ni un mango en serio en temas militares, y negocio en serio para mucho brigadier y comodoro entongado con las compras de repuestos carísimos y servicios de mantenimiento para los jurásicos Mirage. Y de paso, negocio en serio para los planificadores del Ministerio de Defensa británico, que ya saben que por lo menos por unos cuantos años más les alcanza con los cuatro Eurofighter en Malvinas para dar cuenta de los restos raquíticos de la FAA.

Ah, y la garantía certera de que en unos pocos años más tengamos que buscarle un reemplazo a estas piezas de museo además de hacerlo para los A-4AR que conseguimos con el último currito de comprar aviones setenteros semirrecauchutados.

No, si son unos cráneos estos hijos de un serrallo de putas otomanas ataviadas con velos y custodiadas por eunucos.