12 de septiembre de 2013

¿Kien se ha llevado mi keso? Argentina es cíclica y el peronismo homeostático.



(Versión libre de ¿Quién se ha llevado mi queso? de Spencer Johnson escrita el 31/3/2004)

Tener keso hace feliz.

Había una vez una pequeña aldea de ratoncitos. Estaban gobernados por el ratoncito Blaky, quien se encargaba de distribuir el keso, fuente de todas las alegrías de la aldea.
Los Worky eran los ratoncitos que producían todo el keso, y le entregaban una buena parte a Blaky para que lo repartiera entre los Piky, ratoncitos pobres y marginados, aunque también había una buena parte del keso recaudado para él y sus amigotes.
Los Piky se habían organizado para demandar que se les entregara cada vez más keso, muchas veces mediante métodos extorsivos, lo que indignaba a los Worky, que debían trabajar por ellos y por los Piky, aunque éstos entendían que los Piky pasaban necesidades.

Huele el keso a menudo para saber cuándo empieza a enmohecerse.

La verdad es que los más favorecidos por el sistema imperante en la aldea de ratoncitos eran Blaky y sus secuaces, pero todo llega a su fin y el descontento popular hizo inminente su salida. Entonces Blaky urdió una estrategia para digitar a su sucesor. Así designó a Kaky, a quien ayudó a llegar al poder para evitar que lo hiciera su archirrival Aniyaky.

Cuanto más importante es el keso para uno, más se desea conservarlo.

De esta manera, Blaky pensó que seguiría a cargo del manejo del keso.

Imaginarse disfrutando del keso nuevo antes incluso de encontrarlo conduce hacia él.

Kaky tenía alguna experiencia en un pequeñísimo sector de la pequeña aldea de ratoncitos, donde manejaba el keso congelado. Siempre había ambicionado convertirse en el gran kesero, pero sólo la bendición de Blaky lo hizo posible.
Al llegar al poder, Kaky se dió cuenta que no necesitaba de Blaky, y empezó a urdir un plan para deshacerse de él. Blaky y sus secuaces comenzaron a ponerse nerviosos. No querían terminar como los Piky, que sólo recibían 150 gramos de keso.

Cuanto antes se olvida el keso viejo, antes se encuentra el keso nuevo.

Kaky empezó a tomar medidas que nada tenían que ver con el keso, pero que le dieron un altísimo nivel de popularidad. Mientras tanto, y por razones ajenas a Kaky y a Blaky, había cada vez más keso. Los diarios y la televisión se la pasaban hablando maravillas de Kaky y su gobierno. Todos los ratoncitos amaban a Kaky.

Las viejas creencias no conducen al nuevo keso.

Kaky empezó a mostrarse como un ratoncito con nuevas ideas. Bueno, no tan nuevas pero bastante distintas a las de Blaky.
Blaky y sus secuaces se empezaron a molestar, hasta que en una reunión del partido Kesista se enfrentaron verbalmente Blakina y Kakina, las esposas de los dos líderes.
Si bien es cierto que la facción de Blaky ganó la pulseada y se quedó con el aparato kesista, no lo es menos el hecho que Kaky seguiría controlando el keso. Sin keso no hay aparato que valga. Los secuaces de Blaky comenzaron a preocuparse.

Cuando ves que puedes encontrar nuevo keso y disfrutar de él, cambias de trayectoria.

Ante la alternativa de quedarse sin keso, los secuaces de Blaky comenzaron a ceder ante Kaky y decidieron que lo más importante para seguir disfrutando del keso que tanto amaban era hacer todo lo que Kaky les pedía para dejarlo feliz y contento.
Kaky se convirtió definitivamente en el rey del keso.

¡Moverse con el keso y disfrutarlo!

Los ratoncitos Worky están aprovechando estos buenos tiempos de la era Kaky, y han logrado un record de producción de keso. Sólo los ratoncitos amarillos de la gran aldea asiática crecieron más que nuestra aldea.
Notar enseguida los pequeños cambios ayuda a adaptarse a los cambios más grandes que están por llegar.

Los Worky, entretenidos produciendo keso, se dieron cuenta que hay un cambio en el aire, pero por más que lo intenten no pueden darse cuenta de cuál será el gran cambio que se viene.
Hasta que no esté claro, no podremos escribir el final de este cuentito.

2 comentarios:

TATA dijo...

me da terror el final del cuentito...y asco el olor a queso podrido...

carancho dijo...

Sospecho que aparece un gato en algún momento...