Siempre pensé que en el fondo del corazón de cada argentino, hay un corrupto en potencia, sea del extracto social que sea. El argentino no siente la corrupción como un delito o falta a la moral, si no como una acción inteligente. La mejor expresión que escuché, de parte de un amigo para definir a un amigo suyo, alto funcionario de Yaciretá e inescrupulosamente corrupto, fue: "Es un muchacho que se sabe mover muy bien". Es decir, su perfil delictivo, era visto por mi amigo, como una virtud. JUAN
Exacto. Te doy otro ejemplito reciente en mi club: había una asamblea muy importante para tratar un tema delicado ya que muchos entraban sin pagar haciendo uso de todas las instalaciones, incluso un salón para fiestas gratarola. Cuando llegó el momento de tratar el tema, se levantó la sesion porque era tarde, firmaron el acta y se fueron. Los socios se indignaron, patalearon, gritaron? no, "qué bien que la hicieron" fue el comentario risueño. Emma Peel
Coincido con los comentarios, y a riesgo de abundar digo que en Argentina existe casi un culto hacia los delincuentes, por eso es posible ver a personas que serían incapaces de robarse un caramelo (los hay che…) votar a los peores mafiosos. Sienten una atracción fatal, quizás una envidia secreta, cuando no abiertamente confesada. Prefieren incluso pasar por chorros antes que por tontos. Borges señaló esa antigua característica social cuando puso el ejemplo literario de Cruz pasándose de bando para defender al desertor y asesino Martín Fierro.
Así las cosas, en la mayoría de los países los candidatos tratan de mantenerse limpios para ser atractivos frente al electorado; se corrompen luego, al acceder al poder. Aquí pareciera ser al revés, se los elige corruptos y como no podría ser de otra forma, al acceder al poder se corrompen absolutamente. Eligen al ‘modélico’ Robin Hood con la esperanza de que les tire algún mango (muy mal) hasta que se dan cuenta de que era un disfraz que escondía al Gordo Valor, y entonces lloran (mucho peor).
Una buena medida legislativa que debería contar con el apoyo de toda la Oposición (la de verdad) es la de declarar delito imprescriptible a los actos de corrupción de funcionarios públicos nacionales, provinciales y municipales, así como también que alcanzase a las empresas Sociedad del Estado, que sean jurídicamente autónomas.
Como es habitual en los temas de la lucha contra la corrupción, la idea es de la Dra. Elisa Carrió.
9 comentarios:
Siempre pensé que en el fondo del corazón de cada argentino, hay un corrupto en potencia, sea del extracto social que sea. El argentino no siente la corrupción como un delito o falta a la moral, si no como una acción inteligente. La mejor expresión que escuché, de parte de un amigo para definir a un amigo suyo, alto funcionario de Yaciretá e inescrupulosamente corrupto, fue: "Es un muchacho que se sabe mover muy bien". Es decir, su perfil delictivo, era visto por mi amigo, como una virtud. JUAN
las vegas tiene mas luces que paris
Exacto. Te doy otro ejemplito reciente en mi club: había una asamblea muy importante para tratar un tema delicado ya que muchos entraban sin pagar haciendo uso de todas las instalaciones, incluso un salón para fiestas gratarola. Cuando llegó el momento de tratar el tema, se levantó la sesion porque era tarde, firmaron el acta y se fueron. Los socios se indignaron, patalearon, gritaron? no, "qué bien que la hicieron" fue el comentario risueño.
Emma Peel
La frase que mejor nos define: Lo malo de la corrupción es quedarse afuera.
Hace rato que vengo diciendo lo mismo: la Argentina necesita principalmente un cambio moral.
Si desde arriba se fomenta la inmoralidad, es muy difícil que los de abajo hagan lo contrario.
Y cuando uno está rodeado de parásitos, es imposible no ser picado.
Andrés
Parece que esa es la condición de casi toda Latinoamérica amigos.
Coincido con los comentarios, y a riesgo de abundar digo que en Argentina existe casi un culto hacia los delincuentes, por eso es posible ver a personas que serían incapaces de robarse un caramelo (los hay che…) votar a los peores mafiosos. Sienten una atracción fatal, quizás una envidia secreta, cuando no abiertamente confesada. Prefieren incluso pasar por chorros antes que por tontos. Borges señaló esa antigua característica social cuando puso el ejemplo literario de Cruz pasándose de bando para defender al desertor y asesino Martín Fierro.
Así las cosas, en la mayoría de los países los candidatos tratan de mantenerse limpios para ser atractivos frente al electorado; se corrompen luego, al acceder al poder. Aquí pareciera ser al revés, se los elige corruptos y como no podría ser de otra forma, al acceder al poder se corrompen absolutamente. Eligen al ‘modélico’ Robin Hood con la esperanza de que les tire algún mango (muy mal) hasta que se dan cuenta de que era un disfraz que escondía al Gordo Valor, y entonces lloran (mucho peor).
Una buena medida legislativa que debería contar con el apoyo de toda la Oposición (la de verdad) es la de declarar delito imprescriptible a los actos de corrupción de funcionarios públicos nacionales, provinciales y municipales, así como también que alcanzase a las empresas Sociedad del Estado, que sean jurídicamente autónomas.
Como es habitual en los temas de la lucha contra la corrupción, la idea es de la Dra. Elisa Carrió.
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