Parece que alguien se tomó la molestia de hacer una encuesta sobre las preferencias femeninas acerca de las dimensiones ideales de la varita de la alegría que portamos los hombres. Los resultados de esta encuesta están reflejados en el cuadro superior, así que no hace falta añadir mucho más al respecto.
Sin embargo, mi espíritu científico me obliga a señalar que no están indicados, en el universo considerado, varios datos como: el rango etario, el nivel educativo, el origen étnico, la magnitud de la muestra ni el margen de error.
Lo del origen étnico lo señalo especialmente porque una muestra entre japonesas, chinas, tailandesas y mujeres en general de la llamada raza "amarilla", que tienen como contraparte en su población nativa a hombres con instrumentos más pequeños que la media de los Occidentales, tendría un dato que debe evaluarse para no distorsionar el resultado. También habría que saber si han tenido sexo con occidentales o sólo con asiáticos para poder comparar. (Ganamos por muerte, los blanquitos...)
Lo mismo vale si la población encuestada incluyese mujeres de origen africano de raza negra cuyos hombres tienen una media (por llamarla así) superior a la de Occidente... (Perdemos por pateadura los blanquitos...)
Igual, por el tipo de encuesta y dado que existe un website llamado PenisSizeDebate.com donde algunos se toman la molestia de discutir sobre este tema, presumo que el universo encuestado es de mujeres europeas y norteamericanas solamente, aunque esto no significa que los resultados no sean válidos entre las mujeres de otros países como Argentina.
Si algún adolescente lee este post y decide efectuar su propia medición, amablemente le sugiero que use un Centímetro de tela (No, no. Entendiste mal, nene. Digo que uses el medidor de centímetros de tela que debe tener tu mamá en el costurero) y no la cinta métrica metálica para evitar que se corte o que se melle la cinta...
A Ud., lector adulto y supuestamente maduro, le pido que no haga el papelón de medirse a esta altura del partido. Hace años que debe haberlo hecho, déjese de embromar.
Y a los casados desde hace rato, les sugiero la conveniencia de no mostrarle a la legítima el gráfico de resultados ni aunque Uds. sean Toro-Sentado Goldschmidt y califiquen para la Zona A. Recuerden que son SUS patronas desde hace tiempo y le van a encontrar algún defecto...
Y a Uds., Sras. y Srtas. seguidoras de este blog, no se dejen influir por el Imperialismo Colonialista Apátrida con esos resultados. Hagan sus encuestas nacionales y populares. ¿Cómo dicen? ¡Ahhh! Que Hace rato que saben el resultado, pero que lo hablan entre mujeres nada más...
Bueno, ta' bien, sigan con sus secretitos típicos, pero no veo por qué corno se sonríen con gesto canchero...
12 comentarios:
Mi abuela siempre decía: 'a la larga o a la corta, el grosor es lo que importa'. Pardon my french.
Ay, estos hombres siempre tan acomplejados!
Bueno, entonces que acá la estadistica la haga el INDEC, así se quedan tranquilos.
Emma Peel
Habrá que tomar medidas.
Smiling, el mismo dicho se escuchaba en casa de mis tías, sabias señoras que que deben haber sido de la misma generación que su abuela.
Smilin y BB, yo soy unos 10 años mayor que Uds., lo que significa que mi abuela y sus hermanas deben haber sido de la misma generación de las dignas señoras que Uds. mencionan.
¡Se ve que a la vejez las mujeres de esa generación, al menos, a veces se sinceraban y mandaban algunos comentarios que dejaban estupefactos a los oyentes de la familia!
Lo digo porque, siendo niño, alguna vez escuché algún comentario parecido de boca de mi propia abuela, muy buena y cariñosa, que no entendí, pero que provocó la reacción furiosa de mi madre y que mi viejo casi se ahoga del ataque de risa que le agarró.
Eran bravas las abuelas parece, dicho esto con todo respeto por las de Uds.
Señoras y señoritas en edad de merecer: en este juego de la Batalla Naval del Amor ya saben en qué coordenadas deberán poner sus barquitos, por ej. ¡A-21… hundido!
Creo que falta un tercer eje que indique la vitalidad del instrumento ante la ecesidad de la dama.
Mi estimada Emma: me temo que Ud. pertenece al grupo de mujeres que se sonrió y, meneando la cabeza, pensó:
"Estos tipos, siempre con lo mismo...".
En cuanto a lo de sentirse acomplejado, le cuento una anécdota.
Tal vez recuerde que viví un tiempo en Zimbabwe. Un día vino de visita una cuñada mía, hermana de mi mujer, con Fernando M., su candidato de esos tiempos. Obviamente, los llevamos a conocer los distintos lugares de interés cerca de Harare, además de organizar excursiones a Victoria's Falls y a Parques Nacionales.
En los esos viajes más o menos breves, íbamos en un Land Rover descapotable de los que son ideales para tener amplia visión y admirar la naturaleza en todo su esplendor.
Mi mujer se sentaba en el asiento de atrás con su hermana para "actualizarse" después de tiempo de no verse, mientras los hombres íbamos adelante.
Íbamos por un camino de tierra, sin nada demasiado especial para ver porque era una región de plantaciones de tabaco, y las chicas estaban charlando animadamente cuando, al salir de una curva, nos encontramos con un puente sobre un río no muy grande en el que se estaban bañando varios africanos.
Yo apenas miré hacia el río y a los bañistas porque el puente era tipo Bayley y angosto, pero escuché el silencio profundo en que había incurrido el mujerío y que Fernando exclamaba: "¡Qué los parió a esos negros!"
Miré por el retrovisor y las ví a mi mujer and her sister con el cogote dado vuelta como si fueran lechuzas mientras se codeaban y murmuraban cosas incomprensibles seguido de un ataque de risa cuando le vieron la cara a Fernando que las miraba medio indignado...
No pude evitar preguntar qué corno habían visto y mi cuñada me dijo a las carcajadas: "varias Pitones, pero no constrictoras"...
Los detalles de lo sucedido que me comentó Fernando más tarde, me los reservo por ser inapropiados para el ego masculino argentino.
Jajajajja muy buena la anécdota, Don Enmasca!!!!
Siempre viene bien el viejo axioma: "las comparaciones son odiosas", :)
El haberla escrito demuestra que Ud.no tiene complejos, o mejor aún, no tiene de qué acomplejarse.
En ambos casos....auguri!!!
Emma Peel
Me alegra que las haya entendido perfectamente a mi mujer y a su hermana, se nota que Ud. es una mujer también...
Y lo de las comparaciones lo comparto plenamente, pero le confieso que, después del episodio que conté, cuando viajaba por el interior de Zimbabwe y me acercaba a un río miraba fijamente el camino sin prestar ninguna atención a lo que ocurriese en el agua o en las orillas.
Y ni así me salvé de preservar la autoestima. Cierta vez tuve que viajar a Zambia por carretera con un amigo rhodie, blanco anglo nacido en Rhodesia, y que no emigró.
Estábamos yendo por una ruta pavimentada a unos cuantos Kms. de la frontera con Zimbabwe, y de pronto vimos parado al lado de la ruta a un morocho vestido con ropas tribales.
Esto no es habitual verlo en Zimbabwe y mi amigo rhodie me lo señaló especialmente porque era una oportunidad de ver a un verdadero africano vestido en la forma tradicional de un guerrero.
Pasamos despacio al lado de él que tenía un pequeño tocado con plumas en la cabeza, collares diversos de huesos y caracolitos, un taparrabos de cuero, una lanza corta en la mano derecha y un escudo ovalado hecho con piel de vaca en el brazo izquierdo.
Yo había aprestado mi videocámara y lo estaba enfocando mientras nos acercábamos a él y, prudentemente, bajé la cámara, le sonreí y levanté la mano en el universal gesto amistoso.
Cuando me devolvió la sonrisa y me saludó alzando la mano derecha con la lanza, lo filmé en un plano de arriba abajo con un acercamiento cercano a su cabeza para que se viesen los collares, el tocado de su cabeza y su perfecta y simpática sonrisa llena de dientes blancos.
Mi amigo rhodie le calculó unos 35 a 40 años de edad y, como suelen ser los morochos del sur de África no era un tipo alto ni corpulento, sino de un 1,60 o 1,65 metros de altura, flaco y nervudo en buen estado físico.
Bueno, al día siguiente habiendo vuelto a mi casa en Harare, puse el video y me senté a verlo tranquilamente con mi mujer.
¡¡¡Horror!!! Espantado, ví que cuando tomé el plano lejano y lo fuí subiendo por el cuerpo del tipo apareció una imagen que yo no había notado a través del visor de la cámara.
Ya dije que el morocho tenía una lanza en una mano, el escudo en la otra, pero de abajo del taparrabos asomaba lo que parecía un pedazo de garrote, pero no lo era...
Si hubiera existido Internet, estoy seguro que mi mujer se lo hubiera enviado a todas sus hermanas y amigas...
Yo, en cambio, quedé convencido de que los pobres negros sufren una deformación genética, y ni mamado fui nunca a una playa nudista...
Jajajja muy bueno Enmasca!
Emma Peel
Me permito aportar que la gráfica con que se muestran los resultados de la encuesta presenta un perfil muy sugestivo. Nicanor
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