Lo de Ucrania va en serio y puede haber guerra.

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Cantidad de muertos en los incidentes según las zonas.

Como adición al interesante post del Mayor Payne, y dado que la situación en Ucrania se está deteriorando rápidamente, creo que estos mapas pueden servir para ver el terrible despelote en el que están metidos la Unión Europea, Rusia y EE.UU., entre otros, y que puede terminar muy mal.

Asimismo, voy a agregar algunos hechos históricos que nos pueden explicar la conducta y reacciones de los distintos componentes de la población ucraniana ante la crisis. Los elementos político-estratégicos y económicos de la cuestión en juego, sean teorías conspirativas o no, ya han sido expuestos por varios comentaristas así como por la prensa internacional (aunque la nuestra le preste poca atención) por lo que me limitaré a los aspectos socio-culturales de la historia.

Estoy convencido de que la situación actual es muy seria y puede escalar rápidamente a un conflicto armado de consecuencias imprevisibles porque, además de los elementos evidentes de geopolítica, hay demasiadas emociones en juego que están enraizadas en la memoria histórica de la gente común, así como en la cabeza de los dirigentes de Ucrania, de Rusia y de Crimea.

El Consejo de Seguridad de la ONU va a tratar el caso ucraniano y no tengo dudas de que Ban Ki Moon, y los genios de la diplomacia internacional de EE.UU. y Europa, se deben estar partiendo la cabeza para buscar una solución que evite un enfrentamiento ya que la Duma rusa ha autorizado el empleo de fuerzas militares en Crimea y que el gobierno de Kiev ha decretado el estado de alerta a sus fuerzas armadas. Por ello, me abstengo de hacer una previsión porque la situación es muy fluida, pero llamaría la atención sobre un pequeño detalle: la Argentina es miembro no permanente del Consejo de Seguridad y va a tener que opinar y actuar... (¡Ja!)

Yendo al tema, los mapas muestran que, grosso modo, la Ucrania del Oeste del Dniéper es étnica y lingüísticamente ucraniana, en tanto que al Este del Dniéper y, especialmente en Crimea, es de origen ruso. Sin embargo, el 70% de la población total es ruso parlante, como lingua franca común, en tanto un 20% es ucraniano parlante y el resto corresponde a otras lenguas minoritarias como el rumano, húngaro, búlgaro y tártaro.

Detalle importante para recordar: la Península de Crimea estuvo habitada desde 1400 por los tártaros (musulmanes sunnitas) y fue gobernada hasta mediados del siglo XVIII por el Khanato de Crimea, hasta que fueron sometidos por la fuerza e incorporados al Imperio Ruso. En varias ocasiones bajo los Zares los tártaros trataron de recuperar su independencia, pero fueron aplastados violentamente hasta que, en 1944, Stalin los acusó de haber colaborado con los nazis y los deportó en masa a Repúblicas del Asia Central, como Uzbekistán, donde murieron de hambre y frío de a decenas de miles. Si Crimea ya había sido bastante rusificada durante los Zares, este fenómeno se potenció bajo Stalin.

En 1954, Nikita Kruschev siendo Primer Ministro ruso, al cumplirse los 300 años de la unión entre Ucrania y Rusia,  "regaló" Crimea sacándola de la jurisdicción de la República Socialista Soviética Rusa e incorporándola a la República Socialista Soviética de Ucrania. Sin embargo, en la península no dejó de haber una enorme mayoría de habitantes de origen ruso. Los tártaros recién regresaron a Crimea luego de la disolución de la U.R.S.S. y hoy habitan en la península unos 250.000 tártaros fuertemente independentistas.

En lo que respecta a Ucrania misma, su historia es la de un pueblo eslavo con fuerte conciencia nacional que fue sucesivamente atacado por mongoles-tártaros, polacos, lituanos, austro-húngaros y rusos y que resistió siempre la dominación, pese a sufrir incluso diversas desmembraciones territoriales y cambios de un Imperio otro, sin perder nunca su propia identidad y su deseo de ser independientes.
Es un país rico en recursos agrícolas que posee una cuarta parte de la tierra negra del mundo, y minerales, con poco petróleo y gas, pero pasan por su territorio los gasoductos rusos a Europa. Tiene el tamaño de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba juntas y está habitado por 48 millones de personas.

En Ucrania Occidental la mayor parte de la población es de la Iglesia Ortodoxa aunque ha habido un gran incremento de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana (rito católico oriental que reconoce al Papa como jefe máximo) luego de la caída del comunismo como consecuencia de la reafirmación de la identidad nacional. En el resto del país es mayoritaria la religión Ortodoxa Rusa. El rito Greco-católico tuvo una expansión enorme en la Ucrania occidental y en Kiev desde 1991 y no es un detalle menor aunque no sea preponderante.

En la historia reciente del siglo XX, hay que destacar un hecho fundamental que fue deliberadamente ocultado por los soviéticos hasta la Caída de la URSS. Me refiero a la Gran Hambruna, llamada Holodomor en ucraniano, que provocó la muerte de 7 millones de ucranianos entre 1932 y 1933. Recordarán todos la lucha total que desató Stalin, y que costó la vida de más de 10 millones de personas en la URSS, para eliminar a los kulaks e imponer el modelo de granjas colectivas. En ese marco, los campesinos ucranianos despojados de sus tierras, y que habían viajado a las ciudades buscando alimentos, fueron deliberadamente excluidos de toda distribución de comida por parte de la G.P.U. que controlaba el abastecimiento de grano y la distribución de semillas en forma absoluta. Literalmente los dejaron morir de hambre o fueron deportados de a miles al medio de la estepa en invierno sin nada para comer.

(Los que quieran detalles de este horrible genocidio en serio hecho por el comunista Stalin, y que es  muy poco conocido en Occidente ya que se supieron los detalles luego de la caída de la URSS, solamente tienen que buscar Holodomor en Internet y encontrarán la información más amplia la que, por supuesto, nunca es mencionada por la basura de la izquierda latinoamericana y europea.)

La desaparición física de 7 millones de ucranianos le permitió a Stalin el masivo repoblamiento con campesinos rusos que pasaron a ocupar las tierras y ciudades como Jarkov, al mismo tiempo que le aseguró la sumisión absoluta de los ucranianos.

Pero los ucranianos no se olvidaron de estos asesinatos masivos y en 1941 apoyaron la entrada de los nazis con entusiasmo, sumándose muchos de ellos a la lucha contra los soviéticos (ver 14° División Granaderos SS Galitzien), hasta que la represión indiscriminada nazi los alejó.

Cuando la URSS recuperó Ucrania, nuevamente se produjeron las deportaciones y fusilamientos de los que habían colaborado con los nazis, así como de cualquiera que demostrara algún grado de nacionalismo ucraniano.

Todos estos elementos sumados, han generado una memoria histórica popular que explica el rechazo que la gran mayoría de los ucranianos occidentales tienen contra los rusos, rechazo que llega al odio extremo entre los ultranacionalistas del partido Sbovoda y de otros grupos semejantes que han encabezado las protestas violentas contra el gobierno pro-ruso de Yanukovich.

Por su parte, los ucranianos de origen ruso también tienen  memoria histórica y se han sentido amenazados directamente por el giro que ha tomado el nuevo gobierno en Kiev y por sus primeras medidas de gobierno. La muy reciente Ley de Lenguas Regionales que impuso el idioma ucraniano como único idioma oficial eliminando el ruso, lengua co-oficial en las provincias del Este y del Sur, han provocado indignación y temor entre los rusos que le tienen pánico a un gobierno nacionalista ucraniano. Y me temo que tienen razón al estar preocupados porque los fanáticos ya han entrado en acción, pero el problema es que actúan en los dos bandos.

El status de República Autónoma de Crimea también parece correr peligro por las declaraciones de varios políticos nacionalistas ucranianos que reivindican una integridad territorial absoluta sometida al gobierno de Kiev. Y esto es una amenaza directa a la Base Naval Rusa de Sebastopol y a la población rusa de la península.

Putin respondió como era previsible que lo hiciera cualquier gobierno ruso, no puede permitir perder Sebastopol y el acceso al Mar Negro ni dejar indefensos a sus "parientes" de Crimea donde constituyen el 72% de la población, siendo el resto ucranianos o tártaros.
  
Las escenas de hoy de Jarkov, ciudad mayoritariamente habitada por rusos étnicos, donde ciudadanos ucranianos "puros" fueron golpeados y humillados por manifestantes rusos, son muy semejantes a las vividas por rusos étnicos como víctimas en zonas ucranianas netas. Y me temo que no hay motivos para pensar que este tipo de hechos van a terminar rápidamente en un ambiente donde hay tantas tensiones económicas y políticas con el agregado de rencores históricos firmemente enraizados en la población.

Un detalle que parecen haber olvidado los políticos de la UE que quieren integrar a Ucrania a la Unión. Ucrania occidental padece de un racismo antisemita histórico que se manifiesta en casi en todos los partidos políticos y estratos sociales. Desde que asumió el nuevo gobierno, ya han sido atacados una sinagoga y  varios judíos. El Rabino de Kiev, Moshe Azman, ha pedido a los fieles que abandonen la capital e incluso el país. Textualmente dijo: "No quiero tentar al destino", recordando seguramente que 1 millón de judíos fueron asesinados por los nazis con la entusiasta colaboración de los grupos nacionalistas ucranianos...

En fin, me temo que la situación ucraniana y especialmente la de Crimea, se le han escapado de las manos tanto a los europeos como a los americanos quienes, como es habitual, subestiman la fuerza de la memoria histórica de la gente común y, sobre todo, la de los pueblos de la Europa Oriental que nunca han conocido otra cosa que gobiernos despóticos y están muy acostumbrados a recurrir a la violencia física para lograr sus objetivos.

También se olvidan los "buenistas" que, a diferencia del Occidente, la gran mayoría de los países del Este han mantenido el servicio militar obligatorio después de la caída del comunismo, por lo que la población está familiarizada con el manejo de armas, tiene instrucción militar y cuadros de oficiales y suboficiales de reserva. Para colmo, Ucrania cuenta con los "Afganos", los veteranos de la invasión rusa de Afganistán que son tipos bien duros que han visto de todo.

Y por parte de Rusia qué se puede decir. Putin es ruso étnico, ex-KGB y un tío jodido. ¿Qué esperan de él? ¿Que sea Jimmy Carter? Los rusos también son gente jodida y muy nacionalistas...

Una última cosa: entre las posibilidades que se pueden prever, puede ocurrir que alguien proponga aplicar el principio de preservar la integridad territorial ucraniana sin invocar el derecho a la autodeterminación de los pueblos, para evitar la eventual secesión del Este y el Sur de Crimea pro-rusos. Espero que si alguien promueve o apoya una solución de este estilo me gustaría que fueran los gobiernos de Argentina y de España.

En cambio, el Mayor Payne y yo nos vamos a reír mucho si lo proponen o apoyan Cameron y sus falklaneros seguidores...