Tremendo, lo que veo es que según el link se trata de la ‘percepción’ de corrupción de los propios ciudadanos de cada país, no una regla ética general aplicada a todos. Eso relativiza mucho, porque por lo que en Finlandia te meten preso aquí te felicitan y hasta son políticas de estado ya que son conductas naturalizadas socialmente… yo creo que si los argentos se vieran a sí mismos como son y no por cómo creen que son, más que bordó oscuro saldría negro.
Gus VF, exacto. El argentino medio es intrínsecamente corrupto, más aún, lo percibe como una destreza. "Es un muchacho que se sabe mover muy bien", fue el eufemismo que utilizó un amigo para referirse a un funcionario terriblemente corrupto, ex director de la peor época de Yacyretá. Corrupción hay en todo el mundo, pero en Argentina, abarca a todos los estratos de la sociedad: es corrupto el político; el ministro, el empleado público de alto nivel y el pibe de mesa de entradas; el policía de la esquina y la señora que va a hacer las compras al súper con sus hijos; el cirujano que renombrado y el juez que hace chapa para estacionar en lugar indebido. La sociedad argentina es indolente y disoluta y, como si fuera poco, ama el populismo. Solo enfrentarse a la posibilidad seria de desaparecer como nación, podría hacerla reaccionar a esta sociedad, como -por ejemplo- lo que sufrieron los alemanes al final de la segunda guerra. JUAN
3 comentarios:
Estamo en primera, estamo!
Tremendo, lo que veo es que según el link se trata de la ‘percepción’ de corrupción de los propios ciudadanos de cada país, no una regla ética general aplicada a todos. Eso relativiza mucho, porque por lo que en Finlandia te meten preso aquí te felicitan y hasta son políticas de estado ya que son conductas naturalizadas socialmente… yo creo que si los argentos se vieran a sí mismos como son y no por cómo creen que son, más que bordó oscuro saldría negro.
Gus VF, exacto. El argentino medio es intrínsecamente corrupto, más aún, lo percibe como una destreza. "Es un muchacho que se sabe mover muy bien", fue el eufemismo que utilizó un amigo para referirse a un funcionario terriblemente corrupto, ex director de la peor época de Yacyretá. Corrupción hay en todo el mundo, pero en Argentina, abarca a todos los estratos de la sociedad: es corrupto el político; el ministro, el empleado público de alto nivel y el pibe de mesa de entradas; el policía de la esquina y la señora que va a hacer las compras al súper con sus hijos; el cirujano que renombrado y el juez que hace chapa para estacionar en lugar indebido. La sociedad argentina es indolente y disoluta y, como si fuera poco, ama el populismo. Solo enfrentarse a la posibilidad seria de desaparecer como nación, podría hacerla reaccionar a esta sociedad, como -por ejemplo- lo que sufrieron los alemanes al final de la segunda guerra. JUAN
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