21 de octubre de 2015

La Oda de Antonio Leal a Salvador Allende








Después del culto a la personalidad al dictador comunista José Stalin no habido otro en los anales de la Historia como el culto al presidente marxista chileno Salvador Allende, como si fuese que alguien que cambio los paradigmas de la política. Tan sólo falta que lo conviertan en un dios.  Me equivoque están los cultos a Hugo Chávez, Fidel Castro y Mao.



Cuando el gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden (1973 -1990) entregó el poder a los civiles, previamente fijándose un itinerario que cumplió, y no como dice el relato de la DC/UP que la civilidad ‘recupero la democracia’, en seguida comenzó la reivindicación al presidente marxista leninista que gobernó entre 1970 y 1973. En verdad empezó antes. No sé si durante el plebiscito o durante la campaña presidencial recuerdo que el líder de la Democracia Cristiana, Patricio  Aylwin  dijo que “Allende estaría con nosotros”, olvidándose o haciendo el leso, que Allende “no era el presidente de todos los chilenos”. Obviamente, eso lo dijo para atraerse a los ex UP, de los cuales han sido sus aliados hasta el día de  hoy.

Los chilenos a principios de los noventa no pensaban en Allende, y se creyeron el cuento que la DC/UP se habían renovado. Sabemos eso fue una simple estrategia para calmar. La Izquierda espero dejar débil a la derecha para mostrarse tal como son y terminar la obra del presidente Allende.



 La estatua que está frente a La Moneda salió del erario nacional, o sea, a través de impuestos de personas que no compartían el ideario marxista, pues la colecta que comenzó la Izquierda con el político y ex comunista, Antonio Leal no rindió frutos. Según me contó el bloguero Ciro Cárdenas del blog Libertad y Socialismo que el año 1990 vio ese político en el concurrido Paseo Ahumada pidiendo dinero para la estatua. La realidad, es que nadie se acercaba a él.



Pues bien, el mismo Leal que, dicho sea de paso, es Doctor en Filosofía. Teniendo en cuenta este último dato, uno esperaría que fuese fiel a la verdad, pues tal locución atribuida a Aristóteles: “Amicus Plato sed magis amica veritas”, que significa  Platón es (mi) amigo, pero la verdad (es) más (mi) amiga". Para la Izquierda no existe la verdad. El mencionado académico que luego fue diputado del PPD y que formó parte del directorio de una universidad privada escribió un libro publicado por la editorial progresista Lom,  En El Crepúsculo de la Política, donde le intentaba dar un contenido ideológico a la Izquierda quedo huérfana de la ex URSS, entre la socialdemocracia y socialismo liberal. El partido instrumental PPD no es liberal.



 En el libro citado hay capítulo dedicado a Salvador Allende, titulado “Allende Hacia el siglo XXI”.  Llega ser delirante las cosas que escribe y, por supuesto, alejado de la realidad. El académico se pregunta:“¿De qué manera sirve el pensamiento y la obra de Salvador Allende mirando la perspectiva del siglo XXI?. En otras palabras, más allá de su indesmentible valor ético”. ¿Dónde está ética? Luego responde la pregunta:

Creo que el gran valor del pensamiento político de Allende, lo que le confiere originalidad, es su visión nacional y su profunda coherencia democrática. Es decir, Allende llega al marxismo a través de una lectura y de una vivencia de la historia política y social de Chile de la cual extrae el origen fundamental de su pensamiento. El es fruto de la maduración liberal democrático y de una cultura profundamente laica, dotada de una fuerte componente humanista, social y latinoamericanista…accede al marxismo por una vía diversa a la abierta tradición leninista derivada de la Revolución de Octubre y definitivamente lejana a la Internacional Comunista y a la cultura del stalinismo que desde mediados de los años 20 se impone definitivamente en ella.
  De allí que el marxismo que Allende más estudia y conoce es aquel que entronca con su propia tradición cultural y libertaria:
Allende –como el Gramsci de los Cuardernos de la Cárcel que nos habla del paso de la estrategia insurreccional  al estrategia de la política, de las ideas y de la ética – comprende que las transformaciones se juegan en la esfera de la sociedad civil, que el movimiento popular debía construir hegemonía dentro del Estado y de las instituciones, que debía reforzar la democracia…
Si algo diferencia a Allende de otros dirigentes de la izquierda que contribuyeron a construir el proyecto de la Unidad Popular es que Allende creía en la llamada democracia “burguesa” y enclavaba en ella su proyecto revolucionario.”

 No sé cómo se puede ser democrático liberal y a la ser marxista. Allende no creía en la democracia liberal o “burguesa”. Así que, además, es libertario como Herbert Spencer o Murray Rothbard. La sociedad civil se opuso a la Unidad Popular.




Luego continua: “Allende demostró hasta el último momento de su vida su enorme coherencia y la ausencia de una doble moral tan típica de la izquierda leninista. Ello se expresó en su temprano rechazo al stalinismo y a los horrores de su dictadura, en su neta condena a las invasiones soviéticas en Hungría y Checoslovaquia, en su solidaridad con Tito, en su firme adscripción a la Revolución Cubana mucho antes de que ésta se sovietizara”. ¿Cierto?

  Primero hay que decir, que la Izquierda chilena sigue con su doble moral, ya que el terrorismo que ella practico no constituye una violación a los derechos humanos, en cambio, que los militares hayan muerto a terrorista eso una violación a los derechos mencionados.  En segundo lugar, el señor Leal me podría explicar las siguientes palabras que dijo Salvador Allende a la muerte de Stalin el 16 de marzo de 1953 y que reprodujo el diario El Siglo y que cita José Piñera en su libro Una Casa Divida: “Stalin fue para el pueblo ruso bandera de revolución, de ejecución creadora, de sentimiento humano agrandado por la paternidad; símbolo de paz edificante y de heroísmo sin límites…pero sobre estos aspectos…están su fe inmensa en la doctrina de Marx y Lenin, y su irrevocable conducta marxista.”

  Cuando publico El Crepúsculo de la Política se desconocía los Archivos Mitrokhin. La Izquierda chilena cada rato los archivos de la CIA, omitiendo la KGB y la DGI cubana, como si nunca hubiese existido. Según el archivo Mitrokhin, Salvador Allende fue contactado por el servicio de inteligencia soviético el año 1953 por el agente Svyatoslav Fyodorovich Kuznetsov, que trabajaba para la agencia de prensa Novosti. El Politburo soviético le pagaba 30.000 dólares de la época “para consolidar las relaciones de confianza” . Su nombre clave era “Leader”. Además, entre su mandato recibió 200.000 dólares. No sé cómo pagado por la KGB hubiera condenado las invasiones soviéticas a Hungría y Checoslovaquia.



 La siguiente frase llega ser un contrasentido: “en su firme adscripción a la Revolución Cubana mucho antes de que ésta se sovietizara”. ¿A quién cree que está escribiendo? Ahí están las fotos con la máquina de matar Ernesto “Che” Guevara y con Fidel Castro. Allende siendo presidente del Senado propuso en la Conferencia Tri-Continental de La Habana, en enero de 1966, la creación de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), cuando Cuba ya sovietizada. Según el autor Desde las Cenizas, Allende le confesó a Régis Debray, que él nunca considero a las OLAS como una central de información para las actividades revolucionarias. En efecto, esa organización propiciaba el derrocamiento de los gobiernos no comunistas. Para el año 1967, en el manifiesto publico en La Habana sostenía “la lucha armada revolucionaria constituye la línea fundamental para la revolución latinoamericana”.



 En 1968 viajo rápidamente al norte chileno para defender y escoltar a los guerrilleros del banda del Che Guevara. Dicho acto cuenta James R. Whelan “chocó al sentido chileno del decoro y de la neutralidad política que se espera de un presidente del Senado”. Asimismo, los tontos inútiles de los demócratas cristianos lo salvador de una acusación constitucional por faltar a los deberes del cargo.

 Entre sus héroes estaba Fidel Castro, el Che Guevara y Ho Chi Minh, a quien había conocido en una gira en 1968. En el documental que hizo Debray aparece en la casa de Allende un retrato del dictador vietnamita.



 Luego continua: “Precisamente, en su visión profundamente nacional del proceso, en su apego al Estado de Derecho, a las reglas de la democracia, en su metodología e incansable búsqueda del consenso, en su concepción de las transformaciones como grandes palancas para un desarrollo incluyente, en su visión desconcentrativa del poder hacia la sociedad civil, en su concepción no violentista de la política, en su afán por construir un mapa de derechos cada vez más amplio de todos los chilenos, en su humanismo tolerante, en su idea de la política como algo trascendente….Allende proyecta su influencia hacia la izquierda que debemos construir en la perspectiva del siglo XXI”.

Cuando le fue presentado el Acuerdo de la Cámara de Diputados, Allende dijo: “tras la expresión ‘Estado de Derecho’ se esconde una situación que presupone una injusticia económica y social entre los chilenos que nuestro pueblo ha rechazado. Pretenden ignorar que el Estado de Derecho sólo se realiza plenamente en la medida que se superen las desigualdades de la sociedad capitalista”. No tiene nada que ver con la igualdad ante ley. Con todo, muchos políticos y académicos de la ex derecha todavía no entienden que la Izquierda tiene otra visión del Estado de Derecho, que les niega a los militares presos.




 Termina el delirio del Doctor en Filosofía: “Aún más patético resulta el intento de cubrir con su pensamiento una política demagógica, populista y violentista que Allende aborrecía. Allende, visto con criterio historicista que es necesario abordar a todos los grandes pensadores, era un hijo  y contemporáneo de su tiempo”. Ahí está la foto con la metralleta que le regalo Fidel y su apoyo al grupo terrorista Mir durante su mandato.

1 comentario:

carancho dijo...

Los zurditos, siempre necesitando héroes tan asesinos como sea posible.
En nombre de la democracia y la justicia. por supuesto.
Excelente aporte, Javier.