El viernes pasado me llegó un papelucho del Correo Argentino, avisando que (con fecha y hora determinada) tenía que pasar a retirar un envío internacional., lo que me dejó algo perplejo porque no me acordaba de tener pedido nada.
Hoy fui, y en un trámite rapidísimo me hice de un paquetito con una piecita plástica que efectivamente había comprado hace mas o menos un año y que, dada la demora ya había borrado de mi inventario mental.
Al momento de retirar el sobre veo prolijamente estibados y numerados, no en la oficina en sí del correo sino en el hall, una buena cantidad de paquetes, sobres y sobrecitos. Al preguntar, me dijo el empleado que están entregando a razón de 250 envíos por día, piezas que habían quedado retenidas en la Aduana de Buenos Aires, cuando algún cráneo K había decidido que las compras de Amazon, EBay o Alibabá conspiraban contra la economía nacional. Al pedo, además, porque a la hora de llegar a Buenos Aires todos estos envíos ya estaban pagados y los elusivos dólares kirchneristas se habían ido electrónicamente a algún sitio de la antipatria digital.
Qu e el estado empiece a devolver lo que le retuvo en el correo a miles y miles de argentinos es señal de un buen cambio. Mínimo. Pero es un cambio
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