13 de septiembre de 2016

¿Alcanzan 30 años?



En estos días estoy trabajando en un paper que me obliga a revisar el drástico cambio de la estructura social del espacio agrario pampeano en el último tercio del siglo XIX. Entre los textos que estuve viendo me topé con un escrito de Fernando Devoto (no lo había leído hasta este año, cosa que lamento) que hace foco en los cambios ocurridos entre la asunción de Roca y el Centenario. Apenas 30 años, pero treinta años de transformaciones profundas, de demolición de estructuras arcaicas, malones, indiadas y cacicazgos no solo indígenas. 
Aunque claro, esos 30 años tenían la ventaja de que muchísima gente coincidía en la ideología del progreso y además tenían la base de tres presidencias fundacionales (Mitre, Sarmiento, Avellaneda) que no sólo pusieron los cimientos ideológicos sino que adelantaron parte del trabajo sucio. 
Viendo la transformación de la Argentina de entonces, me viene una pregunta. Si hoy la política argentina pudiera cristalizar un cambio sostenible, si las promesas exteriores de inversión, si el viento de popa encontrara timoneles  ¿alcanzan 30 años para revertir el desastre de casi un siglo de decadencia moral, cultural y económica?



8 comentarios:

Anónimo dijo...

BB no sé qué decirte. Menem logró en 10 años actualizar la infraestructura en forma notable, pero no actualizó las cabezas. Dejó la semilla para el "Peronismo Renovador" que a su vez le dio letra al kirchnerismo que se aferró a la mitología resentida setentista. Por un lado, parecería que lo material se puede cambiar fácil, pero por el otro estamos atado a una rémora intelectual que no creo que se borre en 100 años.

TRESLETRAS

Anónimo dijo...

El principal motivo de la decadencia argentina se conoce como la maldición de los recursos naturales y se manifiesta como un populismo de una virulencia considerable. Si los argentinos (porque no depende de nadie más que de ellos) fueran capaces de deshacerse o limitar esa tara mental, no deberían tener problema en volver a vivir en un país de primer mundo como hace un siglo.

Rolando el furioso dijo...

Acá, con los 17 años del régimen militar, que puso las bases económicas para el progreso, y los 26 años de gobiernos democráticamente electos, no se logró el cambio mental necesario en la población chilena para darle sustento ideológico al liberalismo económico. Descontando los siete años transcurridos entre el golpe y la promulgación de la constitución del 80, 33 años no fueron suficientes.

Blas dijo...

Hoy es tendencia mundial el populismo. La sociedad global está convencida de tener derechos económicos solo por existir.

Anónimo dijo...

es triste, pero basta que llegue un idiota para que tire todo por la borda.

lo que hay que hacer es lo que hicieron los ingleses, en vez de hacer una revolución al estilo frances, lo que hicieron fue recortarle al gobierno las atribuciones.

Gus VF dijo...

Pensando en proyectarse a futuro, no sé de qué extraordinario “capital humano” hablan algunos en la ‘mini Davos’ cuando Argentina viene cayendo en picada en las evaluaciones Pisa y tenemos sembrada una generación de burros sin cultura del trabajo y del respeto a las normas, y que para peor de males están adoctrinados en la mentalidad parasitaria y en que a cada necesidad = un derecho. Creo que precisamente eso es lo peor que tiene este país.

Rolando el furioso dijo...

No sólo ustedes GusVF, no sólo ustedes, acá se instaló la idea "irrenunciable" que el estado tiene que hacerse cargo de las necesidades reales o imaginarias del "pueblo" ya que son derechos adquiridos.
El populismo es un virus insertado en el ADN latinoamericano.

Miguel dijo...

Creo que Rolando tiene razón en cuanto al virus en el ADN en Latinoamérica. Veo a Bachelet en Chile y me dan ganas de llorar como se puede volver a dirigir el barco hacia el arrecife, después de haber transitado tanto tiempo en el sentido correcto.

Por otro lado y más allá de los inobjetables desastres de las pruebas Pisa, creo que hay un sector no despreciable de la población que mantiene el espíritu de progreso y una notable inventiva, por lo menos en esta zona del sur santafesino y probablemente sea más o menos igual en el resto de la pampa húmeda, eso me inyecta una dosis de optimismo. Creo que nada está jugado definitivamente.