13 de febrero de 2017

Un poco ingenuo para estar en política








   El año pasado, el sitio El Pulso entrevisto al político José Antonio Kast que perteneció al partido Unión Demócrata Independiente (UDI) del senador asesinado en democracia, Jaime Guzmán. Cabe recordar que el diputado renunció al poco tiempo después que el profesor de Historia, abogado y columnista, Gonzalo Rojas Sánchez, ya que el partido -al que se volcaron sus energías -. se había desfigurado tanto que lo único que le faltaba fuera que cambiaran su Declaración de Principios tal como lo hizo el socio, a saber, Renovación Nacional (RN) por parecer progresista o parecerse a la ex Concertación. Un político que pertenece a RN escribió que el próximo gobierno electo se supone de derecha, haga un gobierno como el demócrata cristiano y primer gobierno de la Concertación, Patricio Aylwin. Ese es el modelo de la ex derecha. Dicho sea de paso, no hay que confundir a José Antonio Kast con el diputado y fundador de Evópoli, Felipe Kast. El primer es conservador, el segundo se dice liberal y añadiría populista, pues él expreso que, cuando era ministro de la Cartera Social en el gobierno de Sebastián Piñera, que no bastaba con enseñar a la gente a pescar, sino había que también que dar bonos.
   Además, ¡Que tanto asombro! Si en el gobierno de Sebastián Piñera, los intelectuales de la Nueva Derecha decían que había alejarse de los iconos de la Derecha en las década de los ochenta y que cambiaron el rumbo de la Historia: Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Menos se van a identificar el gobierno del general Augusto Pinochet, quien gracias primero a la rebelión civil contra el gobierno marxista de Allende y, segundo lugar, a la rebelión militar la expansión comunista sufrió su primera derrota a nivel mundial. Los chilenos se sacaron el Muro antes de que éste cayera. Naturalmente, los intelectuales liberales más que conservadores de Occidente jamás van reconocer que los cuatro de la Junta Militar chilena hicieron enfurecer al oso ruso, si hasta repiten el relato de la Izquierda: “Los militares y las víctimas”. Basta leer cualquier artículo del Cato Institut que mencione a Pinochet.

    Pues bien, volviendo a la entrevista, José Antonio Kast hizo la siguiente afirmación: “No se entiende que Piñera siendo Presidente no haya instalado una continuidad en su gobierno y que vuelva él mismo”. A decir verdad, esa declaración me parece muy, muy ingenua por parte del diputado y actual candidato a la presidencia de la República. De esta última no queda nada. Esas palabras expresan que él desconoce el prontuario en el ámbito de los negocios y de la política del empresario Sebastián Piñera. Es desconocer a la persona tal cuál es, sin maquillaje. Al empresario lo único que le importa es su ego, nada más: Yo, yo, yo, yo. Piñera jamás ha sido de derecha, ya sea la derecha conservador, ya sea de la derecha liberal. Siempre ha sido un demócrata cristiano. Este partido no es como la Democracia Cristiana alemana, que es derecha. Como hizo observar el escritor peruano y columnista de La Tercera, Alvaro Vargas Llosa, que Piñera hizo un gobierno de centro izquierda. O sea, engaño a sus electores. Si hubiera un gobierno con valores de derecha, ésta última habría gobernado cuatro períodos tal como quería el ex presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín.

   En la primera campaña parlamentaria de 1989, Sebastián Piñera tuvo como compañero al ex parlamentario y escritor, Hermogenes Pérez de Arce. Este ha contado más de una vez que Piñera ordeno sacar sus carteles. Así de sucio e infantil es el empresario.

   Se olvida a José Antonio Kast del episodio de Piñeragate en el primer gobierno de la Concertación, donde intento enlodar a la entonces parlamentaria de la Unión Demócrata Independiente, Evelyn Matthei, conocido Kiotazo.

   A principios de los noventa, Sebastián Piñera ingreso a Renovación Nacional, porque en la Democracia Cristiana no le abrieron las puertas. Eso ilustra, que los próceres de ese partido no se seleccionaban a sus militantes con pinzas. Se opuso a la Constitución de 1980, cuando ésta fue plebiscitada. Voto por la opción ‘NO’ en el plebiscito de 1988. Piñera siempre se ha sentido orgulloso, porque su padre fue uno de los fundadores de la Democracia Cristiana, como si fuera gran cosa, teniendo en cuenta el historial desafortunado de ese partido: la reforma agraria; el apoyo a Salvador Allende, pues no existía la segunda vuelta; él apoyo a la intervención militar, para luego ser opositor al gobierno cívico-miliar; la oposición a la Constitución de 1980 y a las reformas que impulsaron los ‘Chicago Boys’ y, por último la traición hacia los militares que hizo Patricio Aylwin en los noventa con el Informe Rettig y la persecución a los militares por causas llamadas ‘violaciones a los derechos’, mientras les aplicaba la Ley de Amnistía de 1978, o bien los indultaba a los terroristas. Todo porque los grupos violentos, que están en la Izquierda extorsionaron tal como dijo el diputado socialista Schilling en una entrevista a La Segunda. La transición hacia la democracia más exitosa de la Historia de un gobierno autoritario a un democrático fue una transacción o una extorsión: los terroristas libres, los militares a la cárcel. Lo descrito a él no le importa.

   Es suficiente leer la declaración hizo, cuando falleció Aylwin . Solo es alguien que le prende velas a cada santo como dicen. El ex presidente demócrata cristiano frecuentaba el entorno de la familia Piñera: “Desde esos tiempos, la imagen que yo tengo de Aylwin fue de un hombre bueno, honesto, que quería a Chile y tenía una visión de Estado que estaba por encima de las pequeñeces”. Después dice una lluvia de mentiras: “Un segundo momento estelar, y esta vez exitoso, fue cuando le tocó liderar el proceso de recuperación de la democracia. Normalmente, las transiciones de gobiernos militares a gobiernos democráticos se hacen en medio de crisis políticas, caos económico, violencia social y nada de eso ocurrió en Chile. Eso no es una casualidad. Yo creo que el aporte de Patricio Aylwin fue decisivo. Supo encontrar un camino para recuperar la democracia”. Hasta se expresa como persona de Izquierda: “le tocó liderar el proceso de recuperación de la democracia”. En primer lugar, los militares devolvieron el poder. En segundo lugar, no hubo caos económico ni violencia social, no gracias a Aylwin, sino a la institucionalidad política y económica que dejaron los militares. Con todo, los políticos de la ex Concertación comenzaron desde los noventa con su discurso o simplemente extorsión, de que si no subían los impuestos, se iba desatar una explosión social. Los únicos favorecidos con el alza de impuesto a costa de doña Juanita y su marido Moya, son los políticos con sus millonarios sueldos. Bachelet ha hablado de que las reformas son importantes para obtener la paz social. Si no se llevan a cabo lo que la izquierda dice, viene el caos social. La última elección presidencial mostro que el indignado chileno es solamente de Izquierda y es una minoría.

  Luego en la entrevista Sebastián Piñera dijo sobre las tareas que le correspondió al ex presidente Demócrata Cristiano, Aylwin: “Después le tocó encabezar el primer gobierno democrático post régimen militar con nuevos desafíos: consolidar la democracia, la economía social de mercado, incorporar mayores niveles de justicia social y al mismo tiempo iniciar un camino para lograr una mayor reconciliación entre los chilenos. Llevábamos décadas de divisiones profundas, de odios cruzados que le habían causado un grave daño a la convivencia y a la sociedad chilena”. Si fuese liberal, no hablaría de justicia social, que es una forma de robo. Menos la reconciliación porque la izquierda moderada y la extrema izquierda no quieren, o se les acaba, las millonarias indemnizaciones. Desde luego, que Piñera no se atreve apuntar a quienes todavía viven odio.

   ¿Qué hará Piñera si sale electo de nuevo? Piñera hará lo que no hizo la Nueva Mayoría. Cerrar el Penal Punta Peuco y trasladar a los militares ancianos a cárceles comunes.

  ¿Cuál es el Sebastián Piñera auténtico? ¿El que propuso una amnistía cuando fue senador con los votos de la derecha y la ‘familia militar’? ¿El que prometió en el Club Español ante los militares en retiro que iban tener el debido proceso y el respeto al Estado de Derecho? ¿O finalmente, el hombre que cerró el Penal Cordillera y los mandó a uno peor, Punta Peuco, mientras en el programa de televisión ‘Tolerancia Cero’ argumentaba que los militares no podían ser indultados o amnistiados, porque según él, había cometidos delitos de lesa humanidad a sabiendas que delito no es retroactivo? Y ahora quiere mostrarse humanitario con los reos , en particular los presos políticos de Punta Peuco, cosa que hizo en su gobierno, para que los enfermos terminales y de tercera edad pasen sus últimas en casa.

   Por lo que acabo de describir, se desprende que es un poco ingenuo el político José Antonio Kast. No me interesa que Sebastián Piñera se rodee de intelectuales como Mario Vargas Llosa, Maurcio Rojas, Roberto Ampuero y Jorge Edwards, pues no voto por un traidor, cobarde y gánster.

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