14 de junio de 2017

Los doctorados en economía no dan el ancho







   

   Hubo un momento, después de la Caída del Muro de Berlín y en América Latina, después de que los Gobiernos Militares, en que se creyó ingenuamente, que si los políticos tenía, además, de la formación universitaria o técnico profesional, que no veríamos políticas equivocadas que chocan con el sentido común. Después de todo, en el caso chileno estaba el Instituto Libertad y Desarrollo para asesorar a los parlamentarios de su sector y de paso corregir los malos proyectos presentados por la ex Concertación. Y de cuando en cuando, los investigadores de los think tank de derecha como los denomina por el escritor peruana, Álvaro Vargas Llosa de Izquierda vegetariana, se reunían en las llamadas comisiones transversales que convocaban los presidentes de la República.

   Pues bien, por un artículo de Cato Institut, me enteró de una mala recomendación que haceel ex ministro de Hacienda de Sebastián Piñera, Felipe Larraín al presidente de Paraguay, Horacio Cartes. La recomendación consiste en elevar el límite del déficit fiscal de 1,5 por ciento a 2,5 por ciento en relación con el Producto Interno Bruto. Ello permitirá dinamizar la economía, puesto que están en recesión, a costa de que el país se endeude.

   Cabe señalar que Felipe Larraín tiene un Ph. Doctor por la Universidad de Harvard en áreas de microeconomía y economía internacional. Fue elegido el ministro de Hacienda del año 2010 por la revista británica The Banker. Asimismo por un tiempo fue director del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales más conocido por sus siglas Caples-UC.

   Según Víctor Pavón, ya en el 2015 se intentó hacer lo mismo promoviendo la inversión pública para así promover la demanda. Agrega: “El error conceptual de Larraín consiste en considerar a la economía como un esquema en el que el Estado es su actor principal, lo que conlleva a lo que los clásicos y específicamente la Escuela Austríaca denominaran como intervencionismo”.

   La idea subyacente de Felipe Larraín, es que cuando los privados no pueden movilizar el ahorro y la inversión, entonces, necesariamente, tiene aparecer y hacer el Estado. Sin embargo, Pavón se pregunta: “¿por qué creen que el mercado no puede crear suficiente ahorro e inversión?, ¿por qué la gente no se decide a arriesgarse por un negocio determinado aun sabiendo que les resultará lucrativo?

   Para ahorrarme el parafraseo, cito las palabras de Pavón:“El dinero que paga el déficit no proviene de la demanda por el mayor gasto público que finalmente presiona sobre la disponibilidad de fondos y hace caer a los países en cesación de pagos (default), sino de la oferta sustentada en la iniciativa empresarial que no tiene sustitutos para la generación de riqueza y empleos”.

  Mientras receta más gasto público en Paraguay, en Chile se preocupa de la falta de ahorro e inversión por los privados, gracias a las reformas estructurales de la Nueva Mayoría: “el 60% de la reforma tributaria se va en menor recaudación por el paupérrimo crecimiento". Hay que recordar que los parlamentarios de la ex derecha, salvo los de Amplitud, aprobaron la mencionada reforma a por temor de que el oficialismo, no los tomara en cuenta en la legislatura. Pues, para muchas leyes no necesitan el consentimiento de la oposición. En Chile es malo el gasto público, mientras que en otros países es bueno. Y a propósito de la campaña presidencial, el ex ministro de Hacienda de Piñera dice que no van a desmantelar lo que ha hecho la Nueva Mayoría, sino enmendar: “Enmendaremos lo que corresponda, pero no usaremos la retroexcavadora”.

  Otro doctorado en Harvard y que fue ministro de Hacienda del primer gobierno de Bachelet fue Andrés Velasco. Basta recordar la célebre columna de Sergio Melnick Las malas prácticas de Andrés Velasco, donde muestra una serie de desaciertos que realizo: Enap quebró, la inflación llego al 10 por ciento, quebró la regla del déficit fiscal, “El gasto público en su período pasó del 18% del producto en 2006, al 25% en 2009”. También omite un ilícito, a saber, que para la Teletón del terremoto de febrero del 2010, el ministro saco plata del presupuesto nacional como aporte del gobierno. Estoy cien por ciento seguro de que todavía el ex ministro todavía no se entera de quien maneja la retroexcavadora es su ex jefe a diferencia de otras personas de su círculo que lo han manifestado públicamente. Dicho sea de paso, la columna de Melnick la encontré solamente en el blog Libertad y Socialismo de Ciro Cárdenas.

   Igualmente, está el ex Presidente Sebastián Piñera, quien también tiene un doctorado en economía por la Universidad de Harvard. A diferencia de Velasco, no lo nombraron profesor vitalicio de esa universidad, aunque Piñera trato de probarlo, si es que mi memoria no falla. Durante su gobierno subió dos veces los impuestos y creo más burocracia. Se vendió como liberal. Además, está el bochornoso episodio de la central Barrancones, que fue parado no por razones ecológicas, sino porque el ex presidente estaba involucrado en el negocio o en otro proyecto que le hacía la competencia. Sola cabe decir en que la forma en que se paro Barrancones es digno de un gobierno al estilo de Salvador Allende o de Hugo Chávez.

   En marzo apareció una noticia que decía que, desde que se derogó el Decreto Ley 600, tenemos la más baja en inversión extranjera de los últimos diez años . Según los economistas de la Nueva Mayoría, eso no iba ocurrir. ¿Quiénes son? Eduardo Engel, Andrea Repetto, profesora de la Universidad Adolfo Ibañez, Dante Contreras, el profesor de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, Víctor Tokman y el ex ministro de Hacienda del segundo gobierno de Bachelet, Alberto Arenas , Diego Olivares y Daniel Hojman.

   Hay que hacer notar que, mientras se supo que tenemos la baja inversión de los últimos años a raíz de la “retroexcavadora”, el actual ministro de Hacienda, el demócrata cristiano, Rodrigo Valdés viajo a Londres, a la capital financiera del mundo, al Chile Day, para convencer a los empresarios invertir en Chile. Ambos noticias por pocos días de diferencia. El actual subsecretario de Hacienda, el demócrata cristiano, Alejandro Micco, asesor programático de la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, defendió la propuesta de derogar el DL600, ya que era “algo que muy poca gente utilizaba, que era un tema que era un poco anacrónico”. Él lo decía basándose en un informe de la OCDE. Recuerden que el ex presidente Piñera de visita en Uruguay o Paraguay recomendó a su par meterse a ese club exclusivo, pues era como manejar un Mercedez Benz. Era como tener un auto de lujo. El DL 600 fue creado con el propósito de asegurarles la inversión, sin caer en arbitrariedades. En efecto,” permitía a los privados acceder a beneficios como la invariabilidad tributaria, entre otros”.

   Me había olvidado del ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien se doctoro en el imperio azufrado. Sin embargo, no aprendió nada de los Estados Unidos como la mayoría de los que obtienen post grados procedentes de América Latina a diferencia del simple emigrante. Para cualquiera persona normal sabe que si contrae una deuda con otra persona o con una institución, se paga. Después de todo, hubo un acuerdo entre dos partes. Lo mismo ocurre con los países y las deudas que contraen con las instituciones internacionales. Correa no quiso pagar una deuda que su país pidió libremente, arguyendo los típicos argumentos de la Izquierda Latinoamericana, a saber, el imperialismo.

   La única explicación racional de tanto desacierto o desatinos por parte de los doctorados en Economía, quizás la respuesta la tengamos en un estudio de la Universidad de Gantes, que reveló “El doctorado perjudica seriamente la salud mental: uno de cada tres estudiantes está en riesgo” A reglón seguido comenta: “la salud mental del 32% de este colectivo está comprometida -dos veces más que entre la población con un elevado nivel educativo…

 Quizás les falta modestia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es como dijeron más abajo. El doctorado te afecta la cabeza!

TRESLETRAS

Rolando el furioso dijo...

Curiosamente hay un pasaje escrito por el apóstol Pablo en la carta a los Romanos, en su capitulo 1 versículo 22 dice: "Profesando ser sabios, se hicieron necios," (RVR60)"Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios" (NVI). Parece que a los PhD en Economía les pasa eso; abandona el sentido común, para caer en alambicadas explicaciones que finalmente los enredan. Mal por América Latina.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Anónimo:
En mi penúltimo párrafo lo menciono y hago el link.

Sine Metu dijo...

Como dijo Richar Feynman, Si no podés explicar algo en términos sencillos es que no lo entendés.