9 de noviembre de 2017

La reforma que no padecen los izquierdistas caviar







   He manifestado en mi blog que he sido contrario a todas las reformas impulsadas por Michelle Bachelet: la reforma tributaria, la reforma educacional, la reforma laboral y la nueva constitución. No sé cuál me falta por nombrar. No hay que olvidar que la Nueva Mayoría quiso fundar de nuevo el país, aun cuando son minorías y la mayoría de las personas ha estado en contra de las reformas. Chile no necesitaba eso cambios. En este año, el parlamentario Quintana reafirmo su expresión ‘la retroexcadavora’.

 Las reformas de la Nueva Mayoría son en realidad una contras reformas ‘neoliberales’ a los cambios que hizo el Gobierno Cívico Militar. Si los militares introdujeron la economía de mercado, la Nueva Mayoría ha querido achicar el mercado beneficiando a los grandes empresarios. No se puede estar promoviendo los pequeños negocios o pymes si a la vez se ha aumenta el tamaño de la burocracia o el Estado. Después de todo, hay que resaltar que ningún dueño de una pyme tendría el sueldo millonarios de un secretario de Estado, asesores y jefes de cuanto directorio hayan creado.

  Una mala reforma de pies a cabeza fue la reforma educacional que afecto a los colegios particulares subvencionados y que se conoció como Ley de Inclusión, con lo cual se elimina el copago, la selección y lucro. Un buen ejemplo de que el socialismo nivela hacia abajo. Primero se condenó el lucro como si fuera el pecado capital que impedía una educación calidad. Lo que era falso. Segundo, los colegios no pudieron seleccionar a los alumnos. Y por último, a los padres se les negó el derecho de elegir el establecimiento educacional de acuerdo a sus valores aun cuando conllevar pagar una parte. Los padres no pidieron educación gratis. Además, es falso que sea gratis, pues el dinero que el Estado provee se lo saca a los apoderados vía impuesto.

   Puesto que no hay selección, entonces los padres que quieren que sus hijos sean educados por los colegios particulares subvencionados son seleccionados aleatoriamente en una tómbola igual que en los sorteos. El objetivo supuesto es partir con igualdad de condiciones, lo que es imposible, pues cada estudiante tiene un ambiente familiar distinto. Los ingenieros sociales de Izquierda se olvidan de la herencia. Así, si alguien nace en una familia de artistas plásticos, probablemente se dedique a ello. En cambio, alguien que nació en un ambiente de comerciantes, tal vez querrá tener su propio negocio, sin pasar por la universidad.

  La prensa nos comunicó que a los largo de diez años que medio millón de estudiantes se habían cambiado de la educación municipal a la educación que impartían los colegios particulares subvencionados. Ese dato no les importo antes de la nefasta de reforma educacional. Si en realidad le hubiese importado la educación estatal, no habría tocado a los colegios particulares subvencionados. Luego de haber nivelado hacia abajo, ahora Bachelet pretende que la educación estatal que depende cada municipio sea dirigida por una gran burocracia centralista, cuando el problema se resolvía eliminado el Estatuto Docente del socialista Ricardo Lagos. Así, se tendría la libertad de despedir a los malos profesores.

   Según Bachelet, Nicolás Eyzaguirre y Fernando Atria, los apoderados que optaron por cambiar a sus hijos a mejores establecimientos no sabían lo que hacía. No sabían lo que es mejor para sus hijos. ¡Si no fuera por estos progresistas iluminados, que sería del mundo! Asimismo, los dueños de los colegios particulares eran uno aprovechadores porque lucraba o cobraban. Para el trío, la educación es derecho social, no privilegio.

   Hay recordar que en su campaña presidencial, Bachelet sostuvo que sus padres la pusieron en un liceo la marco para siempre. Alcanzo el nirvana. Con todo, a su hijo Sebastián Dávalos lo puso en el Colegio Rubén Darío de la comuna de La Reina, que fundo bajo el Gobierno Militar antes de los ochenta conformado por puros ex UP. No lo puso en un liceo. Es como si una rama de las Fuerzas Armadas llevara a sus hijos a un colegio de esa institución, por lo cual se juntarían con puros hijos de marino, o del ejército. No tiene nada malo. Lo deplorable es la inconsecuencia de los que militan la Izquierda, quienes se dicen defensores de la educación estatal o pública y, sin embargo, educan a sus hijos en colegios privados que pagan y seleccionan. Me acordé que uno de los actuales candidatos que tiene la Izquierda, Marcos Enríquez-Ominami educó a sus hijas en la Alianza Francesa. Lo mismo vale para el demagogo demócrata cristiano, Ignacio Walker, quien puso a su hijo, el actual diputado en el mismo colegio donde el senador se educó, y no en un liceo estatal.

  El actual ministro de Haciendo que antes ocupo la cartera de Educación dijo para El Mercurio de Santiago: “Tenemos un corredor que va con patines de alta velocidad y otra va descalzo, que es la educación pública. Entonces me dice, ¿por qué no le das más comida al descalzo? Primero tengo que bajar al otro de los patines”. Más tarde saliendo diciendo que él afirmar que había nivelar hacia abajo y la típica que le habían malinterpretado. Fernando Atria, el jurista de Bachelet fue más explícito: “Creo que empezar por corregir la educación pública es un profundo error. El gran problema de la educación pública es la educación particular subvencionada”.

   Es conocida el significado de la expresión arribista. Sin embargo, existe la expresión contraria, el abajista, esto es, una persona de estrato alto que se siente frustrada porque no nació en condiciones paupérrimas y acomplejada, porque se avergüenza y tiene complejo de culpa por su apellido vinoso o ascendencia aristocrática. Es el caso del actual ministro de Hacienda, de su madre la chavista y actriz Delfina Guzmán, el ex ministro de Energía, Máximo Pacheco, que en la UP perteneció al movimiento Mapu que quería exterminar a los 800 mil boliches que habían en el país. En otras palabras, toda persona educada en los colegios elitistas de Santiago y que se creen las tonterías de la Izquierda. El abajista Eysaguirre en esa entrevista dijo asimismo que los apoderados que optaban por colegio con nombre inglés eran unos arribistas.

   En Viña del Mar, hay colegios privados que tienen nombres ingleses más no fueron fundados por personas de ese origen, que en un principio pretendían que hablaran en inglés. En rigor, los únicos colegios netamente ingleses serían St Margaret´s School y el Mackay School.

       Bachelet dijo : "Eso es lo que está pasando por ejemplo en la Ley de Inclusión, donde hay muchos fantasmas. Es falso que la Ley de Inclusión obligue a cerrar colegios, eso es falso, lo que va a pasar es que algunos colegios particulares subvencionados se van a convertir en corporaciones sin fines de lucro, que es lo mismo que decir que la plata que el Estado está colocando tiene que ser usada para mejorar la calidad en la educación". Y la plata que coloca el Estado viene de los contribuyentes. Por tanto, no existe educación gratis.

  En esa oportunidad, el Presidente de la República salió con típica muletilla, en democracia no se hace o tal cual cosa: "en democracia a mí no me asusta que puedan haber opiniones diferentes, porque eso es parte de la democracia, pero lo que no es sano es que se desinforme, que se digan cosas que no son reales y como que se trate de confundir a los apoderados que siempre van a querer lo mejor para sus hijos".

    En abril de este año, la prensa informó que 113 colegios había pedido cerrar, todo ellos a gracias a la nefasta reforma educacional, que se cristalizó en la Ley de Inclusión.

   Una noticia comunicó que 37 colegios particular subvencionados se iban a convertir en colegios particulares, porque sus dueños que no querían transformase en corporaciones sin fines de lucro, donde la administración del colegio estaría a cargo de una Fundación, mientras los auténticos dueños son nominalmente jefes.

 El presidente Conapas (Confederación Colegios Particulares Subvencionados de Chile), José Valdivieso sostuvo que no hay interés de los dueños de colegios en transformarse en corporaciones sin fines de lucros, pues son emprendimientos privados, por una parte, y otra parte, acuso que la ley es una expropiación encubierta del Ministerio de Educación. Obvio. Estas son la palabras del señor Valdivieso: “ningún sostenedor tiene interés en transformarse. Son emprendimientos privados y esta ley es una suerte de expropiación encubierta de parte del ministerio y por eso hay una gran resistencia”.

   Esa ley es un fracaso. Lo dice una portada de un diario, donde el actual gobierno quería impedir que los colegios particulares subvencionados se convirtieran en privados.

  Espero que el día de mañana deroguen la Ley de Inclusión, pues es una tontería de pies a cabeza.

2 comentarios:

carancho dijo...

Cada vez que leo sus posts, Javier, me convenzo que a los progrezurdos los hacen en serie...

Javier Bazán Aguirre dijo...

Carancho:
O sea, son robóticos. Hace tiempo a los progresistas los compare con una raza que aparecían en 'Viajes a las Estrellas', que eran mitad humano, mitad máquina y que desvalorizaban la individualidad. Era como colmena.

Eso están en consonancia con la agenda transhumanista que la Izquierda hace suya.