24 de abril de 2018

Pequeño homenaje a una marca


Se vendió Shell. Encima a una empresa con un nombre absurdo como Raizen (que en realidad, es un íncubo brasileño de Royal Dutch Shell)
Me crié en la esquina de una estación Shell, en la época en que aún en pleno centro tenían piso enripiado y sólo un pequeño techito (art decó, en este caso). Quizás por esta proximidad siempre le fui fiel a la marca, que temporalmente desapareció de la calle cuando fue la absurda "nacionalización de las bocas de expendio" y todas las estaciones fueron de YPF de la noche a la mañana.
Con los años me mudé, y seguí cargando no en esa misma estación pero en la que habían rotado los viejos empleados. Iba a cargar a una Shell aún en tiempos de bloqueos kirchneristas contra Aranguren, que en realidad tenían el objetivo de forzar a la empresa a venderle la red de surtidores a PDVSA.
Se ve que la imagen roja y amarilla es realmente potente, porque en el acuerdo resulta que la nueva dueña va a mantener la marca y la imagen.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

en esa época no era Energina?

BlogBis dijo...

Que pistola, anónimo.