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En el país todo está invertido. Existe una confusión sobre los valores y principios. En gran parte se debe al trabajo de destrucción realizado sistemáticamente por la izquierda, desde que los militares devolvieron el poder a los civiles. Naturalmente, comenzó con el inconstitucional Informe Rettig, el cual habla o usa la expresión ‘violencia política’, sin distinguir entre el agresor y el agredido. Por eso, enfatizan el diálogo bajo cualquiera circunstancia y niegan el derecho a usar la fuerza.
En un libro de conversación de la editorial izquierdista Lom, un grupo de intelectuales culpaban a la frase del escudo nacional chileno del 11 de septiembre de 1973. La frase dice: “Por la razón o la fuerza”. Mientras chequeó la expresión del emblema, me encuentro con la información que durante la Unidad Popular, en 1972 se instauro el “Día de celebración del Escudo y la Bandera nacionales”. Más específico cada 18 de octubre.
Tanto les produce urticaria la frase del emblema, sin embargo, el mismísimo Salvador Allende en la entrada de su casa de Tomas Moro tenía el escudo nacional como un muro con piedras. Supongo que el agente de la K.G.B., compartía que lo entraña esa frase. Cuando se agota el diálogo, lo razonable, entonces, que no queda más que usar la fuerza.
Cito un comentario que encontré en internet: “La frase “Por la razón o la fuerza” no ha quedado libre de polémicas y si bien hay una parte de chilenos que lo asocia a la dictadura lo cierto es que se incorporó al escudo 50 años antes”. Si hay un grupo de chilenos que no le gusta frase, no se defiendan ante la delincuencia. Luego no se quejen.
Efecto, tanto a los intelectuales como políticos de izquierda no le gusta la frase del emblema patriótico. Según investigo, durante el gobierno del socialista, Ricardo Lagos, los parlamentarios de la Concertación quisieron cambiarlo “Por la fuerza de la razón”, ya que para les sonaba demasiado bélico la actual frase. Me suena como a preferir la opción diálogo que la izquierda propone tanto en Venezuela como en La Araucanía. O sea, cuando te apunta con una pistola, hay razonar con el matón. Y si éste último sigue actuando igual, ¿de qué sirve razonar con él? A los políticos de la ex Concertación no les sonaba demasiado belicista la opción por la violencia o la vía armada que eligió la izquierda a mediados de la década del sesenta del siglo pasado. El problema estriba en quién se defiende, no el agresor.
En el 2004, el entonces senador Nelson Ávila también presentó un proyecto para cambiar la frase.
Con ese sesgado Informe la Policía de Investigaciones (PDI) persigue a militares jubilados, pues tiene una Brigada de Derechos Humanos. No andan persiguiendo a terroristas.
El Informe Rettig se elaboró para exculpar a la Izquierda de la opción violenta que ella misma eligió sin temor, sin coacción.
Recordemos no más que el XXIII Congreso de Chillán de 1967 el Partido Socialista estableció:
“2. Que la violencia revolucionaria es inevitable y legítima. Resulta necesariamente del carácter represivo y armado del estado de clase. Constituye la única vía que conduce a la toma de poder político y económico y a su ulterior defensa y fortalecimiento. Sólo destruyendo el aparato burocrático y militar del estado burgués, puede consolidarse la revolución socialista”.
Lo mismo el Movimiento de Izquierda Revolucionario (Mir): " El MIR rechaza la teoría de la "vía pacífica" porque desarma políticamente el proletariado y por resultar inaplicable ya que la propia burguesía es la que resistirá, incluso con la dictadura totalitaria y la guerra civil, antes de entregar pacíficamente el poder. Reafirmamos el principio marxista-leninista de que el único camino para derrocar el régimen capitalista es la insurrección popular armada."
Sin embargo, cuando el Mir quiso inscribirse como partido político saco una declaración, en la que niega el uso legítimo de la fuerza o el derecho defenderse: “La resolución pacífica de los conflictos y el respeto a la diversidad es inherente a una sociedad democrática, socialista y humanista como la que aspiramos construir”. Después dicen: “Para el partido, la democracia es el marco en el que se resuelven todos los conflictos políticos y sociales, por lo tanto, rechaza toda forma de terrorismo, cualquiera sea su origen o fundamento”.
No sé a qué le llama ‘democracia’ el Mir, pues por su declaración se desprende que desean quitarle legitimidad al 11 de septiembre chileno.
Para el presidente Eduardo Frei Montalva en su carta a Mariano Rumor señala que “se había cambiado el régimen político” en la Unidad Popular. ¿Para el Mir es democracia lo que hay en Venezuela? Además, si son pacifistas, entonces, es porque desean desarmar al oponente. Siguen siendo malos.
El dirigente del Partido Comunista, Juan Andrés Lagos reivindicó el uso de la violencia para sacarse el Gobierno Militar: “Es evidente que al plebiscito se llega luego de una intensa lucha que se expresó de forma pacífica y violenta”. La violencia se expresó en atentados, secuestros y asesinatos tanto a civiles y militares. Y otro dirigente del mismo partido para la celebración del 5 de octubre este año también reivindico la violencia política por la televisión.
Ellos hablan de la violencia y no de la fuerza. O sea, las acciones que emprendieron fueron ilegítimas.
La famosa Mesa de Diálogo tuvo dos objetivos: primero, si en Chile se volviera repetir un gobierno tipo Unidad Popular que se salió de la Ley y la Constitución, además, de querernos llevar hacia una dictadura comunista, los chilenos no tienen derecho a la rebelión. Y segundo, ante la violencia de la izquierda, tampoco tienen derecho a usar la fuerza o la legítima defensa. Como ven todo, encaja.
A raíz de una polémica que abrió la diputada de Renovación Nacional, Camila Flores sobre el pasado mirista de la actual diputada del Partido Comunista, Carmen Hertz, un periodista le pregunta sobre la violencia que ejercieron los presos políticos militares de Punta Peuco: “La violencia que hubo posterior al golpe de Estado, ejercida contra personas contrarias al régimen…”. Nada más falso. La DINA fue la respuesta a la violencia y el terrorismo del Mir. Aquí la diputada Flores se cae, pues afirma: (Interrumpe) “La condeno con mucha fuerza. Y esas personas se encuentran cumpliendo condenas en Punta Peuco”. Como abogada debiera saber que se dictó una Ley de Amnistía, a los cuales se les niega a los militares de ese recinto penal. Peor aún, los condenan por un delito ficticio y por uno que es no retroactivo.
Presidente Sebastián Piñera a la región de La Araucanía refleja que nadie de sus asesores académicos con doctorados la diferencia entre la violencia y la fuerza. El actual mandatario no entiende la frase del escudo nacional. En efecto, él dijo un cantinflada o una piñeriticosas: “Aquellos que creen que la vía es la violencia y que quieren imponer por la fuerza y la violencia sin respetar a nadie ni nada sus ideas, van a ser combatidos con toda la fuerza y el rigor de la ley".
El general Augusto Pinochet a diferencia de Sebastián Piñera entendía claramente la diferencia entre la fuerza y la violencia. Entendía la frase del escudo nacional.
En efecto, en el libro de entrevista Ego Sum Pinochet, una de las periodistas de izquierda le pregunta:
“-Entre la razón y la fuerza, ¿cuál les parece más efectiva?"
"-La razón. Pero cuando no se impone la razón y tratan de destruirla, no queda otra cosa que utilizar la fuerza”. Una respuesta con sentido común. Obviamente, que cuando empleamos la razón, se supone que el otro actuara igual. Ese es el contexto. Eso supone la frase “la batalla de las ideas”. Sin embargo, en un ambiente como la fracasada Unidad Popular marxista y la actual Venezuela no tiene sentido apelar a la razón. En el caso del país de Andrés Bello, eso significaría ser cómplice del gobierno.
Luego le pregunta: “-¿Qué es lo ha imperado durante su gobierno, según usted: la fuerza o la razón? "
-..”Lean a Paul Johnson; en la parte final de libro habla de que aquí se encontraban quince mil guerrilleros, y el general cubano – de quien sólo ahora conocemos los antecedentes y se llama Patricio Guardia Font- estuvo a cargo de esas fuerzas. Más de treinta mil se trajeron a Santiago y no eran para cazar tortolitas, sino para asesinar a chilenos, por ello el gobierno empleó la fuerza como medio para imponerse y luego vino la razón que se impuso sobre nuestra fuerza para lograr todo lo que se ha hecho en estos años”.
Un politólogo de un país sostuvo que la única solución para los países como Nicaragua, Venezuela, Cuba y Bolivia es el uso de la fuerza, cosa que ni los liberales del Cato Institut se han atrevido a formular: “Las dictaduras castro-chavistas solo dejarán el poder por la fuerza”. No habla de la violencia.
Pues bien, hace tiempo en un canal de Youtube el ex satanista y experto en el ocultismo, el norteamericano Mark Passio explicó la diferencia entre la violencia y la fuerza en su conferencia sobre la Ley Natural.
Los derechos no se delegan. Para él, todo permiso, prohibición o licencias que otorga el gobierno no son derechos.
Las fuerza tiene las siguientes características: “La fuerza es la capacidad de hacer trabajo o causar un cambio físico: energía, fuerza y poder activo”. “La Fuerza es una Acción que está en Armonía con la Moralidad y la Ley Natural, porque no viola los derechos de los otros”. “La Fuerza es una acción que uno siempre posee el Derecho para tomar (incluso en defensa de la violencia)”.
La violencia tiene las siguientes características: “Es la iniciación inmoral de poder físico para la coerción, compeler y restringir”. “La acción coercitiva que está en oposición a la Moralidad y Laye Natural porque involucra la violación de los derechos de los otros”. “Es una acción que nunca posee el derecho a tomar”.
Agrega: “Los seres humanos poseen el Derecho Natural para defenderse ellos mismo de la violencia con la fuerza física defensiva. Una persona quien es acosada por la violencia posee el Derecho a detener a la persona quien se está conduciendo la violencia… cualquiera cantidad de fuerza necesaria para parar al atacante, incluyendo, la fuerza mortal”.
Luego el señor Passio explica los dos pilares de la Iluminación. Esos pilares nos remiten a las columnas del templo de Salomón: Jaquín y Boaz. Intuición y razón, masculino y femenino.
El primer pilar al principio Sagrado Femenino, también llamado principio de no agresión. Este principio establece. "No te involucres en la violencia” .“No iniciar moralmente el uso no legítimo del poder físico para forzar, o forzar el comportamiento físico legítimo o la libre elección de otro ser sensible”.
El segundo pilar es el Sagrado Masculino, también llamado Principio de Defensa. Este principio establece: “Los seres sensibles tiene Derecho inherente a usar la Fuerza para defenderse ellos mismos de la Violencia conducida sobre ellos por otros”.
La izquierda chilena no quiere que los chilenos tengamos el derecho a defendernos.
1 comentario:
Por favor, chilenos, no hagan caso al zurdaje... miren como estamos los argentinos.
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