
Hasta hace un tiempo los viejos carcamales eran los que destilaban conservadurismo por todos los costados. Los que criticaban cada avance y cada mejora de la sociedad y veneraban las tradiciones asegurando que todo tiempo pasado fue mejor.
Ahora estos viejos vienen en otro formato, el progre. ¡Cuánta alegría me da comprobar ésto!
El hecho de que que juicios progres y rebuznos políticamente correctos vengan de esta gente puede significar que en algún punto estamos antes una nueva era y que el discurso progre esté tan desgastado que sólo los esgrimen vejetes cuyo cerebro se encuentra en franco retiro.
Hago esta introducción para animar a los valientes a leer la entrevista de Crítica Digital a David Viñas.
Da risa leer sus diatribas contra La Nación, Bush, McCain (lo llama "pelafustán) y Palin. Además se lamenta de que el bar La Paz ya no tenga el brillo intelectual de antaño.
Cómo para este señor haber sido víctima de los militares vale más que cualquier otra cosa se atreve a poner a Rodolfo Walsh por encima de Jorge L. Borges sin rescatar ningún otro mérito del escritor montonero.
Todo un dechado de discurso progre desgastado como un trapo de piso añejo.
Como decía antes, lo bueno es ver que el envase de estos discursos huele ya a mueble viejo.