3 de julio de 2006

En Página no vieron la película

El peronismo del 45 le inventó un nombre a sus enemigos. Primero eran los contreras, después fueron los gorilas. Fidel, al imponer su modelo totalitario usó el mismo principio y rotuló a los opositores como gusanos. El intento de imponer un gobierno comunista en Chile, se tropezó con el rechazo de buena parte de la sociedad. Desde el poder los calificaron de momios.
El juego de inventar nombres peyorativos para etiquetar a los que se oponen al discurso único se repite permanentemente. Ahora en Venezuela, los que resisten al proyecto hegemónico del chavismo son tildados de escuálidos.
En la Argentina, donde no hay una oposición orgánica ni organizada contra la erosión permenente de los principios constitucionales, el aparato propagandístico del Montonerato precisa generar contrincantes a toda costa. Así como les hace falta apelar a "situaciones críticas" para demoler lo poco que queda del orden constitucional, precisan inventar riesgos a la propia democracia para justificar su manejo arbitrario de la política de defensa, dejando las tranqueras abiertas para cualquier amenaza, de las tantas que crecen el subcontinente, y que con una desidia criminal son desatendidas por el Estado.
Ahora, todos los que se oponen al manejo arbitrario de la historia, todos los que reclaman igual justicia bajo la ley para sanar las heridas de una cuasi guerra civil que asoló al país hace treinta años, han sido apuntados por el aparato de agitación y propaganda que funciona como anexo paraestatal del poder. La técnica es tan burda, que da pena: todo lo que se diferencia del mensaje oficial es caratulado de "defensa del terrorismo de Estado". Quienes piensan que la historia debe admitir diversas versiones no son ni críticos, ni siquiera opositores. Directametne son dinosaurios.
En su edición del domingo 2, el diario Página/12, el mismo que recibe unos cuantos mangos diarios por ejemplar en publicidad oficial, le dedicó la portada y un pretendido "informe especial" a lo que supuestamente es un complot de los dinosaurios. La tapa, supuestamente ocurrente, del diario orientado por Horacio Verbitsky tituló "Parque Jurásico", y el artículo no escaseó en términos risibles: conspiración, fragote, archirreaccionario... Los argumentos del diario son tan burdos, que se llega a lamentar que el Ejército no haya sido efectivo en las actividades de "reunión de información"; una actividad que la ley de defensa le prohibe a las FFAA, y que el propio diario, y el CELS que dirige Verbitsky se ocupó de denunciar en cada oportunidad en que supuestamente se transgredió esa prohibición.
No vale la pena ni analizar la estupidez dialéctica de asociar los reclamos con los juicios en curso a ex policías, ni mucho menos asignar centralidad en los reclamos a la esposa del Mayor Mercado, o pretender ponerle nombre y apellido a la disconformidad, en un intento por reducir el conflicto a dos o tres individuos a los que se puede someter al escarnio mediático.
Se me ocurre que ni los que titularon Parque Jurásico, ni su jefe ideológico Verbitsky, vieron la película a la que hacen referencia. En la misma, para lucro personal, reviven a una serie de dinosaurios a los que se pretende exhibir en una especie de megazoológico. Obviamente, los animales sólo hacen lo que genéticamente saben hacer y terminan destruyendo todo, y liquidando al propio creador.
Se me ocurre que el caso se parece demasiado, y tanto tirar de la cuerda, los que inventaron a estos dinosaurios pueden terminar enfrentados a su propio invento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

por lo que veo, vos mismo sos un auténtico dinosaurio!!!