30 de julio de 2012

Guerra Semántica




Cuando puse el video donde aparecía el joven Jaime Guzmán en el programa del Canal 13 A esta hora se improvisa, debo reconocer que no lo había visto. Lo puse solamente, porque el asesinado senador se caracterizaba por hablar claro y con lógica. Algo que en Chile se ha tirado por la borda al crearse engendros políticos como ‘Aliancista Bachelista’ y en el orden de las leyes como la ficción ‘el secuestro permanente’. Ese programa captaba las virtudes que tenía el entonces profesor universitario de la Pontificia Universidad Católica de Chile que luchaba contra el proyecto totalitario que presidía Salvador Allende. 

 Ahora bien, cuando lo vi el video le encontré razón al escritor Francisco Salinas, quien observo que una mujer invitada al programa tenía más clara la película, por así decirlo, que el profesor Guzmán. Pues bien, ¿Qué decía la señora? Ella explicaba en el poco tiempo de que disponía que la Izquierda, cuando pretendía alcanzar el comunismo empleaba palabras para engatusar a los ciudadanos, que ocultaban la verdadera intención. Así, ella ponía por ejemplo, que la palabra ‘cambio’ que aparentemente sonaba atractiva conllevaba, sin embargo, abrazar el camino al comunismo. El cambio consistía en destruir el sistema capitalista para reemplazarlo por el comunista. De ese modo, la palabra ‘cambio’ se convertía en un cebo para los electores. En fin, la palabra ‘cambio’ daba entender la señora significaba cosas distintas para los socialistas, comunistas y los de la Derecha. Cambio era sinónimo de esclavitud. 
 Luego me acordé que hace poco en post titulado ‘La degradación de los derechos humanos’el, hablé de lo mismo que lo que dijo la señora hace casi cuarenta años. En efecto escribí: “Como dije hace tiempo, todavía los académicos como los políticos de derecha no se han dado cuenta que cuando hablamos de derechos humanos, semánticamente, para la derecha significa cosas distintas a la izquierda. Para ésta última, es un derecho humano matar, funar, lanzar bombas molotov, ajusticiar y pisotear el Estado de Derecho, aun cuando digan de puros loros que lo respetamos”. La semántica se refiere al significado de las palabras.

¿Significan lo mismo para la Izquierda y la Derecha la palabras ‘democracia’, ‘libertad’, ‘Estado de Derecho’, ‘derechos humanos’, entre otras? Tanto la ‘funa’ a la nueva edición del libro ‘Miguel Krassnoff: Prisionero por servir a Chile’, en el Club de Providencia como la ‘funa’ que se hizo en los alrededores del Teatro Caupolicán por el documental ‘Pinochet’, muestra evidentemente que la Izquierda entiende cosas distintas por libertad que la Derecha. Obviamente, no me refiero a la derecha arrepentida y la ‘nueva derecha’ que repiten la cacofonía de aquélla, sin mediar reflexión.
 El reciente debate en torno a usar la palabra ‘Gobierno Militar’ en vez de dictadura como le gusta a la Izquierda, ilustra que ésta tiene el terreno llano. En cambio, decir que la Unidad Popular fue una dictadura les saca de quicio. Aun cuando, uno de los protagonistas de esa época, el comunista Luis Corvalán haya dicho: "Es la dictadura legal de la clase trabajadora chilena”.

Y otro debate que hay en el país es, pues, al hacinamiento carcelario. Los mismos que lloriquean por las condiciones de los presos, excluyen a los militares presos, hasta tal punto que se les niega la libertad dominical, que es un derecho de los reos chilenos. Los mismos que hacen gárgaras de que se debe respetar los derechos humanos bajo cualquiera circunstancia por la dignidad, les niegan a los militares octogenarios que tienen enfermedad terminales o propias de la edad, morir con sus seres queridos.

 En el tema de los derechos humanos es una verdad evidente por sí misma que la Derecha y la Izquierda entiende cosas distintas. Parafraseando a la filósofa conservadora Teresa Marinovic , repita conmigo: no respetar las leyes vigentes es violar los derechos humanos, prevaricar y levantar falsos testimonios en la justicia es violarle los derechos humanos.

Es increíble leer en los medios nacionales como los intelectuales de la derecha caen en “Dialéctica Marxista”, si ese método cayó en desuso con la caída del Muro de Berlín pareciera que lo siguen usando. Desde luego, que no lo nombran porque sería anticuado. Con todo, después del desmembramiento de la ex Unión Soviética la dialéctica de Marx, que tienen su origen en Hegel, la reemplazó por breve tiempo por llamado “Pensamiento Débil” del filósofo italiano Giovanni Vattimo, caracterizado: "Frente a una lógica férrea y unívoca, necesidad de dar libre curso a la interpretación; frente a una política monolítica y vertical del partido, necesidad de apoyar a los movimientos sociales trasversales; frente a la soberbia de la vanguardia artística, recuperación de un arte popular y plural; frente a una Europa etnocéntrica, una visión mundial de las culturas”. Así lo vemos en el debate que se ha originado en torno al propósito del famoso Museo de la Memoria y a las palabras que dijo la Directora de Bienes Nacionales , Margarita Krebs, que por cierto, fue un balde de agua para la Izquierda chilena. El director del Mausoleo como lo llama el historiador Sergio Villalobos al famoso Museo, Ricardo Brodsky, sostuvo que bajo ninguna circunstancia ‘el contexto’ sirve para justificar las violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, esa institución izquierdista avala la destrucción de la propiedad en la Región de la Araucanía, al no condenar la destrucción. Hay que recordar que el respeto a la propiedad forma parte de lo que se llaman ‘derechos de primera generación’. Por tanto, si le queman su auto, el destruyen su negocio y el granero en el sur, le están violando los derechos humanos. Al Instituto Nacional de Derechos Humanos no le interesa presentar un recurso de amparo a los granjeros agredidos, sino solamente a unos menores que estuvieron presentes en el desalojo de una propiedad. 

 A los defensores del Museo no les interesa la interpretación u otros puntos de vistas. Les importa imponer autoritaria y verticalmente una visión de un período de la historia. El centralismo democrático de Lenin a la Historia.

 Para el director del famoso Museo, solamente: “El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos tiene por misión dar a conocer las violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado durante la dictadura”. Lo más divertido que estos mismo fulanos que quieren mejorar la educación, con todo, omitan la explicación o causa. Toda tiene una causa. Aristóteles en su ‘Metafísica’ hablaba del motor inmóvil que movía a todo. Como a mi enseñaron historia, todo evento tiene una explicación: El Renacimiento, Las Cruzadas, la transición de la República al Imperio en Roma, La Guerra del Peloponeso, La Revolución Francesa que tanto le gusta a la Izquierda y la Revolución americana que no le gusta para nada. Así para entender el proyecto totalitario de la Unidad Popular hay tener conocimiento de la Revolución Rusa, la Guerra Civil Española, La Revolución Cubana y la Guerra de Vietnam, que la Izquierda quería reproducir en América Latina. 

En realidad, cuando ellos no reconocen el contexto es una manera de hacer trampa. Argumentan bajo ningún contexto, sin embargo, no reconocen la acusación del Acuerdo de la Cámara de Diputados, que la Unidad Popular violo los derechos humanos y cometió tortura. Carece de seriedad debatir con estos progres. ¿Qué motivo a los socialistas a violar la mayoría de los derechos humanos? Apelar, asimismo, a uno de los mandamientos, por ejemplo, ‘No matarás’, cuando ellos mataban y no querían los mataran para así conseguir su objetivo. Es otra trampa. Así es fácil ser guerrillero. Apelar a la llamada ‘ética deontológica’ o del deber es una manera de falsear las cosas. Ellos la transgredieron. Y se hacen las ‘víctimas’. Es absurdo hablar de esa forma, si permiten hacer conciertos al ‘Che’.

 Si le preguntan a un izquierdista chileno nacido a fines de la Guerra Fría, ¿Quién es Lenin? No tienen la más mínima idea. Sin Lenin, no hay ‘Che’. A ambos les gustaba fusilar a los enemigos del Estado Comunista. Sin el fundador de la Unión Soviética no se entiende el accionar de los partidos de la Unidad Popular. Ni los expertos en educación de la Izquierda pasarían la PSU, si sacan el contexto. 

Daniel Mansuy escribe dialogando con el izquierdista el señor Ernesto Águila, columnista de ‘La Tercera’ y miembro del Instituto Igualdad: “EL MUSEO de la Memoria busca impedir que en nuestro país se repitan las violaciones a la dignidad de la persona”. En este momento, en democracia a un grupo de chilenos se les están violentando sus derechos al no respetarse el Estado de Derecho. La igualdad ante la ley es pasada a llevar. La mayoría de los intelectuales de Derecha que escriben en los medios no repara ese hecho o se hacen los lesos. Además, Mansuy no repara otro hecho de que los izquierdistas que escriben en los medios de la ‘derecha’, ya sea ‘La Tercera’, ya sea ‘El Mercurio’, saben que la historia no comenzó el pronunciamiento militar, sino que antes. Ellos saben que la Izquierda opto la vía armada. Pedirle a estos intelectualoides de Izquierda que sean honestos es como pedir peras al olmo. No está en su naturaleza.

 Las mismas palabras de Brodsky nos ilustran que son retorcidas, pues él sabe que los agentes del Estado combatieron a la guerrilla o terroristas, del Mir y luego del FPMR. Esas son ‘las víctimas’ del Gobierno Militar. Así que, según el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos, los terroristas no violan tales derechos. Para mí el debate no es serio.

 Como dije en otro post, los actuales dirigentes estudiantes asesorados por los académicos de Izquierda justifican la violencia por la desigualdad. Allí el contexto, expresión que tanto horroriza al señor Brodsky se justifica. Las palabras de Camila Vallejo amenazando usar la vía armada más las palabras de Boric de que "la violencia no comienza en las marchas, comienza con la tremenda desigualdad que tenemos en nuestro país" y el asesinato del carabinero argentino en la zona de Junín adjudicado a los grupos terroristas chilenos del Mir y del FPMR echan por tierra los derechos humanos y al propio Museo de la Memoria. El “Nunca Más” no se aplica, por cierto, a la Izquierda. Llega ser un sin sentido y un absurdo el Museo como “Nunca Más”, teniendo en cuenta que después de 1990 los terroristas siguieron matando. 

El debate, en fin, sobre los derechos humanos, el Museo de la Memoria, es una ‘chacra’ en la jerga chilena.
 Hasta el momento ‘la Guerra Semántica’ que hablaba la señora en el programa A esta hora se improvisa la va ganando parcialmente la Izquierda.

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