24 de marzo de 2013

Confesiones de un protagonista

Cuando observo lo que fue mi vida, la de Tony, la de Patricio y la de tantos otros caigo en la cuenta que la revolución ha sido un pretexto para cometer las peores atrocidades quitándoles todo vestigio de culpabilidad. Nos escudábamos en meta de la la búsqueda de hacer el bien a la humanidad, meta que era una falacia, porque lo que contaba era la belleza estética de la acción. Eramos jóvenes irresponsables, aventureros; eramos una casta aparte, incluso aparte de los revolucionarios que operaban localmente en sus países, militantes que se vieron obligados a adoptar la lucha armada no como un hecho estético, sino obligados por las circunstancias políticas. Nosotros, en cambio, eramos una mezcla de James Bond, aderezados con unas gotas de un marxismo muy superficial, a quienes todo les estaba permitido -sobre todo vivir de manera diferente de como lo hacian los militantes que realizaban el oscuro y anónimo trabajo de masas- para construir una organización política. Eramos la avanzada de la Revolución Cubana, los niños mimados de Fidel Castro y de Manuel Piñeiro, que no fuimos elegidos ni por nuestra inserción en las masas ni por nuestro espíritu de sacrificio cotidiano. Eramos elegidos por no pertenecer a nada, sin religión ni bandera, con una capacidad de aventura muy desarrollado, y con un grado de cinismo no menos importante. Hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así y teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia con Cuba, hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la cordillera de los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde, primero, hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo; y soy consciente de que yo hubiera actuado de esa forma.
FUROR Y DELIRIO pp. 274 y 275 – Jorge Masetti

2 comentarios:

Anónimo dijo...

http://2.bp.blogspot.com/-ReLU_0FHwP8/UUsPPXtDXuI/AAAAAAAApJg/kdnQQNpttA4/s1600/german_proverb.jpg

marisa lopez dijo...

a confesion de parte, eximición de prueba