El costo de la viveza

Lindo barullo se armó hoy cuando el New York Times (¿lo habrá comprado Magnetto?) deschavó "cláusulas secretas" del acuerdo entre YPF y Chevron para explotar Vaca Muerta (o "Vaca Viva" en la jerga de la Piantada) que no son muy lindas para la sanata nacandpop.

Básicamente, YPF tiene que hacer un depósito en EE.UU. para que Chevron pueda cobrar de ahí futuras utilidades, el derecho aplicable en caso de incumplimiento no es el argentino sino el norteamericano, los desacuerdos tienen que ser remitidos a la jurisdicción de la Cámara de Comercio Internacional en Francia, y la frutilla del postre: si Chevron invierte 1.800 millones de dólares, a partir de los 18 meses de realizada la inversión podrá retirarse del contrato cuando quiera, y si lo hace no sólo no sufrirá penalidades sino que seguirá cobrando 50% neto de las regalías de producción de todos los pozos hechos hasta el momento de irse... y ese 50% lo cobrará a perpetuidad.

Más allá de lo leonino que pueda parecer el contrato, y ni qué hablar de lo placentero que va a ser ver cómo los grandes defensores de la soberanía nacional hegeliana e hidrocarburífera que el año pasado asaltaron el Palacio de Invierno de Repsol-YPF van a tener que salir a defender semejante bajada de lienzos, es válido señalar lo que indican algunas fuentes: que las cláusulas en cuestión están hechas para proteger a Chevron "de una pérdida pecuniaria ligada a un cambio de los vientos políticos". O sea, como la Argentina es una bolsa incoherente de gatos donde el concepto de respeto de los contratos es una cargada y en la que la política oficial se decide a base de humores ováricos o testiculares, los inversores exigen garantías considerables para no quedar, como lo hicieron tantos otros, en la banquina y con el culo al aire ante el próximo desvarío gubernamental.

Dicho de otro modo: el país de "la tenés adentro" no tiene de qué quejarse de que se le acerquen con gas pimienta en la mano y vistiendo cinturón de castidad. Cuando un país se hace fama de incumplidor serial de sus contratos y de cagador perpetuo de quienes confían en él, no tiene derecho a protestar ante la desconfianza ajena... y cuando después tiene que volver con la frente marchita a manguear capitales , no tiene derecho a quejarse de que lo traten como un insolvente indigno de confianza.

Sea esto un ejemplo para los viejos pajarones, ya sea que canten "combatiendo al capital" o sigan repitiendo las idioteces setentistas, para los incompetentes sobradores estilo Kicillof que desprecian la "seguridad jurídica" por ser un "concepto burgués" o alguna pelotudez por el estilo, o para los jeropas y adolescentes tardíos que creen que con avivadas como la confiscación de YPF "defendemos la soberanía": las avivadas se pagan, lo barato sale caro, la fama merecida nos precede, y el mundo que se quemó con la mala leche ve a la Vaca Estúpida y putea, porque a un cagador que encima se enorgullece de lo vivo que es para cagar le va a costar mucho merecer la suficiente confianza para lograr una segunda oportunidad en términos razonables.

Por último, de cuarta lo del "mago" Galuccio de querer desmentir la noticia repartiendo placas de Powerpoint; ni siquiera ante esto es capaz de mostrar el contrato.