16 de mayo de 2014

Protection du soldat

En el post del Enmascarado aparecen además de las corazas un par de ejemplos de otra recreación moderna de un elemento de protección del soldado, que mientras duró les dió a los pobre pibes que tuvieron que usarlo no solamente un aspecto retro-futurista sino un riesgo agregado a la ya jodida ocupación del soldado de trinchera.


Me refiero al Visor Polack, que en los dos ejemplos anteriores aparecen montados en cascos experimentales, aunque la mayoría de los provistos eran para usar montados en el casco Adrian, tan elegante y decorativo como poco eficaz a la hora de guardar la testuz de los usuarios, aunque mejor que cabecear esquirlas con un quepi de gabardina.
Con la guerra de trincheras convertida en una fiesta de artillería, así como crecieron las heridas en la cabeza las estadísticas mostaron un creciente número de lesiones oculares por fragmentos. Así que el mismo grupo  que participó en la concepción del casco buscó añadirle protección a la cara, agregando una máscara en forma de persiana que se subía y bajaba como las viseras de los cascos medievales. 


Primero se experimentó con una única raja, pero se afectaba demasiado el campo visual, agregándose rajas sucesivas y aletas en pendiente para deflectar objetos, con un poste vertical para darles rigidez. El diseño estuvo a cargo de un tal Dr. Polack médico militar del equipo del General Adrian.  
Aunque a los franceceses el invento primero les pareció magnífico, y al comando expedicionario norteamericano también,  al final, resultó que aunque el artefacto protegía de esquirlas grandes, sólo funcionaba con elementos proyectados a baja velocidad, ya que los más grandes no solo rompían las persianitas sino que los restos de éstas se convertían en nuevos proyectiles agravando las heridas. Y también, que en el caso de proyección de elementos pequeños, los flejecitos inclinados hacían de embudo aumentando la incidencia de lesiones oculares.

Inútil como fue, es una pieza muy buscada por coleccionistas. Si tienen alguno tirado en su casa y no saben qué hacer con el, me lo pueden mandar de osequio a BB Inc. No se dejen engañar, seguramente es mentira que un casco experimental con visor Polack se vendió hace unos años en más de 10.000 dólares.

2 comentarios:

Unknown dijo...

BB, muy interesante tu explicación sobre el visor Polack y sus semejantes. Veo que tengo muchísimo campo para curiosear porque sé muy poco de esta guerra en materia de fierros, etc.

He visto que tanto los Aliados como las Potencias Centrales buscaron distintas formas de corazas, blindajes, escudos, etc., para la protección personal de sus soldados.

De lo que he averiguado, me parece que ninguno de esos intentos fue exitoso para parar las balas de ametralladora ni de un impacto directo de fusil, a menos que se sacrificase la movilidad en beneficio del pesado blindaje.

En cambio, esa parafernalia de corazas, cascos y demás protecciones personales parece que fueron bastante efectivas contra las esquirlas o la metralla de los shrapnel y por eso se siguieron usando pese a todo.

Del lado de los Aliados, esto suena razonable porque tenían esas criminales tácticas de ataque con grandes masas de infantería, en frentes extensos, que se cobraban decenas de miles de bajas por el muy superior poder de fuego alemán, tanto de ametralladoras como de artillería, morteros, etc.


BlogBis dijo...

La mejor herencia que dejó la PGM en materia de protección del soldado fue la generalización del uso del casco y la adopción de ropa confortable y de baja visibilidad en lugar de uniformes vistosos y coloridos.
Respecto a los cascos, para mi es un misterio por qué los franceses se aferraron al uso de acero de bajo contenido en carbono en lugar del acero de alto carbono o al manganeso que usaron los alemanes o los ingleses, de mejor resistencia balística.