A fines del mes pasado, murió el ex ministro de Agricultura y ex secretario general de la presidencia del general Pinochet, Alfonso Márquez de la Plata. No sé si algún representante de la llamada ‘generación perdida’ de la derecha, habrá dicho algo. Tampoco sé si los nuevos representantes menores de 30 años que están el parlamento dijeron algo sobre el fallecimiento de este hombre público.
Frente primero al travestismo de Joaquín Lavín, el oportunismo de Allamand y la cobardía de de Andrés Chadwick y otros que sostienen que hay que cambiar los principios porque cambio la sociedad como Francisco de la Maza, la figura del ex ministro queda como un gigante. Un valor que brilla por su ausencia en la derecha es la lealtad, en Alfonso Márquez de la Plata resplandecía tanto que por contar la verdad histórica fue agredido cuando se presentó el documental ‘Pinochet’, por las hordas de los derechos humanos y la Nueva Mayoría. Tenía carácter.
Durante la Unidad Popular sin que él lo quisiera fue primero vicepresidente de la Sociedad de Agricultura y luego su presidente.
El periodista norteamericano James R. Whelan, autor del célebre libro Desde las cenizas: Vida, Muerte y transfiguración de la democracia en Chile: 1833-1988 de más mil páginas y primer editor del diario conservador The Washington Times, en la sección “agradecimientos” escribe a quienes le ayudaron a concretar el libro mencionado en primer lugar el fallecido ex ministro del general Augusto Pinochet, Alfonso Márquez de la Plata. Así lo describe Whelan: “Están los que no pueden ser olvidados. Encabeza la lista don Alfonso Márquez de la Plata, un caballero en todo lo más significativo de esa palabra. Aparece justo cuando el proyecto parecía definitivamente muerto. Guiado sólo por la convicción de que este libro merecía ser publicado en español, este gran señor, de gran idealismo y capacidades, se lanzó en la tarea ingrata de reunir los fondos necesarios para rescatarlos. No es exagerar al decir que sin la intervención y el compromiso incansable de don Alfonso Márquez de la Plata, este libro lisa y llanamente no habría llegado a ver la luz del día”. Y tenía razón el ex ministro.
A propósito del fin del sistema electoral binominal, si desea ver cómo será la democracia en los próximos años con los partidos chicos, échele una hojeada al libro Desde las Cenizas. El pasado nos dará una pauta.
El ex ministro y empresario, además, de escritor, era más conocido en último tiempo por su trabajo editorial Maye, en la que se dedicaba a divulgar como bien dijo en su blog Hermógenes Pérez de Arce, la verdad histórica tergiversada por la Izquierda.
Antes de dedicarse al trabajo editorial había publicado los siguientes libros El Salto al Futuro, El Gobierno Ideal, Una Persecución Vergonzosa, El Peligro Totalitario y Cinco Presidentes y el Poder.
El único libro que tengo del ex ministro es “El Peligro Totalitario” publicado en el 2002. En el plantea lo siguiente un problema vigente: “El Estado Regulador puede transformarse en un Estado de características similares a uno totalitario, como dictación de leyes abusivas, excesivas reglamentaciones, restricciones y controles, decisiones discrecionales y arbitrarias, las que van tejiendo una inmensa red que poco a poco va aprisionando y coartando la libertad de los gobernados. Estos son conducidos mansa y silenciosamente a perder, sin percatarse, sus garantías mínimas de ciudadanos libres. Esta fórmula es la más peligrosa por ser la más sutil y creo que en el día de hoy avanza, en muchas partes del mundo, sin contrapesos y sin que las grandes mayorías se den cuenta.
Éste es, a mi juicio, el gran peligro del siglo XXI”.
Para escribir el libro mencionado, voy a citar algunos autores que coloca al final. No por pedantería, sino para que vean que el entorno no le era ajeno, o bien, para ilustrar que le preocupaba ‘la cosa pública’ y las ideas: Autobiografía de Arthur Koestler, John Adams de David Mc Cullough, The Death of Common Sense de Philip K. Howard, An American Life de Ronald Reagan, Communism de Richard Pipes, Como terminan las Democracias y La Tentación Totalitaria de Jean Francois Revel, La Clase Política de Gaetano Mosca, Maquiavelo y Lenin de Antonio Gramsci, Stasi de John Koehler, La Democracia en América de Alexis de Tocqueville, entre otros.
Asimismo, no le fue indiferente la persecución que sufren los militares que combatieron el terrorismo, y que hoy se encuentran presos en el gulag de Punta Peuco a diferencia de los que aún están retirados y de los que están todavía en la política. Por eso, publicó el libro Miguel Krassnoff: Prisionero por servir a Chile de la historiadora Gisela Silva Encina.
Alfonso Márquez de la Plata se dedico a divulgar la verdad histórica. Primero apoyando el trabajo de James R. Whelen y luego publicando diversos libros que desmienten lo que ha dicho la Izquierda: Pinochet: Las “incómodas verdades del periodista italiano Mario Spataro; Pinochet: la otra verdad del francés Philippe Chesnay.
Del terrorismo olvidado por los propios dirigentes de la derecha, La verdad olvidada del terrorismo en Chile (1968 – 1996) de Arturo Castillo.
Los dirigentes de la derecha no tienen problemas en codearse con terroristas del Mir o del FPMR o ayudistas de ese último grupo, o con la hija del agente de la KGB, Salvador Allende, el presidente del senado, Isabel Allende, sin embargo, cuando se presentó nieto del general Pinochet, primero al cargo de concejal y luego a diputado no lo apoyaron. En cambio, Alfonso Márquez de la Plata no tuvo problemas en publicar los libros de Rodrigo García Pinochet: El fin de la Concertación y El progresismo desafío para una nueva derecha.
Asimismo, ha publicado los libros del ex allendista, el profesor Víctor Farías, que ha constituido un verdadero dolor de cabeza, desmitificando la figura de Allende: Salvador Allende: Antisemitismo y Eutanasia, Salvador Allende: El fin de un mito.
Si se trata de la Unidad Popular, además de los libros de Spataro y Chesnay, están los libros Allende, Thank you! de la periodista Nena Ossa y Lo Derrocó el Pueblo de Julio Bazán Álvarez.
Julio Bazán Álvarez , quien lo conoció lo describe de esta forma en su blog: “a muerto ALFONSO MÁRQUEZ DE LA PLATA. Mucho se ha dicho sobre sus múltiples actividades públicas, su lealtad política incondicional, su influencia en la historia del país.
Alfonso fue un hombre público.
Sobre todo, era un ser humano. Tenía una enorme capacidad de acercamiento con las personas, simpático, su mirada clara, transparente, invitaba al diálogo, sus críticas eran oportunas, respetuosas, a veces, irónicas. Gran lector, tenía una interesante biblioteca sobre historia y política, que ponía, generosamente, a disposición de quienes quisieran informarse. También fue escritor con varios títulos publicados, fue editor, querendón de su señora y de sus hijos, de su familia. La lealtad en Alfonso, era símbolo de nobleza del alma, fue orgulloso y fue humilde. Alfonso fue un caballero, reunió en si todas las cualidades de lo mejor de nuestra nacionalidad y de nuestras”.
¿Notan que las palabras de Julio Bazán son idénticas a las de Whalen?
Fue un hombre público, no un político. De hecho, el autor de el ¿Es conflicto mapuche? dice que al autor del decreto ley 2580 fue obra Alfonso Márquez de la Plata como la implementación, los cuales ponían término a los Títulos de la Merced. Y con ello saneaba los títulos de dominio. Así con ese decreto se había resuelto el problema de las tierras en La Araucanía.
Así de importante fue.
El actual problema que hay en esa región se origino en el gobierno del Patricio Alywin.
Alguien de derecha resolvió un problema, alguien de Izquierda creó un conflicto artificial.
Este es, pues, mi modesto homenaje a este gran hombre. Si alguien busca un modelo político ante tanta mediocridad en el mundo de la política, que se inspire en él.
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