Siguiendo con mis post en que intento dar un cuadro amplio de la Unidad
Popular, mostrando cómo fueron los acontecimientos y no como quisieran que
hayan sido, que sea lo intenta imponer la Izquierda chilena, abordaré una
temática que no ha sido estudiada por los académicos de derechas, llámese
historiadores, filósofos, críticos o historiadores del arte. Por supuesto, los
escritores. Y por cierto, merece un libro como los que
han publicado nuestro sector. Más aún parece que lo miran a menos. Me refiero
al arte. Según el director de Izquierda, Pablo Larraín: “la derecha en el mundo no tiene mucho interés por la cultura
y eso revela la ignorancia que probablemente tienen, porque es difícil que
alguien disfrute o se encante con cosas que no conoce". Las personas de derecha tienen una idea sobre
la cultura, más no como instrumento al servicio de una ideología o Revolución.
El que intente dar cuenta del pasado no significa, por cierto, que me
quede pegado ahí, que es el comentario o crítica que suelen hacer la Izquierda
a la Derecha. Por ejemplo, la Nueva Mayoría o minoría está feliz porque el
segundo bachelista aliancista, después de Joaquín Lavín, Pablo Longueira se fue
de asesor del Ministro de Energía. Un titular de la prensa de afín al gobierno
por la decisión del mencionado, afirmaba alegremente: “Se acabó la campaña del
terror”. Lo que haga el ex líder de la derecha representante de la Generación
Perdida en la dictadura del 26%, es irrelevante. Desde el momento en que no le
importa la suerte de los militares presos en gulag de Punta Peuco, no lo tomo
en cuenta. No hay oposición en cuanto a las ideas. Otro que anda perdido y ya
andaba perdido cuando se presentó como precandidato presidencial en la
primarias de la Nueva Mayoría, es el ex ministro de Hacienda de Bachelet,
Andrés Velasco, quien en la entrevista a Tomás Mosciatti decía que no entendía la conducta de matón de
la Nueva Mayoría y la comparaba con al ex Concertación. Aquélla no es ésta. En
la Nueva Mayoría está el Partido Comunista y ‘la calle’, que es lo mismo que es
el PC. Como ven estoy en junio del 2014, y no en 1971. Desconfío de los matones
de la Nueva Mayoría. Y lo reitero, lo mejor para el país es que a la chavista
Bachelet le vaya mal.
En la excelente película Anonymous en que se relata quién
podrían haber sido el dramaturgo inglés William Shakespeare. Nos ilustra la
conexión entre el arte y la política, y como aquél puede influenciar en ésta.
Viceversa. Nos muestra la pelea por ganarse a público del Teatro El Globo entre
Christopher
Marlowe y Ben Jonson. Las obras dramáticas
trasuntaban la política del país. Para algunos Shakespeare fue alguien de la
clase media conocido como el barbudo de Stratford-Upon-Avon, para otros el filósofo
Francis Bacon o Marlowe, y por último la versión de la película es Edward de Vere, 17.º conde de
Oxford. Hay una escena en que el noble
le dice al joven poeta Ben Jonson: “Todo es política”. Según Jonson, él no hacía política en sus comedias.
Para las personas del siglo XX y principios
del siglo XXI, la afirmación “Todo es política” se transforma en una política
totalitaria, que la vimos reflejada en la ex Alemania comunista (RDA), donde la
policía secreta, la STASI investigaba, ya sea cartas de amor o diarios de vida
que tenían las personas. ¿Cómo una carta de amor puede constituir una amenaza
para el Estado? Y también en la Unidad Popular, donde quienes practicaban el
sectarismo eran los grupos musicales de Izquierda Illapu, Quilapayún o Inti Illimani y no los
componían canciones al estilo de Los Huasos Quincheros. En fin, el mundo
artístico e intelectual proclive al gobierno de Salvador Allende. Un testimonio
de primera plano, es lo que relata la periodista Nena Ossa, autora de Allende Thank You…! de quien frecuentaba el mundo artístico de fines de los sesenta y
principios de los setenta. En efecto, cuenta ella que estando en la Expo
Universal de Osaka Japón, cuando salió
electo Allende, la delegación cubana que al principio se habían mostrado afectuosos, de repente no la saludan, ya que Nena
trabajaba para la revista chilena Política, Economía y Cultura (P.E.C). Por eso
mismo, se convertía en el enemigo. La misma experiencia la encontró, cuando
volvió a Chile. Ella que había trabajado en el canal 13, el nuevo director y de
quien era amigo, Claudio Di Girólamo nombrado Allende, le cerraron la puertas.
Luego cuenta que fue a entrevistar a un joven pintor argentino, que exponía en
el Instituto Cultural de las Condes, cuyo tema era el marxismo en las artes
plásticas. Concreta una entrevista con el pintor donde vive, esto es, calle
Bombero Ñúñez cerca de Bellavista. Sobre el edificio dice: “encontrarme con un
edificio roñoso de dos o tres pisos, tan destartalado que parecía que se iba a
desarmar….Al talentoso dibujante le concedieron, gratis, una pieza en que lo
único que había era una cama desvencijada, una silla y una mesa. Ahí, en ese
paupérrimo espacio, en peores condiciones que las de cualquier callampa, estaba
solo, helado de frío. Para comer tenía una naranja”. El artista le dice: “Me
prohibieron que usted me entreviste. Usted, que es la única persona que se
preocupó de mi en la exposición”. La última salida de madre fue con el pintor
Guillermo Ñúñez, a quien a Allende lo nombró director del Museo de Arte de la
Universidad de Chile, en la Quinta Normal. Antes lo había entrevistado tres
veces para la revista P.E.C.. Incluso lo felicitó por su nuevo cargo. En 1971,
le dijo Ñúñez a Ossa por teléfono: “Para esa porquería de revista que tú
escribes”. Ella le respondió: “Ándate al diablo…¡Qué te has imaginado! ¿Te lo prohíbe Allende, Rojas Mix o
quién? Voy para allá ahora, y pobre de que no recibas”.
En efecto, Nena Ossa fue a ver
una exhibición de artistas revolucionarios en el Museo de la Quinta Normal,
titulada FABRICAS DE HERRAMIENTAS UP. Allá entrevista el director que era
Guillermo Ñúñez. Él le recita la letanía de los artistas partidarios de
Allende: “El artista debe dejar de ser mono sabio de la burguesía. El artista
que no es político, no es artista. En la lucha de clases, el arte debe ser un
instrumento. Allende creció al declarar no ser presidente de todos los
chilenos”.
Las tonteras que creían las personas que hoy tiene alrededor de 70 y 80
años del mundo izquierdista.
Esa letanía la creía la actriz Delfina Guzmán, el actor Héctor Noguera, el actor Nissim Sharim, el escritor y periodista Patricio
Mann, el poeta y tío Cristián Warken, Enrique Lihn, el poeta Armando Uribe que
era embajador en China, el escritor Antonio Skármeta y otros màs.
Los cineastas partidarios de
Allende sacaron la siguiente declaración: “CINEASTAS
CHILENOS: es el momento de emprender juntos con nuestro pueblo, la gran tarea
de la liberación nacional y de la construcción del socialismo. 1.Que
antes de cineastas, somos hombres comprometidos con el fenómeno político y
social de nuestro pueblo y con su gran tarea: la construcción del socialismo.2.
Que el cine es un arte.3. Que el cine chileno, por imperativo histórico, deberá
ser un arte revolucionario.4. Que entendemos por arte revolucionario aquel que
nace de la realización conjunta del artista y del pueblo unidos por un objetivo
común: la liberación. Uno, el pueblo, como motivador de la acción y en
definitiva el creador, y el otro, el cineasta, como su instrumento de
comunicación”. Nos iban a liberar con un gran estado. Eso es lo revolucionario.
En una entrevista y autor del manifiesto citado, el cineasta Miguel Littin, afirma: "Yo soy marxista leninista y, como tal, adopto el método del marxismo leninismo para analizar la realidad. El es determinante no sólo en la elaboración de mis obras, sino también, en la elaboraciòn de mi vida".
A continuación describe la exhibición: “Alegres colores chillones, semejantes a las
tonalidades que por esos tempranos días del gobierno de Allende ya habían
aparecidos pintados o pegados en muros santiaguinos y de Valparaíso. Una frase,
al menos, lo decía todo: “Tu liberación es el fusil o el voto consciente”.
Postura que también la indicaban las imágenes visuales. Angela Davis resaltaba
profusamente y algún Lenin le hacía la pelea, mientras la Estatua de la Libertad
de fusil en mano competía con los Padres de la Patria de fusil en alto”.
Angela Davis fue una activista afromamericana que perteneció al Partido
Comunista de ese país y a las Panteras Negras. Además, fue alumna del filósofo
de la Escuela de Frankfurt, Marcuse que influyó en la juventud de los sesenta.
Luego de una larga entrevista con el director mencionado, le pregunta:
“¿Te interesa que el museo sea un arma política?”. La respuesta de Ñúñez fue la
siguiente: “No sé si una arma, pero tiene que ser una herramienta política,
aunque no de un partido determinado. Debe tener la misma actitud que la
universidad reformada, en que también los problemas del artista van unidos a
los del pueblo. El contacto tiene que ser contemporáneo. Contemporáneo en el sentido
de que estamos viviendo este momento y construyendo juntos el socialismo”.
Socialismo marxista leninista.
Luego nos tildan de fascistas, cuando ellos lo son.
Los artistas de Izquierda son monos del Partido, la ideología y la nomenclatura. Capitalistas para vivir, socialistas para predicar. Y sobre todo, fomes y amargados. Los representantes de la Generación que apoyó a la Unidad Popular se encarga de transmitirle el odio a las siguientes generaciones, como lo hemos visto, después de los noventa hasta ahora.
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