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En su libro
Nena Ossa Allende: Thank you…! reproduce una carta que recibió una carta del
izquierdista César Cecchi, quien por cierto era amigo de ella. La carta es muy
reveladora.
Según la
Izquierda que llegó al poder en 1990, jamás existió esa sensación y deseo por
un bando de llevarnos a la guerra civil: “-Hay más: la amenaza de una guerra
civil. “Sotto voce” y creciendo lentamente en un comienzo, más rápida y
abiertamente después. Hoy, a plena luz, como un avatar ineludible está el temor
de que las tensiones degeneren en un enfrentamiento fratricida violento, cruel
y sanguinario”. El futuro canciller de
Allende Clodomiro Almeyda había dicho que costaría un millón de vidas.
Sobre los
directivos que había en el aparato estatal: “Ha habido una multiplicación
caótica de centros directivos que corren con colores propios. El Partido
Comunista es, según mi criterio, el principal responsable de esta anarquía. ¿Lo
ha hecho a sabiendas, con el deliberado propósito de destruir la organización
anterior y el poder derivado de ella, según piensa la derecha? No sé”. Ahora
pretende lo mismo.
Sobre el
desabastecimiento escribe: “Ello era negado en un comienzo por los partidarios
de la Unidad Popular y decían que hablar de desabastecimiento era un acto
sedicioso que obedecía a la intención de provocar una mala atmósfera pública,
intención de la derecha, por supuesto. Desgraciadamente a razón estuvo de parte
de la derecha, de la oposición”.
Sobre los
interventores dice: “Cuando se trata de industrias o tierras estatizadas,
cobran “coimas” los interventores”. Los
defensores acérrimos de ese gobierno como Michelle Bachelet, Ricardo Lagos,
entre otros nos podría explicar porque lucraban los funcionarios de la UP de
donde saldría el Nuevo Hombre Socialista.
El amigo de
Ossa era tan “izquierdista sin remedio” que hace el siguiente comentario: “Dadas las circunstancias del derrumbe total
de la economía, de nuestra producción agrícola e industrial, no es posible
pagarle a sus campesinos y obreros; no
hay dinero en caja para pagar los jornales. Entonces surgió la idea de pagarles
con productos –una idea peregrina para algunos; para otros muy sensata, pero en
todo caso raíz de males espantables: Los textiles tienen cuotas en telas. Los
de la línea blanca en máquinas de lavar, refrigeradores, etc. Los electrónicos
en televisores, etc. De inmediato los obreros venden esos productos en el
mercado negro. Dos aspectos para la meditación: uno, que es una forma “legal”
de producir mercado negro; dos, que es una forma de llevar a los obreros a una
conducta social de extrema inmoralidad, transformándolos en intermediarios capitalistas de la peor
especie. Es algo que me preocupa grandemente, como a mucha otra gente. Y cuando
hablo de los que se preocupan, hablo de
gente de izquierda, como lo mismo. Gente que esperábamos de este proceso algo
muy diferente, quizás exactamente lo opuesto”. Ahí termino la aventura y la
construcción del Nuevo Hombre Socialista. Me pregunto si vivirá ese señor, pues
tienen que ser una experiencia traumática ver a las personas yendo a los malls
y ver, además, a los nuevos ricos que son unos intermediarios más.
El moralista: “-Este panorama de crisis económica,
de inmoralidad pública, enmarcar la actividad política propiamente tal…..La
gente de la derecha (o si se prefiere, de oposición, ya que debemos reconocer
una cierta diferencia entre el Partido Nacional más su vástago extremista,
Patria y Libertad, y la Democracia Cristiana, cuya actitud es más reformista,
por lo menos en ciertos sector de su organización lo que hace aparecer casi
como un partido de centro) piensa que hay rescatar en su totalidad las formas
organizativas anteriores, el molde capitalista-burgués”. ¿Qué raro que no
mencione a los grupos armados de la Unidad Popular los cuales recibieron
instrucción militar en el extranjero y los demás grupos paramilitares? La
Democracia Cristiana hace el papel de la actual derecha, esto es, reforma el
programa marxista.
Somos distintos al resto de América Latina: “-¿Y si
las Fuerzas Armadas decidieran tomarse el poder para ellas solas? Sería
ampliamente aplaudidas por la derecha, aunque eso no correspondiera a la idea
más propia de esta última, que es llegar a recuperar todo el poder para sí
misma, sola. ¿Fascismo en Chile? Así es. Y aunque siguen escuchándose esa
estupidez de que cosas así nunca ocurrirán en Chile, porque aquí “somos inteligentes”, “tan cultos”, “tan
democráticos”, “diferentes al resto de América Latina”, “tenemos tanto respeto
a la libertad y por la persona humana”. Creo que haber elegido a Salvador
Allende a sabiendas que iba terminar ilustra que no somos inteligentes. Lo
mismo se puede decir de haber elegido a
Bachelet para su segundo mandato. Llega ser hipócrita la afirmación de respeto
a la libertad y a la persona humana, si el Partido Socialista y el grupo
terrorista Mir tenían planeado acabar con la “burguesía y su aparato militar”
como dicen sus declaraciones de a mediados de la década de 1960. Los asesinatos
a mansalva que realizó el Mir entre 1968 0 67 hasta 11 de septiembre de 1973.
Los mismos atropellos a los derechos humanos consignados en el Acuerdo de la
Cámara de Diputados, en que acusan al gobierno marxista de flagelo y tortura.
Habla de la libertad, cuando su gobierno las estaba cercenando. La derecha
perdió el poder, cuando llegó Arturo Alessandri Palma, allá por la década de
1920. ¿Qué tiene que el Partido Nacional con el fascismo? Nada. Mi próximo post
trata sobre ese mote que le gusta emplear a la Izquierda.
Sobre su amigo Salvador Allende escribe: “- Siempre
he pensado que mi buen amigo Salvador Allende se afirma en una última moralidad
patriótica y aun en una última moralidad que va más allá de lo nacional. Pero
me temo también un peligroso interplay entre esa estrella fija que le señala su
brújula histórica y el campo magnético de su alma abismal, con sus debilidades,
sus tinieblas y, por qué no decirlo, también sus perversidades….que este hombre
a quien amo tanto, y a quien admiro y respeto, pero al que soy también capaz de
observar objetivamente, que este hombre, repito, terminará en un acto sombrío”.
Antes de que se suicidara o lo matarán los agentes de Castro, empezó el culto a
la personalidad.
Nena Ossa le escribe a un tal Mario Arnello sobre
como el marxismo etiqueta a cualquier movimiento anti comunista como nazi: “Cada
día comprendo más lo acomplejados que están todos los países europeos occidentales.
En especial su prensa frente a a vigorosa estrategia marxista. O socialista si
así la quieres llamar. Así la denominan por estos lados los propios opositores
al marxismo. No te imaginas cuán raro es que usen la palabra marxismo.
Aparentemente la encuentran teñida de prejuicios o, no sé, padecen del complejo
de que no vayan a decir que son
fascistas. Realmente el terror al fascismo invade todos los rincones de Europa.
Hitler sigue penando como si estuviera vivo y presente. Mucho se dice que Alemania
del Oeste es el país más europeo de Europa, en el sentido de que es el más abierto al resto del
continente. El menos nacionalista. Pero ello se debe a que tienen terror a que se les denomine
nacionalista. Todo tiene olor a hitlerismo. Y Chile, o mejor dicho, la Junta
está pagando las consecuencias. Los platos rotos por otros. ¡Qué ira! Y lo peor
es pensar que el momento psicológico para hacer una campaña fuerte pro la Junta
se está pasando”. ¿Qué tiene que ver el nazismo con la Junta Militar que fue pedida
por la mayoría de los chilenos? Nada. Ahora entendemos de por qué la Izquierda
pisotea a los héroes militares. Ahora entendemos porque en el blog del ex
parlamentario Hermógenes Pérez de Arce y en otros foros de los medios, recurren
a comparar el Gobierno Militar con el nazismo. Sin embargo, dichas
comparaciones no apuntan al nacionalismo, sino a que supuestamente dicho
régimen persiguió a personas inocentes. Lo que es falso. Persiguió a
terroristas. Además, la propia Izquierda totalitaria, terrorista y victimaria (no
víctima) se compara obscenamente con las víctimas del Holocausto.
Queda un
arduo trabajo por desmontar las mentiras de la Izquierda chilena.
1 comentario:
Excelente aporte, Javier.
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