28 de julio de 2015

Intercambio epistolar sobre la Unidad Popular








En su libro Nena Ossa Allende: Thank you…! reproduce una carta que recibió una carta del izquierdista César Cecchi, quien por cierto era amigo de ella. La carta es muy reveladora.

 Según la Izquierda que llegó al poder en 1990, jamás existió esa sensación y deseo por un bando de llevarnos a la guerra civil: “-Hay más: la amenaza de una guerra civil. “Sotto voce” y creciendo lentamente en un comienzo, más rápida y abiertamente después. Hoy, a plena luz, como un avatar ineludible está el temor de que las tensiones degeneren en un enfrentamiento fratricida violento, cruel y sanguinario”.  El futuro canciller de Allende Clodomiro Almeyda había dicho que costaría un millón de vidas.

 Sobre los directivos que había en el aparato estatal: “Ha habido una multiplicación caótica de centros directivos que corren con colores propios. El Partido Comunista es, según mi criterio, el principal responsable de esta anarquía. ¿Lo ha hecho a sabiendas, con el deliberado propósito de destruir la organización anterior y el poder derivado de ella, según piensa la derecha? No sé”. Ahora pretende lo mismo.

 Sobre el desabastecimiento escribe: “Ello era negado en un comienzo por los partidarios de la Unidad Popular y decían que hablar de desabastecimiento era un acto sedicioso que obedecía a la intención de provocar una mala atmósfera pública, intención de la derecha, por supuesto. Desgraciadamente a razón estuvo de parte de la derecha, de la oposición”.

 Sobre los interventores dice: “Cuando se trata de industrias o tierras estatizadas, cobran “coimas”  los interventores”. Los defensores acérrimos de ese gobierno como Michelle Bachelet, Ricardo Lagos, entre otros nos podría explicar porque lucraban los funcionarios de la UP de donde saldría el Nuevo Hombre Socialista.

 El amigo de Ossa era tan “izquierdista sin remedio” que hace el siguiente comentario:  “Dadas las circunstancias del derrumbe total de la economía, de nuestra producción agrícola e industrial, no es posible pagarle a sus campesinos y obreros;  no hay dinero en caja para pagar los jornales. Entonces surgió la idea de pagarles con productos –una idea peregrina para algunos; para otros muy sensata, pero en todo caso raíz de males espantables: Los textiles tienen cuotas en telas. Los de la línea blanca en máquinas de lavar, refrigeradores, etc. Los electrónicos en televisores, etc. De inmediato los obreros venden esos productos en el mercado negro. Dos aspectos para la meditación: uno, que es una forma “legal” de producir mercado negro; dos, que es una forma de llevar a los obreros a una conducta social de extrema inmoralidad, transformándolos   en intermediarios capitalistas de la peor especie. Es algo que me preocupa grandemente, como a mucha otra gente. Y cuando hablo de los que se preocupan, hablo  de gente de izquierda, como lo mismo. Gente que esperábamos de este proceso algo muy diferente, quizás exactamente lo opuesto”. Ahí termino la aventura y la construcción del Nuevo Hombre Socialista. Me pregunto si vivirá ese señor, pues tienen que ser una experiencia traumática ver a las personas yendo a los malls y ver, además, a los nuevos ricos que son unos intermediarios más.

El moralista: “-Este panorama de crisis económica, de inmoralidad pública, enmarcar la actividad política propiamente tal…..La gente de la derecha (o si se prefiere, de oposición, ya que debemos reconocer una cierta diferencia entre el Partido Nacional más su vástago extremista, Patria y Libertad, y la Democracia Cristiana, cuya actitud es más reformista, por lo menos en ciertos sector de su organización lo que hace aparecer casi como un partido de centro) piensa que hay rescatar en su totalidad las formas organizativas anteriores, el molde capitalista-burgués”. ¿Qué raro que no mencione a los grupos armados de la Unidad Popular los cuales recibieron instrucción militar en el extranjero y los demás grupos paramilitares? La Democracia Cristiana hace el papel de la actual derecha, esto es, reforma el programa marxista.

Somos distintos al resto de América Latina: “-¿Y si las Fuerzas Armadas decidieran tomarse el poder para ellas solas? Sería ampliamente aplaudidas por la derecha, aunque eso no correspondiera a la idea más propia de esta última, que es llegar a recuperar todo el poder para sí misma, sola. ¿Fascismo en Chile? Así es. Y aunque siguen escuchándose esa estupidez de que cosas así nunca ocurrirán en Chile, porque aquí  “somos inteligentes”, “tan cultos”, “tan democráticos”, “diferentes al resto de América Latina”, “tenemos tanto respeto a la libertad y por la persona humana”. Creo que haber elegido a Salvador Allende a sabiendas que iba terminar ilustra que no somos inteligentes. Lo mismo se puede decir de haber elegido  a Bachelet para su segundo mandato. Llega ser hipócrita la afirmación de respeto a la libertad y a la persona humana, si el Partido Socialista y el grupo terrorista Mir tenían planeado acabar con la “burguesía y su aparato militar” como dicen sus declaraciones de a mediados de la década de 1960. Los asesinatos a mansalva que realizó el Mir entre 1968 0 67 hasta 11 de septiembre de 1973. Los mismos atropellos a los derechos humanos consignados en el Acuerdo de la Cámara de Diputados, en que acusan al gobierno marxista de flagelo y tortura. Habla de la libertad, cuando su gobierno las estaba cercenando. La derecha perdió el poder, cuando llegó Arturo Alessandri Palma, allá por la década de 1920. ¿Qué tiene que el Partido Nacional con el fascismo? Nada. Mi próximo post trata sobre ese mote que le gusta emplear a la Izquierda.

Sobre su amigo Salvador Allende escribe: “- Siempre he pensado que mi buen amigo Salvador Allende se afirma en una última moralidad patriótica y aun en una última moralidad que va más allá de lo nacional. Pero me temo también un peligroso interplay entre esa estrella fija que le señala su brújula histórica y el campo magnético de su alma abismal, con sus debilidades, sus tinieblas y, por qué no decirlo, también sus perversidades….que este hombre a quien amo tanto, y a quien admiro y respeto, pero al que soy también capaz de observar objetivamente, que este hombre, repito, terminará en un acto sombrío”. Antes de que se suicidara o lo matarán los agentes de Castro, empezó el culto a la personalidad.

Nena Ossa le escribe a un tal Mario Arnello sobre como el marxismo etiqueta a cualquier movimiento anti comunista como nazi: “Cada día comprendo más lo acomplejados que están todos los países europeos occidentales. En especial su prensa frente a a vigorosa estrategia marxista. O socialista si así la quieres llamar. Así la denominan por estos lados los propios opositores al marxismo. No te imaginas cuán raro es que usen la palabra marxismo. Aparentemente la encuentran teñida de prejuicios o, no sé, padecen del complejo de que no vayan  a decir que son fascistas. Realmente el terror al fascismo invade todos los rincones de Europa. Hitler sigue penando como si estuviera vivo y presente. Mucho se dice que Alemania del Oeste es el país más europeo de Europa, en el sentido  de que es el más abierto al resto del continente. El menos nacionalista. Pero ello se debe a que  tienen terror a que se les denomine nacionalista. Todo tiene olor a hitlerismo. Y Chile, o mejor dicho, la Junta está pagando las consecuencias. Los platos rotos por otros. ¡Qué ira! Y lo peor es pensar que el momento psicológico para hacer una campaña fuerte pro la Junta se está pasando”. ¿Qué tiene que ver el nazismo con la Junta Militar que fue pedida por la mayoría de los chilenos? Nada. Ahora entendemos de por qué la Izquierda pisotea a los héroes militares. Ahora entendemos porque en el blog del ex parlamentario Hermógenes Pérez de Arce y en otros foros de los medios, recurren a comparar el Gobierno Militar con el nazismo. Sin embargo, dichas comparaciones no apuntan al nacionalismo, sino a que supuestamente dicho régimen persiguió a personas inocentes. Lo que es falso. Persiguió a terroristas. Además, la propia Izquierda totalitaria, terrorista y victimaria (no víctima) se compara obscenamente con las víctimas del Holocausto.

 Queda un arduo trabajo por desmontar las mentiras de la Izquierda chilena.



1 comentario:

carancho dijo...

Excelente aporte, Javier.