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Cuando estallo el caso Caval que involucro a la nuera de Bachelet, Natalia Compagnon, el hijo del Presidente, Sebastián Dávalos, el empresario y banquero Andrónico Luskic y en forma indirecta aparentemente la propia Michelle Bachelet, quedo al descubierto tráfico de influencias y abuso de poder. El caso Caval se refiere primero a la adquisición de un crédito de US$ 10 millones que había obtenido el hijo días antes que Bachelet ganará la elección presidencial, luego de llamar a Luskic. En segundo lugar, con ese dinero iba a la compra de terrenos en Machalí, en la VI Región, cuyo suelo era agrícola, y que luego el municipio cambio el plano regulador con el cual el valor del suelo aumento rápidamente a uso urbano. Con ese cambio, se beneficiaría la sociedad Exportadora y de Gestión Limitada de propiedad de Compagnon.
Ahora bien, muchas personas con simple sentido común concluyeron que Sebastián Dávalos llego al hombre más rico de Chile, ‘por ser hijo de’. En este caso del Presidente Michelle Bachelet. Hay que rememorar la célebre frase que dijo, cuando supo del préstamo que le habían otorgado: “Me entere por las noticias”. Además, más tarde se especulaba que previamente a la reunión de Dávalos, Compagnon y Luskic una señora había llamado al banquero. Esa señora era Bachelet. Los verdaderos opositores a este gobierno esperábamos que saliese a luz esa grabación.
Naturalmente, la investigación a cargo primero del fiscal Luis Toledo y luego del fiscal Sergio Moya siguió su curso desvelándose los millonarios negocios de asesorías que hizo la empresa Caval. Entretanto, una comisión investigadora del Congreso referido a este caso, excluyo al Presidente de la República.
De vez en cuando se sabían cosas. Para defenderse, los implicados por medio de sus abogados daban cosas a conocer detalles. Otros se quedaban callados. La investigación en curso revelo que también estaba metido el administrador de La Moneda, Cristián Riquelme, quien se pidió la renuncia por petición del ministro de Interior, el Demócrata Cristiano, Jorge Burgos. Y otra implicada es la jefa de gabinete de la Presidencia, la señora Ana Lya Uriarte, quien todavía conserva su puesto, pues sabe tanto como su ex ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre. Pues bien, uno de los implicados es el operador inmobiliario, Juan Díaz, quien pertenece al partido opositor Unión Demócrata Independiente.
En efecto, la revista Que Pasa de la última semana de mayo reprodujo las transcripciones telefónicas hechas por el OS-9 de Carabineros a Juan Díaz, quien afirma que Bachelet iba a recibir mil millones por el negocio inmobiliario: “Porque a mí muchas veces la Natalia me decía que mil millones iban a Bachelet”. Natalia le decía Díaz que se quedará tranquilo: “Acuérdate que ella me dijo que el crédito lo iba a sacar mi suegra. Quédate tranquilo” (14/05/2015 a las 11:39 hrs.).
Cuando leí esa noticia por un blog, me fui al sitio de la revista Que Pasa esperando encontrar la primera edición referida a ello. Lo primero que aparece es una nota editada tratando lisa y llanamente de excluir al Presidente de la República, excusándose de que había que verificar lo que decía el señor Díaz. Parece raro que una revista que lleva años haya cometido un desliz de ese tipo. No fue el mismo medio, si es que no equivoco que saco a relucir el préstamo que le hizo Luskic y el negocio inmobiliario en Malachí. Se auto censuro.
¿Cuál fue la reacción del gobierno? La reacción de Michelle Bachelet fue acusar de un montaje y de que se había filtrado información por el caso Caval:
“Quiero hacer una declaración respecto a una información que ha salido en un medio nacional hoy día, que me involucra, o sea, que aparece mencionado mi nombre. Quiero primero que nada decir que desmiento tajantemente, categóricamente esa información. Creo que es una canallada, que es una infamia, y que, además, no descarto montaje. Por tanto, estoy estudiando cuáles son las acciones legales que podemos tomar”.
Dijo, además, que era una infamia: “Es totalmente falso, es una infamia, una canallada, una mentira”.
Cuando se ha filtrado una grabación desde el Piñeragate, donde trataba de tonta a la política Evelyn Matthei, a nadie se le ocurrió decir que era un montaje de Matthei a Piñera, por así decirlo. Asimismo, Díaz reveló unas cosas oscuras del ex dirigente de la UDI, Pablo Longueira. La prensa le baja el perfil si afecta al Presidente, en cambio, no si el afecto es un político de la ex derecha.
Al día siguiente de conocida la filtración salió por la prensa que la mandataria había declarado como testigo en La Moneda a las 7:00 A.M, día antes. Le habrá dicho que “se entero por la prensa” y que desconocía a banquero Luskic.
El Colegio de Periodista, que es una caja de resonancia de la Izquierda salió en defensa de Michelle Bachelet repitiendo que había que verificar lo dicho por Díaz. La Nueva Mayoría también salió en su defensa. Si cae la mandataria, no tiene nada. El Presidente del Partido Radical, Ernesto Velasco dijo: “cuando siente que ha sido pasada a llevar su honra, buen nombre o dignidad. En este caso resulta evidente que se ha traspasado un límite en el quehacer periodístico que ha sido reconocido por el propio medio”. Los zurdos que son la flor y nata hablan de la honra, dignidad, cuando en estos 26 años se han dedicado a lo contrario , sobre todo, tratándose de personas emblemáticas que están presas en Punta Peuco: Miguel Krassnoff, Miguel Estay, Álvaro Corvalán, entre otros. Van a seguir difamando a personas que no pueden defenderse, ya sea a través de los medios, ya sea través de la justicia. Dicho sea de paso, cuando estalló el caso Penta, que involucraba a los políticos opositores, el gobierno, la Nueva Mayoría, los medios ya sea escritos o digitales, se daba el festín cada vez que los fiscales filtraban información del caso a la prensa. Al oficialismo le salió el tiro por la culata al saber después que muchos políticos de Izquierda le pedían plata ‘al yerno del dictador’ como Carolina Tohá, Fluvio Rossi, entre otros. No hay ninguno acusado por Impuestos Internos de ese bloque hasta hora. Con todo, ni la Nueva Mayoría ha salido ganando al ser únicamente acusados algunos políticos de la UDI. Las personas en general no les creen a los políticos. Si uno lee comentarios en los foros y artículos como el de Luis Larraín del Instituto Libertad y Desarrollo , en donde critica el doble estándar que ha tenido la Izquierda en estas materias: SQM, el juicio por prensa a ciertos empresarios y Penta. La honra de los otros no importa, sí la de los progresistas.
En lo general estoy de acuerdo con el artículo de Larraín, sin embargo, hay una parte en que intenta ningunear al particular Juan Díaz, como si su opinión fuese menos creíble que lo dicho por la mandataria. Después de todo, fue contratado por la nuera de Bachelet: “Que un imputado en el caso Caval, sin entregar prueba alguna ni antecedentes que lo avalen afirme una cosa así es lesivo para su honra”. No hay que ser Sherlock Holmes para deducir que hubo un “acuerdo de caballeros” al interior de la familia Bachelet, donde no hubo nada escrito.
Lo que no sabe el director del Instituto LyD, es que según Revista Jurídica de Fiscalía la se pueden hacer usar las intercepciones siempre que lo determine el tribunal:
"Art 223 C.P.P. La incorporación en un juicio oral de los resultados obtenidos de la medida de interceptación se realizará de la manera que determinare el tribunal, en la oportunidad procesal respectiva. En todo caso, podrán se citados como testigos los encargados de practicar la diligencia" .
Además, Bachelet pone como testigo, según la prensa, al vocero del gobierno, Marcelo Díaz, la jefa de gabinete, Ana Lya y al periodista Ascanio Cavallo.
Además, Bachelet pone como testigo, según la prensa, al vocero del gobierno, Marcelo Díaz, la jefa de gabinete, Ana Lya y al periodista Ascanio Cavallo.
Finalmente, Bachelet anunció una querella a título personal contra la revista Que Pasa, pues, según su abogado, Juan Pablo Hermosilla se pasa a llevar la honra de las personas. Va dirigida contra tres periodistas, los cuales podrían pagar con tres años en la cárcel y una multa de 150 Unidades Tributarias Mensuales, o sea, 7 millones de pesos. Según Hermosilla, la transcripción no tenía nada que ver con el caso Caval. ¿Cree que las personas son tontas? ¿Cómo no tiene relación, si aporta un nuevo antecedente, que el Presidente de la República estaba involucrada? Una nueva arista.
Michelle Bachelet, su abogado, el Colegio de Periodistas, los políticos de la Nueva Mayoría y algún otro investigador, ¿Cree que somos tontos?
1 comentario:
Quieren hacernos tragar el sapo, pero la gente está despertando y el rechazo a Bachelet y su nefasta NM está creciendo. El único problema es que no hay quien capitalice ese rechazo, ya que la oposición también está quemada.
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