13 de septiembre de 2016

Año de la Productividad







   Cuando Michelle Bachelet cambio su ministro de Hacienda por un demócrata cristiano, Valdés fijaron este año como “El Año de la Productividad”, en vista de que el país no crece. El nombre que le pusieron me recordó los planes quinquenales de la ex Unión Soviética.

  Sin embargo, una cosa son las palabras, las buenas intenciones y otra cosa son los actos. Para los partidarios de la retroexcavadora hablar de productividad, crecimiento pertenece a los que ellos llaman despectivamente neoliberalismo. Ser de derecha. Por eso, cuando el país empezó a retroceder debido a las reformas económicas de la Nueva Mayoría, empezaron a hablar del crecimiento. La Nueva Mayoría por un momento se derechizo como dijo un intelectual de Izquierda, así como la ex derecha con su candidata presidencial se izquierdizo al poner el tema de la igualdad en la campaña. Según los economistas del oficialismo, la reforma tributaria no iba afectar la economía. Con todo, siguen echándole la culpa a los factores externos.

  Cualquiera persona que ha estudiado un poco de economía, sabe que cuando el gobierno gasto mucho, que le ha sacado plata a los privados o particulares vía impuesto, éstos últimos no pueden producir como quisieran. Un periodista destacado y divulgador de la Escuela Austríaca en los Estados Unidos, fue Henry Hazlitt, quien escribió el libro La economía en una lección. Leyendo ese libro se van vacunar de los economistas y políticos demagogos. Una frase que él escribió y retrata el impacto de la reforma tributaria, es la siguiente: “Cuanto mayor sea el porcentaje de renta nacional que absorban las cargas fiscales, tanto mayor será la disuasión ejercida sobre la producción y la actividad privada”. Claro como el agua.

  Otra frase: “Los excesivos gastos son principalmente el resultado de los esfuerzos del gobierno para redistribuir la riqueza y el ingreso en breve, para forzar al sector productivo a que sostenga al sector no productivo. Esto erosiona los incentivos al trabajo tanto de los entes productivos como de los no productivos”. Recuerden que Bachelet ha contratado a cien mil personal en la administración pública. Última frase de Hazlitt: “Pero por cada empleo que sus gastos proporcionan, nuestro propio gasto proporcionará un empleo menos, porque no dispondremos de la cantidad que nos fue sustraída. De igual forma, por cada empleo creado merced a los gastos de los funcionarios, los contribuyentes proporcionan un empleo menos. Cuando un ladrón nos despoja de nuestro dinero no adquirimos nada a cambio. Idéntica situación se da cuando somos desposeídos de nuestro dinero mediante impuestos destinados al sostenimiento de burócratas inútiles”.

 Veamos los hechos.

 Según Raphael Bergoeing , economista del think tank de los oligopolios, Centro Estudios Públicos (CEP), el 70% del gasto público se va en sueldos: "Si agarras el presupuesto del Estado chileno, contando sólo en la parte gastos, más o menos el 70 por ciento de ese presupuesto son sueldos, entonces hay personas involucradas (...) en ninguna parte del mundo es fácil hacer ajustes en la parte sueldo". El catedrático de la Universidad de Adolfo Ibañez aún cree que sus interlocutores son racionales. Me refiero al gobierno: "Un gran desafío que tiene el país, y que no es un problema de este Gobierno sino de todos los gobierno hacia atrás, es modernizar el Estado". Parece que no se atreve decir reducir el tamaño del Estado. Después de todo, él trabajo en un gobierno que aumento la burocracia. Obviamente, me estoy refiriendo al gobierno de Piñera. Estos tipos que hablando del gobierno corporativo, esto es, de las diversas reparticiones del Estado, se arregla la cosa como lanzaron la Alta Dirección Pública. Se le olvida al sesudo investigar que este gobierno contrato a más de cien mil personas para aumentar la productividad. Aumento la burocracia.

  Otro punto que salió en las portadas de los diarios, es que el gasto público bordea el 24% del Producto Interno Bruto (PIB). El más alto en 26 años, desde los que los militares entregaron el poder.   El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés dijo estas siguientes palabras a raíz del mismo tema: “Queda trabajo por hacer en términos que la política fiscal pueda lograr estabilizar el deterioro del déficit fiscal. Chile tiene que hacer lo necesario para que el déficit fiscal no se amplíe más”.

   Para ser productivo este años, hay que recordar que el Gobierno inyecto 75 millones de dólares a la televisión estatal (TVN) a costa de los contribuyentes. El canal tiene perdidas.

 Por un blog me entere que los políticos de la Nueva Mayoría han puesto a parientes como asesores, ganando millonarios sueldos . Son 18 personas. En realidad, sabía que habían puesto a la parentela. Recuerden el hijo de Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos en el puesto de Primer Damo de la Nación. Los sueldos son por sobre los 5 millones de pesos. Todo esto gracias a Eduardo Frei Tagle, quien elimino el artículo que prohibía el nepotismo en la administración pública. Así, el abogado Jaime Gajardo Alarcón, militante del Partido Comunista e hijo del dirigente del Colegio de Profesores, que trabaja como fiscal en el Ministerio de Desarrollo Social.

  Está el ex subsecretario de Transporte del primer gobierno de Bachelet, Danilo Ñuñez, a quien le toco implementar el Transantiago, y que ahora se desempeña como asesor del Ministro de Energía como Jefe de la Unidad de Gestión de Proyectos. Recuerdan la frase de Bachelet: “Nadie se repite el plato”. Esta la amiga intima de Michelle Bachelet, María Estela Ortíz con quien comparte una propiedad en Caburga. Se desempeña como Secretaria Ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia y Adolescencia.

   Esta Marcela Goic Boroevic encargada o subencargada del Departamento de Contenidos de la Presidencia, quien es hermana de la senadora Carolina Goic y del director de Sence, Pedro Goic. Ella, además, está con Pablo Bello, quien fue ex subsecretario de telecomunicaciones del primer gobierno de Bachelet. Todos “servidores públicos” o explotadores públicos que viven a costa de Doña Juanita. Recordaran que la actual presidente de la Democracia Cristiana, la senadora Goic dijo estas palabras para el funeral del ex presidente de la República, el DC Patricio Aylwin: “Yo hoy con esa misma humildad o mucha más, ante usted y ante todos los que estamos acá acompañándolo, también creo que es momento en que los políticos pidamos perdón. Perdón por no haber actuado a tiempo, perdón por los abusos de poder, perdón por la falta de ética, perdón por haber traicionado la confianza de aquellos que representamos, sirviendo a otros intereses y no la de las familias y chilenos y chilenas”. Siguen con el abuso de poder y poniendo sus intereses por sobre lo del país. ¿Con qué cara?

   Los lazos políticos importan. Como asesor del Ministro Nicolás Eyzaguirre en Secretaria General de la Presidencia, está Exequiel Silva. Fue diputado por Valdivia entre 1994 y 2006 y fue ex jefe de gabinete de Edmundo Pérez Yoma.

  Según dice la nota, porque unas personas sacaron un doctorado en una universidad extrajera o trabajaron para la ONU, eso justifica sus millonarios sueldos.

   Casi me olvido del sueldo millonario que tiene el Presidente de la República y los ex presidentes, los cuales reciben el doble de lo que ganaban. Una falta de respeto total a las personas. Sólo comparable a la pensión que recibió la esposa del socialista Osvaldo Andrade por haber trabajado en Gendarmería, incluso recibiendo más que un general o un almirante en retiro. Son cinco millones de pesos mensuales. No hay que olvidar a costa de doña Juanita y su negocio. Las pensiones en todas partes corresponden a la mitad de que ganaban. Y estos políticos quieren la dar la impresión de que son “expertos” en el tema de las pensiones: Lagos y Piñera (el malo).

 Casi me olvido del millonario gasto para la Nueva Constitución. Sólo para contratar a expertos juristas.

  Como consecuencia de las políticas de este gobierno, tenemos el alto desempleo y baja productividad. Sin embargo, la culpa es de la CIA que compro a los empresarios. Y sobre todo los de la UDI. Lo que equivale a echarle la culpa al Partido Nacional de las políticas de Salvador Allende.

1 comentario:

carancho dijo...

Parece que a los chilenos no aprenden del ejemplo tragicómico de sus vecinos argentinos.
Lástima.