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Hace tiempo leí en un sitio de internet las siguientes palabras: “La libertad es un privilegio, no un derecho”. Dichas palabras estaban puestas en un cartel, en el estado de Nevada, según comentaba un venezolano al comienzo de gobierno de Hugo Chávez. Si la libertad es un privilegio, significa que tuvo un costo en alcanzarla. No cayó del cielo. Eso explicaría por qué algunos sectores del mundo, sobre todo en Asia se aceptan los abusos del gobierno como se da en China. La mayoría de los chilenos todavía no se dan cuenta que hoy disfrutan de las libertades porque otros arriesgaron sus vidas y se tomaron decisiones que tal vez no fueron populares, pero que dieron frutos a largo plazo. Se tomo la decisión de derrocar al gobierno de la Unidad Popular porque devino en tiranía y cuyas políticas mermaron las libertades que hasta entonces los chilenos daban por sentado. Dicho gobierno quiso instalar una dictadura comunista.
El nombre completo de la institución que creó polémica por las declaraciones del ex mir Mauricio Rojas se llama Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos. Se me olvidó mencionar que una frase que no gusta del ex ministro y que siempre la repite: “Es cómo llegamos a odiarnos”. Es que lo mismo que decir “todos somos responsables”. Por tanto, nadie es responsable. Las personas opositoras a la UP no odiaban, pues lo único que querían era renunciara Allende o sacarse el gobierno malo.
Para cualquiera persona normal, sabe que la memoria es selectiva. Nos acordamos de ciertas cosas y otras, no. Revivimos buenas experiencias o recreamos malas experiencias si tenemos odio o rencor contra alguien, hasta que al final, ese mismo odio termina matando a la persona. La izquierda con dicho museo coloca lo que le conviene y no que la deja en ridículo.
Sin embargo, primero nadie ha reparado que la autoría de la creación de dicho museo. A dos personas se les ocurrió: a la mirista Marcia Scantlebury y a la frentista Michelle Bachelet. O sea, dos terroristas o guerrilleras. Para hacerlo más simple equivale a que un violador que se queje que la mujer agredida le pego en los genitales. ¿Con qué autoridad dos personas que justificaron la violencia revolucionaria y el terrorismo dictan cátedra sobre los derechos humanos? Segundo, que para la izquierda cuando ellos asesinan no constituye una violación a los derechos, en cambio, sí, los agentes del Estado. No importa si hayan estado en la DINA o CNI, sino porque el militar sobre todo, después del 11 de septiembre, lidió con personas que empuñaron las armas para instalar una dictadura comunista. Si es así, no sé por qué tenemos que aceptar el criterio de la izquierda. Por lo menos, yo no lo acepto. No hay ningún terrorista acusado de violar los derechos humanos, después de todo, están amnistiados e indultados. Una joven historiadora escribió que ella jamás iría con hija a ese museo, porque no explicaba cómo llegamos a eso. El objetivo del Museo es mostrar las violaciones a los derechos humanos cometidas bajo el Gobierno Militar. La historiadora no se dado cuenta aún que los terroristas no violan los derechos humanos.
Antes de la renuncia de Rojas, el actual director del Museo de la Memoria, Francisco Estévez critico la muestra ‘Hijos de la Libertad’ del Museo de Historia, donde aparecían las palabras del general Augusto Pinochet, en las que se decía que Chile se había liberado del comunismo. Las palabras decían una verdad. Pero, la institución que creó Bachelet, además, de ser sesgada oficia el papel de la Doctrina de Fe o la Inquisición al imponer una “verdad”, que no es tal.
La izquierda nunca abandona a su gente a diferencia de los políticos de la ex derecha se avergüenza de quienes combatieron el terrorismo poniendo en peligro sus vidas. Además, si se trata del ex presidente Bachelet, no hay que olvidar que en su segundo mandato ella quiso indultar a un terrorista del FPMR, mientras les negó el indulto humanitario a cuatro presos políticos de Punta Peuco. A ella, tanto los políticos como académicos de la ex derecha le creen todo. A todo le dicen: “Amén”. Mientras escribía el post anterior, me acordé de otro crimen de la izquierda, a saber, el atentado ferroviario en Queronque, donde murieron 58 personas y cientos de heridos, en 1986. Después se supo que autor intelectual del atentado fue el mirista Carlos Ominami como lo denunció en una carta pública otro mirista a fines de los noventa. Eso no está en el Museo de la Memoria. El señor Ominani después fue ministro de Estado del primer gobierno de la Concertación y ahora último ha sido conocido, porque fue uno de los tantos políticos de su sector que mandaron una carta de apoyo al ex presidente brasileño, Lula da Silva, quien se encuentra en la cárcel. No bastando la carta, se reunió con el Papa jesuita Francisco I para que interceda por ex mandatario brasileño. Algunos columnistas se acordaron que el museo no recoge las víctimas que fueron asesinadas por el terrorismo del Mir, el Frente Lautaro y el FPMR.
Dicho museo fue creado por terroristas como un homenaje a los terroristas, aunque sea redundante afirmarlo. Tenemos dos pruebas que ratifica lo que acabo de decir. La primera, es que en la región de Neltume hay un museo dedicado al comandante ‘Pepe’ del Mir, quien era apoyado por el gobierno de la Unidad Popular aun cuando lo negaba. Decían que era un invento de la oposición. Con todo, el museo omitirá las célebres palabras de él, el cual sostenía que la revolución marxista de Salvador Allende costaría un millón de muertos: “Claro que violentamente. Tiene que morir un millón de chilenos para que el pueblo se comprometa con la revolución y ésta se convierta en realidad. Con menos muertos no va resultar”. La segunda, es que cuando se descubrió las palabras que había dicho el ex ministro Mauricio Rojas y que la izquierda las calificó de ‘ofensa’, hubo una manifestación de apoyo al museo. Entre las personas que concurrieron estaba la actriz Magdalena Pinto conocida como Malucha, quien tenía como un primo al militante del Mir, Mario Fernando Peña Solari.
El actual presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes publicó un artículo que apareció en La Tercera a propósito del Museo de la Memoria. En él dice: “1) Que en el objeto del Museo caben sólo las víctimas de violaciones de DDHH. Eso es una simple convención, un acuerdo (hoy inexistente) que puede ser modificado. 3) Se pretende que los caídos a manos del FMR, el Lautaro o el MIR fueron víctimas del ejercicio al derecho de rebelión. Efectivamente hay derecho a rebelarse contra una dictadura, pero ese derecho es respecto de quienes buscan recuperar la libertad y, obviamente, no asiste a quienes pretenden instaurar otro tipo de dictadura”.
Las palabras del presidente de RN confirma lo que he dicho, las víctimas del Gobierno Militar son victimarios. Puesto que todo es a gusto de la izquierda, a lo que llaman ‘´víctimas de las violaciones de derechos humanos’ son en realidad terroristas. Lo que omite el presidente de RN es, por ejemplo, que el Mir nació antes de Gobierno Militar para instalar una dictadura comunista o del proletariado. Luego cuando los militares tomaron el poder, salieron con el cuento de luchar por la democracia que ellos la habían destruido. Nadie ha notado que los Miristas son bipolares como Bachelet.
Asimismo, quienes han ayudado a blanquear el pasado totalitario y terrorista de la izquierda chilena es, por ejemplo, el cientista político, Patricio Navia, quien le expresó a Álvaro Vargas Llosa en un documental que éste último hizo sobre América Latina y el populismo, si es que no equivocó, que el único problema de Salvador Allende era la economía.
Durante la campaña presidencial, Sebastián Piñera viajo a Argentina para visitar la Fundación Libertad. Allí propuso que el actual gobierno venezolano la “vía chilena”, esto es, un itinerario como el que tuvo el Gobierno Militar chileno para entregar el poder. Cualquiera comparación con el régimen del país de Simón Bolívar es injusta, pues los militares chilenos no querían que sus compatriotas viviesen como los venezolanos. Sin embargo, el periodista del Infobae : acusa los militares de irse contra la población civil y no los terroristas: ”Desde entonces Chile se ha mantenido como una de las democracias más estables de la región. Pero el costo de este acuerdo ha sido la imposibilidad de juzgar a las cúpulas militares por los numerosos crímenes y violaciones a los derechos humanos contra la población civil, lo que ha generado tensiones en el país”.
Lucía Santa Cruz, Consejera del Instituto Libertad y Desarrollo dijo por la polémica de Rojas: “En suma, la derecha debe convivir con la memoria; y la izquierda, tolerar la historia”. Ella cree que está tratando con personas racionales, cuando la izquierda no reconoce nada de lo que menciona.
El Museo de la Memoria equivale cuando los talibanes en Afganistán dinamitaron los budas gigantes.
Hace dos post había dicho que la situación del país es tal que a la izquierda hay que pedirle permiso para vivir y opinar. Mas luego también me acordé que una palabra resume todo y es el título de una novela del polémico escritor francés Michel Houellebecq: Sumisión.
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