Desde su fundación en los albores de la democracia sin instituciones que hoy tenemos en la Argentina, el diario Página/12 fue la niña de sus ojos de la progresía babeante que encontró en sus páginas los guiones perfectos para encarrilar un discurso siempre atento a adherir a todas las causas “nobles y justas”.
Quedaron atrás los tiempos fundacionales, se fue Lanata aunque quedó Verbitsky.
En el medio hubo un pase accionario que llevó al diarucho que encarnó los ideales de prensa combativa, independiente y anti-modelo(entendiendo por modelo una construcción bastante retorcida que identifica a todo lo que huela a libertad de mercado) a girar en la órbita del multimedios mas poderoso del país, el Grupo Clarín.
A pesar de la nueva asociación el diarucho mantiene el discurso y la imagen de antaño, pero en el último año ha mutado y su crítica se ha convertido en un elogio permanente de la gestión oficial. Todos los gestos peronistas, todos los gestos populistas son aplaudidos a rabiar. Yo todos los días me tomo el trabajo de darle una lectura rápida a la versión digital, que revela sin ninguna vergüenza el porqué de tanta fidelidad: la portada de la página está ocupada en un 25% por un enorme banner que promociona el canje de deuda (publicidad de la Presidencia de la Nación) otro 25% lo ocupa una bella presentación turística de la Provincia de Santa Cruz . Paradojal viniendo de un medio que acuño aquel famoso asunto del Megarcanje, y que denunciaba los manejos con publicidad oficial en tiempos del presidente riojano. Vale la pena verlo.
Hace un tiempo comentaba los números que se dilapidan en comprar prensa adicta. Página 12 muestra los resultados online, desembozadamente
2 comentarios:
Rubén, antes que nada, que estómago para siquiera repasar esa humeante pila de excremento. Lo de esta gente es de terror, pero es mucho más de terror que todavía haya personas que comprar ejemplares. Desde mi humilde punto de vista, ese es el problema principal.
Creo que era Jefferson el que decía que hay que confiar en que la gente tiene mucho más sentido común de lo que se cree y que sabran hacer la diferencia, pero en el caso de Argentina no estoy tan seguro.
Convierta sus bonos por realidad.
La misma realidad de un "peso un dolar".
La misma de "quien puso dolares recibira dolares".
La misma de "la oferta de dubai no se movera ni un pelo"
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