Hace un año, cuando amanecía en Rosario (eran cerca de las 5 AM) yo iniciaba un viaje a Buenos Aires. Al buscar a mi compañero de viaje me contaba que acababa de ver, a la pasada, miestras me esperaba un flash de CNN donde informaba de una serie de explosiones en los trenes interurbanos de Madrid, con decenas de muertos y centenares de heridos.
La siguiente hora viajamos en la última oscuridad de la noche, esperando escuchar novedades, noticias, algo, en las radios locales y en las de Buenos Aires. Cerca de las siete hora argentina (las diez en Madrid) explotaron los noticieros con detalles de los atentados y con la lista creciente de bajas. Once de marzo. Diez bombas, 192 muertos.
Hace apenas tres meses en Buenos Aires, barrio de Once, casi el mismo número de muertos (193) ninguna bomba. Sin atentados, sin Al-Qaeda. Pura y simple negligencia criminal.
Casi cuarocientas vidas tronchadas porque sí.
Humanos. Siglo XXI.
Nada puede hacer volver a los muertos. Nada puede volver atrás el reloj.
Ni acá, ni allá. Tenemos la obligación moral de evitar que más gente muera por las mismas causas.
argenblogs
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