Anochecer de un día agitado

Como decía esta mañana, el día venía cargado, para completarlo a media tarde (y conforme a lo que yo pensaba) se escuchó el milenario habemus papam, y desde el balcón Benedicto XVI derrumbó con su declaración de humilde trbajador de las viñas del señor, los deseos y aspiraciones de una progresía ávida de encontrar complicidades en un pontífice blando y permisivo.
Isidro viene registrando al respecto cómo medios y público vienen plasmando su decepción al descubrir que la iglesia católica ha decidido seguir siendo católica (acá y acá) . Como le decía en un comentario a un post suyo, es notable cuanta gente sale a opinar en casa ajena, con la intención de armar un mundo que se parezca a sus propias convicciones. Pasó con Bush, pasa con el Papa.

Yo por mi parte espero que Ratzinger (*) se potencie con Bush, tanto como Juan Pablo supo potenciarse con Ronald Reagan. El escenario a principio del tercer milenio es tanto o más dificil que el que enfrentaron esos dos gigantes, sin embargo creo que al menos el alemán no le va en saga a su predecesor. Muchos no coincidirán con lo que pienso, pero la presión de ambos sería necesaria por estos lares.

Anochece un país muy agitado. No por la elección del Papa, pero si por la escalada de conflictos que hace la vida cotidiana cada día más insoportable. El monstruo inflacionario agazapado espera para comernos los ingresos; los sindicados, cebados, celebran en el caos; mientras tanto allá en la Metrópoli, Nerón templa su lira.

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(*) En la época del colegio, por parecido en la pronunciación con mi apellido algunos compañeros me decían Benedictus. Así que cuando escuche el nombre del Papa, no sé... me sonó notablemente familiar.
Bravo Benedictus!

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