21 de abril de 2005

El Neoallendismo empieza a entrar en crisis

Desde éste sitio, y desde otros blogs nos hemos ocupado de analizar las similitudes entre la gestión Kirchner y la de Salvador Allende en Chile (1, 2, 3). Un sitio español empleó para describir la gestión del Néstor la ajustada calificación de "neoallendista", mientras el santacruceño no ahorró oportunidad de demostrar sus simpatías por el fracasado comunista chileno.
Y ojo, que no estamos solos viendo éstas similitudes. En "le Monde Diplomatique" Carlos Gabetta sueña en su editorial "De Allende a Kirchner, Chávez y Lula " en quienes confía "el sueño de Allende es posible que vaya con el tiempo a encarnar en la realidad más cruda y compleja de la actualidad".

A los parecidos señalados en el otro post mío, hay que agregar que además de la intención de enmudecer y descalificar a toda forma de oposición, y a un intento feroz de controlar a la prensa, Allende sumó un proceso de ideologización de las fuerzas armadas, a las que incluso pensó equipar con material soviético. El intento K de configurar unas FFAA a la imagen de su mentor intelectual, el Perro Verbitsky, no es mas que un calco de aquel intento chileno. Sólo falta que se empiece a trabajar para homogeneizar la doctrina con, digamos, las Fuerzas Armadas de la Republica Bolivariana y Chavista de Venezuela.

Sin embargo, aunque en un momento todas las cartas parecía que estaban en las manos del Nestítor, el calco allendista lo persigue también en lo malo. El chileno debió impulsar su proyecto con el apoyo conjunto de fuerzas moderadas, y extremistas que dudaban de la "vía pacífica". El enfrentamiento interno avivó el fuego que incendió a la sociedad, cansada de huelgas, tomas, apropiaciones y amenazas de grupos armados.
El Néstor intentó consolidar su posición de fuerza abrazándose a todos los que le arrimaran algo de poder. Desde el Duhaldismo, a grupos piqueteros, pasando por el sindicalismo más radicalizado, aún aquel de posiciones ideológicas extremas como los núcleos trotskistas incrustados en la CTA.

Igual que con Allende, estos grupos no se conformaron con el acceso al poder por vía putativa. D'Elía, desde el piqueterismo prebendario ya había mostrado tomando una comisaría que no creía en el orden político. Ahora los grupos extremos a los que se les dió la mano (con Lafsa, y con Subterráneos) van convencidos a tomar el codo y, si pueden, van por más. El ministro del interior, que es un turro pero no es tonto, se la ve venir y dice que ya no son conflictos gremiales sino paros políticos. Ya no les causa gracia, y no debería causársela. Bolivia está a un paso. Haití cada vez más cerca.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que es apresurado para hablar de crisis, pero es claro que el enemigo de K está adentro de su mismo partido y que los mismos que lo apoyaron en algun momento le van a sacar los ojos. O el ojo, bah.
Por otra parte lo de Ecuador muestra que ya ni siquiera hace falta un determinante económico para que una pueblada saque a un presidente a patadas. Da para pensar mucho

Juan D. F.

Louis Cyphre dijo...

Comparto el comentario de Juan arriba; siempre dije que muchos de los que en su momento tuvieron (y tienen) orgasmos espontáneos hablando de Kirchner y su talla de estadista, llegado el momento saldrán con el clásico "yo no lo voté".

En un momento dado, estaremos preguntándonos quién joraca lo votó... sobre todo cuando se termine la plata...

Louis Cyphre dijo...

Vamos, Tomás, no seas humilde, acá se sabe que vos sos un jóven K de la primera hora... :-)

Anónimo dijo...

Rubén, si hablamos de un "neo-allendismo", ¿por qué no hablar de una "neo-casa-de-la-moneda" y un "neo-todo-lo-que-sigue" hasta llegar a una "neo-democracia-en-serio"?. Así nos quedaría, al menos, la esperanza de ser un país serio y normal como Chile.