La guerra es la paz
La libertad es la esclavitud
La ignorancia es la fuerza
La reacción aunque tibia no se está haciendo esperar, así lo cuenta La Nación (que acompaña la nota con un muy buen cartoon).Incluso Clarín, habitualmente progubernamental señala de qué manera se pergeñó este avasallamiento a la Constitución: "una ley que los legisladores aprobaron sin debate y el Ejecutivo reglamentó en silencio"
No me extrañaría que Nestítor, con su sistema de gobernar a prueba y error ahora diga que se echa atrás y derogue el decreto. Seguro que de paso, y en otra situación orwelliana va a querer cambiar la historia, y le va a tirar la culpa de éste intento totalitario a las políticas de los noventa, al renunciado ministro Béliz, a Blumberg, o al Gran Bonete. Lo que no va a poder ocultar es el hecho objetivo que quién le puso el gancho a esta atrocidad fue él mismo, con sus cómplices del Partido Interior, De Vido y Fernández.
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