8 de junio de 2005

Historias de otro país

Recibí de varios amigos estas anécdotas que reflejan cómo cambió eso que por facilismo llamamos "clase dirigente", desde aquel país pujante del fines del siglo XIX a ésta realidad de subdesarrollo voluntario. Para no perder la costumbre le agregúe varios links para hipertextualizar el asunto y resaltar algunos detalles, sobre todo para los menos familiarizados con la historia militar argentina.
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"Bajo la presidencia del general Roca, ante los riesgos de algunos conflictos fronterizos, éste con patriótica previsión, encomendó al general Ricchieri, que viajara a Alemania y adquiriera 40 mil mausers para equipar convenientemente al Ejército.
El general formalizó rápidamente la compra de los fusiles con las fábricas alemanas. En la entrevista final, se le acercó un representante de los fabricantes, quien le presentó un sobre y le expresó: "General, los fabricantes me han encomendado que le entregara este sobre con el importe de la comisión que le corresponde por su intervención", Ricchieri abrió el sobre y encontró un cheque de un considerable monto. Sin titubear, tomó el cheque, lo endosó y se lo devolvió al funcionario diciéndole: "Mande 3 mil mausers más".
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"Unos años después, el gobierno argentino, envió al almirante Onofre Betbeder a Inglaterra, para controlar la entrega de los acorazados "Rivadavia" y "Moreno" en las debidas condiciones. Este viajó a los astilleros de Southampton y por cuatro meses inspeccionó los barcos tornillo a tornillo. Al concluir satisfactoriamente su inspección, telegrafió al gobierno argentino para que saldara la cuenta. Al día siguiente, un empaquetado funcionario de levita, se presentó a su oficina y le dijo: "almirante, permítame que le entregue este sobre en reconocimiento por su trabajo y la imparcialidad con que ha cumplido su misión". Betbeder abrió el sobre y retiró un cheque, inmediatamente llamó a un secretario y le dictó la siguiente nota: "El gobierno de la República Argentina cumple en agradecer a los directores de los astilleros, la rebaja por la cantidad de 300 mil libras esterlinas, que han tenido a bien hacerle sobre el precio de los barcos".
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Alguno podrá decir que ahora esas muestras de honradez republicana no se pueden poner en práctica, porque hace más de 25 años que no se encargan barcos nuevos, y los fusiles en servicio van para las cuatro décadas de baqueta. También se puede alegar que los actuales comandantes no tienen tiempo de dedicarse a nimiedades de shopping, ocupados como están descolgando cuadros para redecorar sus instituciones, u organizando seminarios con simpáticas dirigentes indigenas. Lo cierto es que las dos anécdotas describen a un país que hace mucho, mucho que no existe más.

4 comentarios:

Louis Cyphre dijo...

eran otras épocas, Rubén, y otro país. Tengo mil anecdotas de mis abuelos, pero te dejo esta.

Mi abuela me contaba que ellos vivían en el medio del campo en Sgo del Estero y compraban por catálogo en tiendas de BA. Las encomiendas se las traía el tren, nunca se les perdió nada, al mejor estilo Sears. te hablo de los años 40.

Anónimo dijo...

Una época donde la palabra tenía más valor que una firma; donde un apretón de manos tenía más peso que un escribano; donde el respeto, orden y disciplina eran pilares fundamentales de la sociedad. La familia y educación, valores indisolubles de la vida cotidiana.

Todavía me acuerdo, cuando de chico iba a comprar carne con la "libreta" donde el carnicero anotaba la venta del día, sistema pionero de la tarjeta de crédito. Eso sí, me daba la "yapa" y el hígado gratis para el gato.

Debo decirte Rubén, que en la Armada hay una cuenta específica donde se depositan las "comisiones" que todas las empresas tienen uso y costumbre disponer para sus compradores.

Pablo

Unknown dijo...

Én el camino victorioso hacia el pasado que ha encarado Nestor I, sabrá evitar este período nefasto de la hisotoria Argentina dominada por hipócritas neo liberales (bue.. viejo liberales) y conservadores. Estas anécdotas reflejan un sentido burgués del honor que debe ser eliminado para no confundir a la clase trabajadora.
Rubén no las difundas demasiado, por que como bin apuntas en tu post anterior el ministerio de la Verdad se encargará de reescribirlas poniendo como protagoniastas a Firmenich y el Che.
Las anécdotas me hicieron acordar a Chávez y todos sus valientes co revolucionarios. Seguramente hechos similares deben ser moneda corriente cuando realizan sus compras de armas para "proteger" la revolución bolivariana!
No se rían demasiado fuerte!

Sine Metu dijo...

No recuerdo bien, pero no compraron Campo de Mayo con la guita de un retorno?