Tomás Iriarte compara al gobierno del Néstor con un enfermo que durante años se negó a atenderse, y ahora reacciona tarde. Es una imagen que me gusta, y se ajusta a lo que puede suceder en el país en breve: una crisis por errar el tratamiento.
Pero el gobierno no es precisamente un enfermo inocente. Llegó al poder cuando el fenómeno piquetero estaba desatado, tal vez en su clímax. Entonces no sólo se negó a reconocer la enfermedad, sino que intentó usarla en provecho propio.
En aquellos piqueteros de 2001/2002 no estaba del todo claro que orientaciones políticas precisas tenían los diversos grupos, y sobre ésta nebulosa operó el gobierno para cooptar apoyos. El plan A -evidenciado en su actitud laxa hacia los cortes de ruta, los piquetes permanentes y su política de "no criminalizar la protesta social" era integrar al piqueterismo al delirante proyecto transversal del inicio del gobierno Kirchner. Usó planes, créditos y prebendas para comprar su ejército de militantes: respondió D'Elía, el FTV, Barrios de Pie y los grupos liderados por los viejos militantes de los 70, el MTD Evita y Resistir y Vencer.
Refractario a toda negociación quedó la CCC de Castells y los grupos afines al trotskismo que mantienen el proyecto de instaurar una suerte de revolución bolchevique desde la acción barrial (MTD, FTC, Polo Obrero, MTR, CuBa) .
Así se definió un campo de piqueteros buenos, y un campo de piqueteros malos. Ahora que la conflictividad sindical ha desplazado como foco de tensión a los cortes de ruta, y cuando los piqueteros buenos no han podido convertirse en una masa crítica que permita fundar un proyecto de hegemonía barrial a lo Chávez, presionado por las necesidades de campaña el Néstor se decidió a pararle la mano a los piquetes, poniendo en marcha su Plan B.
Hace un año en un artículo que publiqué en Sine Metu, comparaba el fenómeno piquetero con el de los Freikorps. Cómo habían sido usados y abandonados, cimentando un dramático giro en la historia alemana. Los hechos reflejan que hoy -al presionarlos el gobierno- estos grupos reaccionan redoblando su combatividad.
El Néstor jugó con fuego durante dos años. Ahora, parece que le está empezando a quemar las manos.
argenblogs
4 comentarios:
Yo particularmente me imagino un final mas...balcánico, digamos.
El que piensa que esto termina con una patinada totalitaria es Carlos Escudé, que creo que opina con más fundamentos que los míos.
Interesante teoria bg, todo es posible en la´dimensión desconocida
A) No veo caudillos para la patriada balcánica
B) La gilada aplaudirá a K aunque haya reaccionado tarde y mal.
EL CAPITALISMO SOCIAL DE LAVAGNA:
El presidente Néstor Kirchner advirtió hoy que "no se va a permitir el aumento de los combustibles bajo ningún aspecto" al asegurar que actualmente "el costo operativo de cada pozo es de ocho dólares y con 20 dólares (como se reclama de incremento), igual tendrían rentabilidad".
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