9 de agosto de 2005

Una historia de un olvido muy argentino

Es un hecho bastante desconocido que en 1806 cuando los soldados del pequeño contingente de William Beresford ocuparon Buenos Aires, estuvieron en control del pueblo por casi dos meses, entre junio y agosto.Santiago de Liniers y Bremond organizó una fuerza improvisada con la que desembarcó en Tigre, y tras una marcha forzada enfrentó a la guarnición inglesa en El Retiro, logrando la capitulación de Beresford y tomando como trofeos las banderas del contingente de Royal Marines, del 71 de Highlanders y el pabellón que ondeara en el cuartel británico, las que se entregaron en custodia a la Iglesia de Santo Domingo.
Unos meses después, cuando se lanzó la segunda campaña, esta vez integrada por más de 10.000 soldados -pésimamente comandados por John Whitelocke- una de las columnas británicas al mando de Dennis Pack se obstinó a costa de enormes bajas en alcanzar la Iglesia, para retomar sus banderas. Santo Domingo se convirtió en uno de los focos del combate, en el que se lucieron las fuerzas locales organizadas por el Alcalde Martín de Alzaga: tercios de Gallegos, Migueletes, Montañeses , Patricios y Arribeños. Las banderas, quedaron en su lugar.
148 años después el templo sufrió lo que no había sufrido en dos invasiones militares. Bandas de forajidos iniciaron un incendio que arrasó el altar mayor, el ábside, el crucero sobre calle Defensa, las capillas y los bancos. El moblaje se recuperó sólo en parte. La mampostería y los revoques centenarios quedaron tremendamente afectados por el calor y las llamas. A pesar de la destrucción las banderas quedaron en su lugar.
Pasaron desde entonces otros cincuenta años. Ningún gobierno se preocupó por preservar el sitio, no hay placas ni ningún recordatorio de la barbarie. Cuando hace dos meses se recordó el bombardeo de Casa de Gobierno alguien pensó en los daños de la iglesia y mandó a montar un par de andamios, de los que se sacó alguna foto y que ayer se estaban desmontando, sin que se emprendiera ninguna tarea de restauración. Mientras tanto, olvidadas por la gente, pero aún recordando esa gesta popular, ese logro de la voluntad ciudadana de hace dos siglos, las banderas siguen en su lugar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

1807 + 148 = 1955
Quién quemó iglesias en 1955?
Noooo.....
Qué historia tuerta tenemos

Anónimo dijo...

Peron, Peron, que grande sos!
La repu.. que te pario!

Anónimo dijo...

Rule Britannia,
Britannia rules the waves
England
never never never
shall
be
slave

Anónimo dijo...

Los desbordes que venimos soportando los ciudadanos honestos, de distintos grupos de inadaptados, muchos de los cuales están amparados por el poder político, tienen un límite que el gobierno no está dispuesto a marcar.
Transgresiones, violaciones a todas las normativas, conductas desaprensivas de los vándalos antipatrias y también de los gobernantes que deberían ordenar el caos.
No existe una comunidad organizada del mundo, sin un sistema eficaz de sanciones para la violación de las normas.
Es imposible pensar que las conductas impropias se reviertan en el corto ni mediano plazo, si aquellos que tienen competencia legal, no actúan con eficacia, sobre los que violan las normas de convivencia.
Si no se reprimen tales conductas, que agrede al otro que está al lado, ése que también tiene derecho al amparo, se siente desprotegido por el deber del Estado.
El gobierno está demostrando ineficacia y complicidad.
Los empleados del hospital Garrahan y los pobres padres que llevan sus hijitos para atender su salud, demostraron tener más disposición a las sanciones hacia los grupos violentos, que los propios legisladores y funcionarios.
Dónde están estos h de p que no aparecen. Habría que ir el 29, cuando van a cobrar, a impedir que reciban el sobre, ya no trabajaron en lo que va del año y continuará...

Martina