6 de febrero de 2006

El bumeran de Miceli.

La mayor felicidad de buena parte de los actores de la economía argentina es lograr un mercado totalmente controlado. Construir una muralla china, para que nadie pase con productos importados, así los "empresarios" nacionales pueden tener una clientela cautiva. A los políticos en cambio, lo que les atrae es la idea de poder tener todoas las variables bajo control de algún funcionario que desde su despacho puede decidir cuánto cuesta la merluza, el jabón en polvo y los tampones. Al gran público en cambio se le inflama la vena nacionalista, y se alboroza al ver el "made in argentina" estampado en cualquier producto, que sea malo, caro, obsoleto, feo o tosco, viene a componer un trozo de soberanía moldeado, mecanizado, inyectado o extruído.
Así ha sido desde la remota época colonial, salvo en algunas escasas ventanas en que por motivos singulares cundió una ola librecambista, y en los cacúmenes nacionales se estableció que era bueno competir, que era bueno importar, y que es absurdo pagar 5 lo que se puede comprar a 1 con 50.

En una de esas escasa ventanas de oportunidad que tuvo el libre comercio, se avanzó algo apenas, en la integración con Brasil. Un país con el que venimos peleando a ver quién es mas macho desde el Tratado de Tordesillas, con episodios bélicos incluídos como la vez que nos agarramos a bolsasos por la posesión de un territorio que finalmente -feliz de él- termino independizándose de ambos.
Así fue que nació el Mercosur, que ahora languidece apretado por el resurgido afán proteccionista, y el industriargentinismo absurdo que vuelve a campear. Gracias a eso, la Argentina impuso lo que se llama MAC (Mecanismo de Adaptación Competitiva) que permite -según informó sonriente y feliz la ministro Miceli- frenar en seco la importación de productos si los fabricantes de un país sienten que están en desventaja frente a los del vecino.
Lo que parece que no previó la Señora Miceli, es que como dice el dicho militar "tracers work both ways". Así que nuestros vecinos aprovecharon y ahora analizan cortar las importaciones de vino, trigo y arroz de la Argentina.

No, si somos unos vivos bárbaros.


4 comentarios:

Louis Cyphre dijo...

Pepe, comparto, pero lamentablemente lo que se conoce como "pensamiento peronista" abarca casi todo el espectro político del país. En Argentina, somos todos peronistas; los políticos compiten para ver quien es más peruca.

Luciano A. Cingolani dijo...

Lo de Tabaré, Lula y Evo no hace más que confirmar que el mundo está en contra de nosotros y por culpa de los de afuera nos va mal, tengan las ideas que tengan.

Evo, Tabaré y Lula son tres antisociales más, como la Shell, Exxon, el Grupo Suez y demás.

Pero en el fondo es la envidia que nos tienen; porque en el mundo todos quisieran ser argentinos y peronistas!

BlogBis dijo...

Lucho! que bueno que volviste a visitar BlogBis... ! y nada menos que para denunciar la gran conspiración del castromoralchavismo que junto a los cipayos de siempre se aliaron a las multinacionales y a la cuarta internacional para cumplir los designios de los sabios de sión y la trilateral comission! Y todos, todos, reunidos con un único propósito: alejar a la Argentina de su destino de grandeza, ya que como bien dijo nuestro mayor estadista del siglo XXI, estamos condenados al éxito.

Luciano A. Cingolani dijo...

Más que un estadista es un "municipalista".