Todos los sistemas totalitarios se arrogan el privilegio de tabicar a la sociedad, etiquetando, clasificando y compartimentando a quienes les son simpáticos, a quienes les son funcionales y a quienes directamente le son molestos. El sistema de rotulación llegó al máximo en la Alemania nazi, que -con minuciosidad insana- desarrolló un complejo sistema para distinguir porqué cada uno de sus detenidos era enemigo del Estado.
Uno de los recursos más empleados para descalificar al enemigo del régimen es el de calificarlo de antisocial. Como el gobierno asume que su voluntad es la de la sociedad, todo lo que vaya contra la voluntad oficial cae en una zona nebulosa que puede calificarse con esa palabra. Desde disidentes activos, simples opositores, homosexuales, grupos religiosos, todo puede ser estampillado como antisocial, si es contrario al interés del poder.
Pasó en Rusia con el Zar, pasó en la URSS, pasó en muchos gobiernos militares sudamericanos, entre muchísimos otros ejemplos. Pasa en Cuba, donde fotografiar la realidad es "antisocial y antirrevolucionario" y pasa en Venezuela, donde la prensa no obsecuente fue bautizada por Chávez como "Medios antisociales".
Ahora la palabra favorita aparece en la Argentina, en boca de la Ministra de Economía, que frustrada por que a pesar de los promocionados acuerdos de precios el índice de precios al conumidor en enero fue de 1.3%. no dudó en rotular a los hoteleros como " un sector que se portó antisocialmente"
Por ahora no hay cárceles para los antisociales argentinos, pero la Ministra ya anunció que sus huestes "esán estudiando medidas", que probalemente pasen por regular los precios del sector. Así que en el futuro para saber cuanto cuesta un albergue transitorio, una suite en un cinco estrellas o una cabaña en las sierras no haya que consultar al conserje, sino a las tabulaciones de un funcionario del Ministerio de Economía.
Los hoteleros se lo va a haber ganado. Por antisociales, qué tanto.
argenblogs
4 comentarios:
Rubén, no me cabe la menor duda que en tu caso se trata de un antisocial más, reaccionario ante el movimiento Nacional, Popular y Progresista del Néstor y su Esposa Cris.
En serio, muy preocupante. En serio. Todo esto lo hemos vivido tantas veces antes en Argentina que me llama mucho la atención que siempre vuelva.
No me cabe la menor duda Luis... si fuera por ellos nos mandan a Ushuaia con un triángulo negro cosido en la manga!
En el país X hay mucha demanda hotelera. A raíz de ello, y como no hay suficientes plazas para todos, los turistas comienzan a pujar entre si por conseguir habitaciones, elevando el precio de las mismas. Como tener hoteles se transforma en buen negocio, muchos empresarios deciden invertir sus capitales en el sector.
A raíz de la competencia entre hoteleros para satisfacer al público, las instalaciones mejoran y después de un tiempo los precios bajan.
Al final del proceso tenemos mejores hoteles, y más baratos.
¿Qué tiene de antisocial todo esto?
¿O acaso a través de estas interacciones "sociales" al final del proceso no tenemos un estado de cosas mejor que al inicio?
¿Si a nosotros nos gustaría que la lluvia fuese de abajo para arriba, tildaríamos por ello a la ley de gravedad de "antisocial"?
¿Por qué deberíamos hacerlo cuando momentaneamente la ley de oferta y demanda eleva los precios a rangos que no son de nuestro agrado?
Diego, lo que resumís tan precisamente, y que es básico para entender cómo funciona el mundo (en los lugares en que funciona...no en Cuba, ni en Venezuela) es como sánscrito para nuestro neo-dirigismo.
Aunque Miceli mas que eso parece partidaria de aquello que en los tiempos soviéticos se llamaba "economía centralmente planificada"
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