Podría el gobierno libanés justificar su inacción ante las agresiones de Hezbollá contra Israel, diciendo que los terroristas están ejerciendo su derecho humano inalienable a expresarse?
No creo. A menos que su Ministro de Relaciones Esteriores compartiera la nube de gas que llena los cráneos de los funcionarios de la Cancillería argentina.
La cosa no es tan descabellada: Guillermo intentó un paralelelismo entre la confrontación armada entre Israel y Hezbollá, y la (por ahora) guerra de papel entre los ambientalistas entrerrianos y las plantas de celulosa.
Como consecuencia de los cortes de ruta que durante casi tres meses interrumpieron el tránsito terrestre entre los dos países, Uruguay le reclama a la Argentina 400 millones de dólares, en compensación por pérdidas generadas al turismo, el comercio y el transporte internacional. La Cancillería, con la lógica obvia que mantiene el ejecutivo nacional al respecto, justifica la inacción y la tolerancia estatal contra los que cortaron rutas y pusieron en jaque el derecho a la libre circulación, afirmando que los piqueteros entrerrianos "ejercieron su derecho humano fundamental a la libre expresión".
Lo mas ridículo del alegato argentino es que sostiene que la libertad de expresión prima sobre el derecho a circular, porque este no es un derecho humano fundamental, olvidándose no sólo de lo que dice el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, y cargándose con eso que se llama abuso de derechos.
Se ve que a los muchachos no les fue suficiente el rotundo 14 a 1 en La Haya, y van a la busqueda de otro porrazo.
4 comentarios:
Es la misma lógica que permitió que durante cinco años, desde que los piqueteros empezaron a joder, hasta que el gobierno logró alquilarlos, no se pudiera andar tranquilo en ninguna ciudad de la argentina, sin que un juez ni ninguna autoridad política les pusiera coto.
Somos -otra vez- derechos y humanos.
András A
Ahora entiendo. Ellos haci'an uso de la libre expresio'n cuando secuestraron a Jorge Born!
La verdad es que es difícil saber si esta gente es o se hace. No se puede ser tan, pero tan repelotazo.
Luis, esta gente es. Y cuando con ser no les alcanza, también se hacen
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