Como sucede cada cíclicamente desde la llegada al poder de Kirchner, cada oportunidad en que un hecho delictivo de resonancia implica el uso de armas de fuego, vuelven las organizaciones desarmistas a la carga con un proyecto para restringir aún más o directamente prohibir totalmente la tenencia de armas de fuego por parte de civiles.
Esta tarde, el mismo montón de sellos de goma de siempre, va a presentar un pedido al respecto, reciclando los permanentes argumentos falaces, y arrogándose la defensa del bien común a cambio de pisar el derecho individual a la tenencia de armas (expresado en la constitución) y el derecho a la legítima defensa (garantizado en la Declaración Universal de Derechos Humanos).
Uno de los argumentos que muestran es que cada cuatro horas muere alguien en la Argetina, como resultado de un ataque con armas de fuego. Es difícil saber de dónde sacan los numeros concretos, siendo que el Ministro del Interior ha asegurado que las estadísticas criminales en el país K tienen poco menos que rango de Secreto de Estado, pero recurriendo a los números del Ministerio de Justicia que tiene datos de 2003 se puede ver que ese año hubo un total de 2.514 homicidios dolosos.
A 365 días al año, 24 horas por día, resulta un homicidio cada 3.48 horas. De esos, el 65% se cometió con armas de fuego: o sea uno cada 5 horas y media. De entrada, el argumento desarmista está inflado casi un 50%. Pero lo principal, es que se ataca al medio y no la causa.
El problema no es con qué se asesina, sino el porqué. Pero por motivos que yo creo de simple ingeniería social, se prefiere la teoría animista de atribuírle el mal a las armas y no al delito y a la marginación. Si no, que alguien explique, cómo es que según las mismas estadísticas, cada 16 horas alguien muere acuchillado y cada día y medio alguien es asesinado sin arma alguna, a mano limpia.
1 comentario:
prohibamos las piedras y prohibamos las manos.
Así viviríamos en un desierto de mancos.
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