Hace rato vengo señalando el asunto de que con el dinero público, el gobierno se construye su propia realidad. Una realidad que se disfruta desde los despachos con alfombras mullidas, y carpetas de resúmenes de prensa, que devuelven la imagen soñada, como el espejo mágico de la bruja de la Bella Durmiente.
Al respecto, Luis trae un interesante artículo sobre lo que alguno bautizó la Ley de Baglini.
Pero lo mejor del día es el heavy pounding que dispara Darío desde su Bloc.
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