17 de julio de 2006

También Paraguay nos mira feo (actualizado)

Primero fue el episodio de la presa de Aña Cuá, alentado por el insaciable Superministro De Vido, al que los paraguayos pararon en seco por evidente falta de transparencia en el proceso licitatorio. Pero no se queda ahí la cosa. La prensa asunceña se viene ocupando casi todos los días de otros chanchullos vinculados a Yaciretá, especialmente a un supuesto "perdón de deuda" que el Néstor seguramente va a anunciar el lunes.
Y explican con los argumentos corespondientes que primero, la deuda no es de Paraguay, sino del Ente Binacional, un agujero negro en el que curraron amigos y parientes de todos los gobiernos de los últimos 30 años, incluídos algunos familiares directos de supuestos adalides de la honestidad, y segundo que la tal deuda es en realidad un artificio contable impuesto por la Argentina: "la cuantiosa deuda de la binacional con el fisco argentino -estimada en más de US$ 10.000 millones- es consecuencia, entre otras cosas, de un decreto emitido por el general Jorge Rafael Videla, presidente de facto de Argentina en la década del setenta, que elevó la participación del Tesoro argentino a una suerte de tercer prestamista de la binacional, hecho que le permitió establecer intereses y formas de pago para las deudas de la EBY que la hicieron financieramente inviable." En una nota editorial, el ABC de Asunción ponía en claro que hablando de quita, el Néstor pretende aparecer como magnánimo y generoso, en una maniobra que apunta al consumo interno.
No me digan que no es es triste llegar al punto que Paraguay aparece como un contrapeso ético y moral a las barrabasadas argentas.
Actualización: O los periodistas paraguayos tienen dones de clarividencia o las taradeces del Néstor son absolutamente previsibles. Tal como venían anticipando desde hace una semana, los diarios argentinos dan vuelta el asunto del EBY y si, a cambio, sostienen que Argentina "perdona" a Paraguay.

1 comentario:

Louis Cyphre dijo...

No pasa nada, Rubén, el reemplazante de Bielsa los lleva a La Haya y los comemos crudos, los comemos. Como a los uruguayos. Lo que pasa es que nos tienen envidia.