2 de septiembre de 2006

La democracia partidaria, segun Bielsa (¡qué jugador!)

Hace rato que la democracia argentina está renga. Uno de los puntos más claros que lo demuestran es la casi absoluta falta de democracia interna en los partidos políticos, que terminan llevando candidatos arreglados por las cúpulas partidarias, una circunstancia que llegó al clímax en 2003 cuando el peronismo en lugar de decidir un candidato presentó tres listas justicialistas, en una circunstancia absolutamente anormal y rayana en la burla a los electores.
En la provincia de Santa Fe, el peronismo sigue fiel al método argento, y no se vota jamás a un candidato. La circunstancia se arreglaba antes gracias a la ley de lemas, de manera que todos los aspirantes terminaban aportando los sufragios al más votado, pero eso ya no va más.
En vista a la eleccion de gobernador de 2007, en la que el PJ podría perder por primera vez en más de dos décadas el control de la provincia, hay al menos tres candidatos en danza: el "chivo" Rossi, hasta hace poco ignoto concejal rosarino convertido en figura del kirchnerismo, gracias a su trabajo sucio en la cámara de diputados; Omar Perotti, el intendente de Rafaela; y last but not least, el ex caganciller, ex cagandidato y ahora recagandidato Rafael Bielsa.

El soldado montonero, desde su puesto de aspirante a recibir otra paliza histórica, define claramente como entienden la democracia nuestros políticos. Si no fuera trágico, resultaría desopilante cuando afirma respecto a las internas que sería "más beneficioso para el peronismo que no las haya porque esos procesos son muy caros y siempre alguien termina perdiendo".

Eso es lo malo. Nuestros políticos están acostumbrados a ganar siempre. Bielsa es el mejor ejemplo. Fracaso tras fracaso, no se le mueve un pelo, y pasa de candidatearse como jefe de gobierno porteño a gobernador de Santa Fe como si fuera lo mismo la villa 31 que Gato Colorado.
Bah, para ellos creo que sí es lo mismo.

1 comentario:

Louis Cyphre dijo...

Creo que la Argentina cada día más de democracia sólo tiene el nombre.